sábado, 19 de febrero de 2011

Periodistas y políticos anti Karadima no saben lo que hacen

Al arzobispado nacional le tomó muchos años resolverse a aclarar las sospechas y luego las denuncias por conducta impropia del sacerdote Fernando Karadima, encargado de la Parroquia del Sagrado Corazón que los periodistas llaman "Iglesia de El Bosque", por la calle donde está ubicada.

Por una parte es comprensible la demora y hasta la renuencia a someter a proceso a un párroco de gran carisma vocacional y enorme convocatoria sobre una feligresía devota de católicos observantes.

Muchos sacerdotes —varios hoy obispos— abrazaron su vocación merced a su ejemplo pastoral y no era nada raro encontrarse con católicos destacados en todos los ámbitos del quehacer nacional entre los asistentes a las siempre muy concurridas misas dominicales.

Los retiros que el "querido padre Karadima" dictaba en Semana Santa eran tan populares que los asistentes llevaban sus propios asientos porque la iglesia simplemente se repletaba incluyendo los pasillos y hasta las áreas exteriores donde su prédica —tan mariana y sentida— era difundida por altavoces.

Por otra parte, se hizo evidente en este tema un muy mal entendido espíritu de cuerpo y de camarilla que por años ha mantenido equivocadamente el arzobispado.

Espoleado por la publicidad de las denuncias, el asunto fue finalmente entregado al escrutinio del Vaticano, cuya Congregación para la Doctrina de la Fe —encabezada por el cardenal norteamericano William J. Levada— sentenció la culpabilidad de don Fernando condenándole a un retiro perpetuo con prohibición de ser contactado por la feligresía y por cualquier católico que haya tenido alguna relación pastoral con él.

La inobservancia de esta sentencia será penada con la pérdida del estado sacerdotal (llamada "dimisión del estado clerical"), lo que prácticamente significa la expulsión del clero y su reducción al estado de un simple laico.

A muchos periodistas y políticos no católicos —o de débil testimonio de fe— esta penalidad les parece insuficiente y claman porque la "justicia criminal" prenda al sacerdote y le meta en la cárcel.

Junto con su escasa versación cristiana, estas personas desconocen que para nuestro entorno normativo la naturaleza y circunstancias de los cargos formulados carecen de la gravedad que merezca esa pena aflictiva.

Por el contrario, para el entorno pastoral, estas faltas son gravísimas y producen un daño que, excediendo el que afecta a los jóvenes inducidos a prácticas indecentes, daña de forma terrible y casi irreparable la relación de confianza y entrega a la dirección espiritual que todo católico estima imprescindible en su tránsito por la vida.

Hay otras aristas de este asunto que probablemente son materia de los tribunales ordinarios, sobre todo las relativas a ciertas denuncias por prácticas deshonestas en el manejo de dineros aportados por la feligresía para el mantenimiento parroquial y que, aparentemente, fueron destinados a fines ilegítimos.

Pero los periodistas y los políticos que claman por la cabeza de don Fernando Karadima están lejos de entender que en la práctica están pidiendo una oportunidad para que este asunto se transforme en una inmolación del acusado, cuestión que distorsionaría gravemente el efecto de la terrible sentencia que la Iglesia ha dejado caer sobre él.

Ensañarse con un caído provoca repudio y crea un impulso natural a la defensa del abusado. Metido entre rejas, es probable que convoque a muchos visitantes que sin ser siquiera católicos acudan a él llevados por similar motivación a la que impulsa a los visitantes a llevar flores y orar ante la tumba de grandes asesinos o crueles personajes ultimados por la justicia.

Aunque la ley puede poner a alguien en la cárcel, no puede prohibirle las visitas ni menos todavía prohibir a eventuales visitantes que se alleguen al encerrado.

La actual sentencia sí que puede, y en ese sentido es incomparablemente más determinante y efectiva que la "justicia" que claman los no católicos.

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jueves, 17 de febrero de 2011

Don Rodrigo Hinzpeter, Chile recién lo está conociendo

Cuando el gobierno de Ricardo Lagos maquinó el involucramiento en pedofilia del senador líder de oposición, Jovino Novoa, el presidente de su partido, Pablo Longueira, se demoró menos de un día en darse cuenta del montaje e incluso en identificar a quiénes estaban materialmente detrás de él. Materialmente es menos grave que intelectualmente, pero aún así su rápida reacción terminó dejando al descubierto la más canallesca movida política que registra nuestra historia.

Como ya todos sabemos, los corruptos tuvieron que declinar el control de La Moneda pero no han aflojado ni un milímetro en el control de las organizaciones no gubernamentales pagadas de nuestros bolsillos ni en el de las miles de oficinas de gobierno en las que mantienen a su gente "trabajando" para reportar con lujo de detalles cada movida del ejecutivo.

El actual ministro del interior se tomó mucho más tiempo que Longueira en darse cuenta de la movida que pretendía transformar expresiones de la intendenta de Concepción en "delito", con lo cual dio margen para que el asunto se caldeara y los corruptos entraran en el frenesí de no soltar esta nueva presa.

Aparte de eso, mientras "investigaba" salió con una expresión muy familiar en boca de Lagos, Bachelet y demás líderes del corruptacionismo: "el país sabe que yo... ", dando por sentado que los chilenos "sabemos" que Rodrigo Hinzpeter no es temeroso ni vacilante en sus decisiones.

