jueves, 23 de diciembre de 2010

2010 un año para recordar.

El titular del pasquín The Clinic, dirigido por izquierdistas, destaca la visión del progresismo local del año que se acaba: "Un año para la callampa", reflejando su desazón y vulgaridad.

La principal "desgracia" que los progresistas asocian con este año es la pérdida -el 17 de enero- de la Presidencia de la República, bastión muy significativo [pero no el único] en el conjunto de instituciones en las que se reparte el poder público en nuestro país y lo difícil que ha sido para ellos dañar la gestión del nuevo gobierno sin construirse una imagen de obstruccionismo, cada día más evidente.

Con la pérdida de la Presidencia se vinieron al suelo muchas de las tesis que la centroizquierda creía haber impuesto irremisiblemente: que ellos eran los únicos demócratas, que los chilenos estaban felices con su administración, que eran sus políticas y no el modelo heredado las que habían hecho avanzar al país, que la derecha representaba la "dictadura" y el retroceso, etc.

Junto con ello, el control de la caja fiscal para desviar los dineros públicos en época electoral, el financiamiento de las actividades ideológico estratégicas de las organizaciones afines (ONGs) y el enriquecimiento ilícito mediante la repartija de subsidios, contratos y arreglines, etc., son significativas pérdidas para el progresismo, lo que los llevó a diseñar y ejecutar planes para capear la tormenta y asegurar a todo evento la recuperación del poder ejecutivo el próximo período (saben que si no recuperan La Moneda en el 2014 va a ser muy difícil que mantengan el grado de control nacional que ya han conseguido e incluso arriesgan su propia supervivencia como coalición política significativa).

Aunque el terremoto del 27F desnudó la ineptitud y demagogia de Bachelet (como todas las calamidades previas bajo el concertacionismo -sin excepción), se aprovechó sin asco el evento para acelerar los eventos de ayuda pública a fin de disponer de los fondos acumulados y repartirlos de modo que el gobierno entrante quedara sin poder usarlos. Eso explica que la organización "Techo para Chile" se encontrara de golpe y porrazo manejando muchos millones de dólares y que su gestión colisionara tan frontalmente con los esfuerzos del nuevo gobierno por superar las emergencias e iniciar la reconstrucción.

Habiéndose instalado a partidarios en el Tribunal Constitucional, en la Corte Suprema y demás tribunales que, sumados a los ya designados en el control del Ministerio Público, la Contraloría y otras organizaciones estatales financiadas con dinero del erario (que aseguraban su capacidad de conocer y dificultar casi cada paso del futuro gobierno), el dolor y la desgracia del terremoto no fueron óbice para que en esos precisos días Bachelet se encerrara a autorizar enormes cantidades de dinero que aseguraran la supervivencia de las ONGs partidarias.

Ya consolidado el control de todo ese enorme aparataje, el progresismo se dedicó a poner trabas en todos los frentes al desempeño del gobierno afanado en superar las descomunales emergencias dejadas por el terremoto, criticando hasta la más mínima e intrascendente movida.

Así las cosas, sobrevino el desplome de la mina San José y el rescate de los 33 mineros, evento que desde el primer minuto se sumó a la andanada de críticas provenientes desde el progresismo obstruccionista, intentando presentar la inseguridad del trabajo en ese sector minero como codicia de la derecha, pero que terminó siendo otra muestra de la increíble venalidad de la administración pasada.

Por su espectacularidad y trascendencia mundial, el feliz desenlace de ese evento fue una nueva desgracia para el progresismo. Ni siquiera pudieron condicionar el tratamiento mediático del tema respecto del cual simplemente no era posible abstraerse.

El reciente incendio de la cárcel en San Miguel, con 81 muertos, se vio como una nueva oportunidad, pero a poco andar ha emergido la evidencia del irresponsable tratamiento que apunta directamente a la felonía y efecto corruptivo de la administración anterior tanto en Gendarmería como en Carabineros.

Y para despedir el año, la interpelación para acusar a la Ministra de Vivienda de mal manejo en los planes de reconstrucción resultó, como muchos lo predijimos en Twitter, un completo fiasco que hizo recordar la ridícula investigación parlamentaria a la que se quiso someter al entonces alcalde de Santiago, Joaquín Lavín.

Sin embargo, para los chilenos este ha sido un muy buen año.

No sólo se ha retomado el ritmo de crecimiento que venía cayendo en dos décadas de demagogia y corrupción. También se ha repuesto la fe en la capacidad gubernamental de liderar con honestidad e integridad y, con ello, la esperanza de que se desaten las fuerzas del desarrollo por tanto tiempo trabadas.

Nuestro país ha conseguido en estos poquísimos meses proyectar eficiencia y posesión de valores aletargados por la connivencia del progresismo con lo más regresivo de Latino América.

El 2010 ha sido un año de realizaciones que, obtenidas en las más desfavorables condiciones y bajo el fuego graneado de la demagogia obstruccionista, nos hace abrigar esperanzas de que los siguientes serán cada vez mejores, sobre todo si se logra neutralizar la maquinaria que desde las sombras entrampa cada paso del ejecutivo.

