miércoles, 2 de octubre de 2013

Gracias, Piñera. Por nada

Nuestro presidente esperó llegar al cargo para salir con el pastelito de que su coalición está mala y que debe corregirse en torno a su persona e ideas. Este estilo de maniobrar no es nuevo en Piñera, muchos de quienes en el pasado se asociaron o relacionaron competitivamente con él tienen su propio recuento de daños. Lástima que no reportaran sus experiencias, o que quienes a lo mejor las escucharon no las sopesaron debidamente.

Evelyn Matthei ha declarado que posterga sus propias visiones en razón de estar representando a una coalición que a su vez representa a millones, como en realidad lo hacen todos en todas partes donde haya un remedo de organización republicana. Piñera actuó "dando esa idea" a los que le acompañaban en cada paso del camino que lo llevó a sentarse en La Moneda, pero una vez ahí hizo la misma jugarreta que aplicó a Ricardo Claro y a otros socios de negocios, y contra la misma Evelyn y otros líderes de su sector en cada coyuntura significativa.

Ya sabemos que al tomar el poder, Piñera dejó abajo de la micro a casi toda la plana de líderes de su sector, extendió invitaciones a continuar en su cargo a muchos que los chilenos habíamos alejado del poder; omitió enfrentar la esperada revisión de lo obrado por la corrupta administración anterior y el desafío a sus muchas amarras institucionales que incluyen la administración de justicia; y, encima de eso, hizo suyas las posturas populistas del progresismo desconcertando a millones que esperaban se restableciera la salud del modelo podándolo de los vicios instalados por la UP/DC.

En esa coyuntura, esta maniobra resultó fallida no por la reacción de la centro-derecha (leal a pesar de los desaires y claros ataques a las cúpulas de los partidos —especialmente RN) sino por la reacción de los convidados izquierdistas, que rechazaron con escándalo las invitaciones e inauguraron, desde ANTES que Piñera asumiera, un programa diario y minucioso de demolición de la gestión del nuevo gobierno. Frente a eso, Piñera se vio obligado a invitar a algunos de los desechados, pero condicionando su actuar a sus propias visiones (esquema descrito aquí).

La coyuntura siguiente más significativa fue la elección de alcaldes. Siendo que la gestión política de Piñera despojó a la derecha de su propia épica para entusiasmar al electorado, movió a sus cuadros para que la derrota apareciera como responsabilidad de los dirigentes de RN y UDI. A ellos les endosó la "culpa" de no avalar su gestión pro-concertacionista. Jamás reconoció falla alguna en las formulaciones políticas de su gestión, ni aún después de su "retiro" en Isla de Pascua, a la vuelta del cual llegó con un plan para que los candidatos que participarían en las primarias se comprometieran con él como continuadores de SU obra.
Y en la presente coyuntura del final de su período y traspaso del poder, Piñera ha ido preparando el escenario para que la derecha sufra una gran derrota por culpa de los que se aferran a lealtades con la dictadura y sus horrores. Imagino que en ese escenario, si en la derecha terminan creyendo en este miserable montaje, Piñera se ve como el líder de la "nueva derecha" que al asumir traía bajo el poncho. Esa "nueva derecha" sería la que quedaría liderando el sector hasta que la dinámica del poder —sobre todo después de la tendalada institucional, corruptiva y económica que se sabe traerá la UP/DC— llame de nuevo al sector centro derechista a hacerse cargo del país.

Esta es la explicación y ninguna otra de las maniobras recientes del presidente para generar crispaciones dentro de la derecha que le hagan aparecer a él como "genuinamente democrático y alejado de la dictadura" en contraposición con los que "defienden la dictadura y sus horrores".

En perfecta coincidencia con la desaforada campaña para transformar el 40 aniversario de la expulsión del castrismo (o "golpe militar" como se lo llama en la izquierda) en un evento de campaña de la izquierda, Piñera aceptó una entrevista con Time en la que deslizó más material para su "nueva derecha" y organizó un acto para el 11S en La Moneda en el que esperaba constituirse en el gran componedor de la errónea postura tradicional de la derecha que no comparte el relato izquierdista.

Desatada la campaña en la TV los medios se abalanzaron sobre la candidata de la centro derecha para acosarla exigiéndole condenas al 11S y al gobierno militar. Pero, lejos de defenderla, Piñera se sumó al acoso declarando que pese a tener 20 años Evelyn sabía perfectamente lo que pasaba y que todo aquel que en cualquier rol hubiera cooperado con el gobierno militar era un "cómplice pasivo" de "los horrores de la dictadura".

Seguidamente, se autorizó la entrada de CNN en el penal Cordillera, donde SIEMPRE hubo prohibición absoluta para autorizar la visita de CUALQUIER periodista a entrevistar a NINGUNO de los internos. Esta normativa rige desde que se inauguraron los penales para concentrar a militares presos y se explica por la sensibilidad política que hay respecto de las declaraciones que ellos puedan entregar a la publicidad.