Una gran torpeza que fue desmentida en los hechos, porque su "decisión" jamás le correspondió a él sino al Presidente; porque lo único que vio "el país" fue desconcierto y torpeza... y porque con esta declaración sólo revela —antes de tiempo— sus ambiciones presidencialistas.

En cuanto a la actuación de Jacqueline van Rysselberghe, no me parece en absoluto una falta que justifique una denuncia, salvo que se cuente con la red y los recursos que mantiene la corruptación para organizar montajes.

Y, si analizamos las cosas como se debe, su falta es permitirse expresiones que puedan ser mal usadas en un ambiente absoluta y totalmente plagado de gente encargada de reportar cualquier minucia que sirva para aportillar o perjudicar al oficialismo.

Pero la intendenta no es la primera ni la más importante en la lista de los que caen en esa falta. El mismísimo Presidente, su ministro del interior y casi cada alto funcionario de gobierno han tenido que salir a dar explicaciones respecto de cuestiones pedestres que simplemente no tienen comparación con la enormidad de las faltas y delitos cometidos por quienes hoy les persiguen con demencial impudicia.

Carecer de un plan comunicacional que reconozca esa realidad —de ser objeto de pérfido y constante  escrutinio por parte de quienes no resisten la más mínima revisión de su pasado— es, como afirmó Churchill, algo "peor que un crimen, un grave error".

Y en ello don Rodrigo Hinzpeter, que recién ha saltado a la arena de la figuración pública de la mano de Sebastián Piñera, está muy equivocado si supone que los chilenos estamos al tanto de cada rasgo de su personalidad y, mucho más equivocado todavía, si pretende dar lecciones de firmeza de carácter y buen manejo a nadie.

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lunes, 7 de febrero de 2011

¿El Mercurio, sigue mintiendo?

Desde mediados del siglo pasado, el progresismo local ha acusado al diario El Mercurio de ser un medio sesgado a favor de la derecha, controlado por "el capital".

Pero es público y archisabido que ese medio ha dado espacio permanente a opinantes y líderes progresistas, varios de los cuales han sentado plaza de columnistas estables.

Encima de eso, por muchos años y hasta la fecha en que escribo estas líneas, la sección cartas y los espacios de tribuna siguen mayoritariamente ocupados por esas personas.

No he podido hacerme de tiempo como para reportar algo más completo, pero una simple mirada a ediciones actuales de ese diario sirven para probar que ese cargo de los "zurdos" no pasa de ser otro mito. De paso, es apreciable la extensión que ha llegado a tener la influencia progresista por la vía de controlar ONGs financiadas con dinero fiscal:

31 enero. Columna (no mera carta) de Mónica Jiménez ex Ministra de Educación de Bachelet, ahora al frente de "Aequalis, Foro de Educación Superior", organización suponemos financiada por la corrupta administración saliente que pasó dineros sin control previo de legalidad. (ver Nota, abajo)

02 febrero. Conadecus (financiada con dineros fiscales pero controlada por el progresismo) detiene la fusión internacional LAN/TAM, contando con el beneplácito de los tribunales de comercio controlados por ellos mismos.

04 febrero. Dra. Vivienne Bachelet Norelli, Presidenta Salud un Derecho, ocupa un gran espacio de tribuna para defender las tesis progresistas sobre el tema.

04 febrero. Claudia Castelleti Font, Subjefa Depto. Estudios y Proyectos Defensoría Penal Pública, controlada por el concertacionismo, en una oscura movida que clama al cielo por justicia, defiende las tesis zurdas en defensa de los derechos de los inculpados (una de las principales causas de la explosión delictual)

04 febrero. Andrea Betancor, firmando como Directora de Estudios Comunidadmujer, también financiada por el fisco peero controlada por el progresismo, defiende las posturas concertacionistas en materia de posnatal.

04 febrero. Pablo Contreras, LL. M. (c) International Human Rights Northwestern University, defiende la postura izquierdista y antiyanqui sobre profiling en aeropuertos.

06 febrero Columna de Enrique Krauss Rusque proponiendo fórmulas para potenciar el concertacionismo.

06 febrero Alberto Undurraga, Alcalde de Maipú, reclamando los méritos de Lagos y Bachelet en la construcción del metro, cuestión que explica las manifestaciones orquestadas para el día de la inauguración de esa obra.

De la siguiente carta no estoy seguro, pero supongo que los tales Programas Educativos Vitamina son otra ONG zurda:

06 febrero Maria Luisa Orellana, Directora, con espacio para exponer sus tesis

Estoy seguro que una revisión hacia adelante y hacia atrás arrojará resultados muy ilustrativos acerca de la enorme presencia en los medios de aquellos que los chilenos sacaron del gobierno.

Esta gente considera sesgado a cualquier medio que no controlen en un 100% y por muchos años han repetido la cantaleta de que "El Mercurio miente".

Ahora estoy que les creo.

Nota. Según el vespertino La Segunda, la Contraloría —misma que declaró al MIR como PYME para que los ex-terroristas designados a dedo por Andrés Pascal Allende cobraran indemnización de por vida—no habló de anomalías, sino que señaló que "Hacienda en lo sucesivo debe dar estricto cumplimiento".

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