miércoles, 27 de octubre de 2010

Detalles mínimos y errores mayúsculos

Gran revuelo han tratado de generar los opositores al gobierno por el verso tradicional del coro del himno alemán ("Deutschland, Deustchland über alles") que, para lisonjear a sus anfitriones, Sebastián Piñera insertó al firmar un libro de visitas en Alemania.

La frase la aprendió nuestro Presidente mientras se educaba en la escuela "Colegio del Verbo Divino" de Santiago, una de varias creadas y administradas en Chile por la congregación católica alemana Seguidores del Verbo Divino (SVD) desde el inicio de su actividad en 1900, donde aparte de la enseñanza del idioma se hace cantar a los alumnos ese himno en ciertas ocasiones.

El caso es que después de la II Guerra Mundial ese verso fue reemplazado por otro, ya que ejecutado en voz de los socialistas nacionalistas en el poder que desataron ese conflicto sonaba como "fichteniano" (googleen buscando Edward Fichte), es decir, la visión de Alemania como por encima de las demás naciones del planeta.

domingo, 10 de octubre de 2010

Peña, el rector fanático.

El truco que usa Carlos Peña, uno de los columnistas de izquierdas que mantiene El Mercurio, consiste en la descripción mañosa de un hecho para luego desacreditarlo en un estilo que aparenta cierta academia por la vía de insertar citas y referencias a tratadistas.

Como la de todo progresista, la fe de Peña se basa en la noción socialista de que unos pocos ilustrados pueden determinar qué es bueno y qué es malo para la "sociedad", vocablo usado para referirse al género humano.

domingo, 3 de octubre de 2010

Vaya con el vecindario

Cierto, por su orientación a la eficiencia y la eficacia de la gestión, el actual gobierno de Chile merece rotularse como la "Nueva Forma de Gobernar" (NFG), dada la enorme diferencia con los gobiernos progresistas, que dilapidaron y malversaron muchísimo dinero en una saga corruptiva y de desaciertos que todavía espera salir a la luz.

Es cosa nada más de ver lo obrado frente a emergencias nacionales como el terremoto de 27F, cuando la población amagada sufrió los fatales efectos de la torpeza y deshonestidad de Bachelet que aún en el clímax de la desgracia se encerró a firmar abultadísimos cheques para financiar a organismos políticos de su preferencia, con el agudo contraste de un nuevo gobierno que hizo alarde de capacidad ejecutiva para coordinar en tiempo record la ayuda necesaria para neutralizar la crisis.