Y el elegido para ser entrevistado no fue al azar ni mucho menos. Se resolvió poner a Manuel Contreras frente a las cámaras y no a Krassnoff, o a Odlanier Mena o a cualquiera que pudiera dar luz respecto de la carencia de justicia en sus procesamientos, cuestión que fue materia del reclamo que escuchó Piñera cuando candidato y que prometió arreglar durante su administración.

La entrevista, aderezada con falsos reportes de lujos en el recinto y de asados con que se festejaban los internos se difundió en todos los medios generando el ambiente para renovar las reclamaciones de falta de justicia aún con los militares presos que aparecían disfrutando como si estuvieran de vacaciones. Escenario ideal para la movida decisiva para arrinconar a los líderes de RN y UDI como antidemocráticos y retrógrados… y a él como la nueva derecha compasiva y condenatoria de "los horrores de la dictadura": el cierre del penal Cordillera y el traslado de los presos a Punta Peuco.

Y así están las cosas. Piñera reclamando ser el "líder decente" de la Derecha enfrentando a los "defensores de los horrores de la dictadura", entre los cuales se encuentra la propia candidata Evelyn Matthei.

Nadie en sus cabales pensaría que Piñera tiene algún interés en que Evelyn consiga imponerse al izquierdismo, pese a las muchas declaraciones de lealtad con su administración que ha ensayado la candidata.

Por si lo anterior no fuera suficiente, una prueba de este desinterés es que hoy el presidente invitó a la mismísima vocera de la campaña de Evelyn a que le acompañara en su periplo a Asia, como si su ausencia no tuviera importancia frente a la segura derrota de la derecha:
Raya para la suma:
  • los millones de chilenos que votamos por la derecha en el 2009 y el 2010 fuimos engañados por este sujeto,
  • los líderes de la derecha que confiaron a él la representación de su sector fueron engañados y, además, están bajo ataque para sacarlos de la arena política
  • la candidata Evelyn Matthei está impedida de constituirse en la esperanza de los chilenos para que no vuelva el totalitarismo, antes cumple un papel funcional a los planes de Piñera, entre los cuales está su retorno el 2017 (en un esquema que repite la historia de 1970). La probabilidad de que ella muestre independencia y, honrando su fama de hablar sin pelos en la lengua, ponga las cosas en su lugar es baja. El comando de Evelyn es totalmente controlado por la gente de Piñera, seguramente prestos a gatillar un plan B frente a cualquier manifestación de independencia de la candidata. Es decir, la mesa está puesta para el retorno del corrupto totalitarismo UP/dc. Nota curiosa: en tiempos normales el intento del castrismo para procesar a su padre, Fernando Matthei, les habría tomado a los jueces de primera instancia mucho más tiempo que las 24 horas que ahora se tomaron en rechazar el libelo. Esta rapidez procesal supone entendimientos tras bambalinas entre Piñera y la UP/dc porque llevar la campaña al extremo de procesar al padre de la candidata gatillaría su rebelión y eventual colapso del plan
Conclusión:

No existe la más mínima posibilidad de que Evelyn Matthei detenga el retorno del progresismo totalitarista mientras no cambie su discurso desde la anodina promesa populista de beneficios a otra que saque a los derechistas de sus casas a votar, como: la defensa del modelo, el llamado a restaurar la plena justicia para todos y el estado de derecho o a defender lo avanzado en 40 años. Este arresto de independencia gatillará la inmediata y desembozada reacción de Piñera en contra de Evelyn, que ha demostrado capacidad para acordar maniobras bajo cuerda con la UP/DC.

Gracias, Piñera. Por nada.

6 comentarios:

  1. Estimado: Me comentaron que esta movida es para conseguir un cargo en la ONU, para poder volver el 2017. Por eso lo del discurso en ese antro internacional

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    1. Si Piñera entra en la trenza progresista, de seguro puede conseguir eso y más, tal como lo hicieron con Lagos y Bachelet. Pero creo que Piñera elegirá otra estrategia para mantenerse vigente:

      1. Entregar el gobierno a los malos, sabiendo que quedará la tendalada, y

      2. Sumarse a las iniciativas de la UP/dc que puedan usarse para acorralar a la derecha que el quiere neutralizar. Este infundio montado con el aniversario del 11S y el maltrato a los militares es sólo el primer capítulo

      3. Cuando la gente saque de nuevo a la UP/dc (si es que no ha conseguido chavizarnos, impidiendo la alternancia), él aparecerá como la única carta alternativa a la izquierda.

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    2. Piñera fue un estafador. de eso estamos seguros. pero podriamos devolverle la mano... estafándole con nuestros votos...

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    3. Creo que sujetos como Piñera no prosperan si no hubiera deshonestos dispuestos a lamer suelas por plata.. o tontos faltos de personalidad para pararle el carro.

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  2. no soy pro derecha,pero se agradece el analisis politico hecho.
    muy interesante,y viendo lo visto,un "pitoniso".

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    1. Gracias Nilfheim. Yo soy derechista, es decir, 100% opuesto a la izquierda. Pero por lo mismo no me siento identificado con los políticos chilenos de derecha, que son más bien "neocons" (derechistas más comprometidos con la fronda política que con los principios libertarios)

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