De lo que sí podemos estar seguros, porque ha quedado muy probado, es que la visión de nuestro país que tiene el progresismo es perfectamente contraria a la que tienen los chilenos. Si ellos lo ven negro, es señal de que en realidad es brillante.

Y que si ellos llegaran a verlo brillante, tendríamos que preocuparnos gravemente.

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domingo, 12 de diciembre de 2010

La corrupción no sólo toma dineros, también toma vidas.

El 8 de diciembre pasado un incendio de madrugada provocado por peleas entre internos mató a 81 de ellos en la cárcel de San Miguel, en Santiago.

El presidio, que aloja en precarísimas condiciones a más del doble de presos de su capacidad, carece de equipamiento para detectar o combatir emergencias y la dotación de personal de vigilancia es ridículamente pequeña en relación a la población penal.

Este centro de reclusión no es el único tan desprovisto, incluso hay otros que funcionan en instalaciones todavía más miserables. Tampoco es el único incendio nocturno reciente con internos que mueren calcinados. El 22 de octubre del 2007, en un evento similar que afectó a un centro de detención de menores en la ciudad de Puerto Montt, encontraron la misma horrorosa muerte 10 jóvenes internos.

La causa de estas tragedias es clara e indiscutible: insuficiencia de recursos materiales y humanos. Por ello cabe preguntarse ¿por qué no se han destinado fondos para estos recursos?

La respuesta es devastadora: los recursos sí fueron destinados y en cantidad suficiente. Pero fueron malversados.

Ante la esperable reacción ciudadana, los responsables de la malversación, líderes de la coalición de gobierno que dejó el poder el 11 de marzo pasado, han reaccionado de variadas formas.

La mayoría alega que este es un "tema país", expresión acuñada por ellos para eludir el bulto haciendo responsable a toda la nación. Esto encaja con la postura de "no buscar culpables", pretendiendo que por esta vez y dada la gravedad del asunto no culparán al gobierno.

Ricardo Lagos, que ocupó la Presidencia 2000/2006, ha creído salvar algo de su gestión exigiendo insolentemente que el Presidente Piñera reconozca que en su período se construyeron más metros cuadrados de cárceles.

Hay otros (entre ellos el mismísimo Presidente de la Corte Suprema de Justicia, entronizado por el régimen anterior y claro opositor a este gobierno) que alegan que el problema de sobrepoblación carcelaria es culpa de la actual coalición en el gobierno por su presión —cuando eran oposición— para exigir seguridad de la ciudadanía ante el repunte delincuencial.

Por último, están aquellos que culpan directamente a este gobierno de lo ocurrido y en el paroxismo del descaro exigen la renuncia del actual ministro de justicia.

Sin embargo, será difícil contener la verdad de lo mal obrado por estas personas, que no sólo son culpables de haber malgastado los fondos para el adecuado funcionamiento del sistema penitenciario sino que además son responsables del repunte delincuencial.

¿Cómo es esto que la Concertación sea responsable del repunte delincuencial?

Efectivamente, que haya más gente en las cárceles no obedece a la presión de la antigua oposición que ahora es gobierno cuando exigía justicia y castigo para los delincuentes, sino a las políticas demagógicamente permisivas y hasta de complicidad con el delito que mantuvo durante 20 años el grupo actualmente en la oposición.

Los 20 años de gobierno progresista de la llamada Concertación por la Democracia partieron el 11 de marzo de 1990 y terminaron la misma fecha de este año.

A pocos días de iniciado ese período, el 21 de marzo de 1990, el General (r) Gustavo Leigh Guzmán fue acribillado a balazos en su oficina, quien salvó la vida pese a que quedó con serias lesiones. El 10 de mayo siguiente  sería asesinado el coronel de Carabineros, Luis Fontaine. Antes de completar un año de gobierno, el 3 de marzo de 1991, fueron asesinados el médico del Ejército, Mayor Carlos Pérez Castro y su esposa, Anita Schlager. Unos días después, el 1 de abril, es asesinado el senador Jaime Guzmán. Todos estos atentados fueron cometidos por grupos violentistas cuyos miembros eran y son gente conocida del régimen saliente, ninguno de ellos está cumpliendo condena y algunos ni siquiera fueron sometidos a proceso.

Los asesinos de Jaime Guzmán que pudieron ser apresados (luego de una operación detectivesca que fue dificultada por la administración dejando escapar a los implicados de mayor connotación política) están libres producto de una maniobra de rescate que involucra gravemente al gobierno de la época, porque fue una operación que requirió autorizaciones del más alto nivel para:

1. Que la extremista Marie Emmanuelle Verhoeven fuera contratada por Gendarmería (autoridad penitenciaria) como "psicóloga" que coordinaría en todo detalle la operación con los internos involucrados

2. Que los violentistas a rescatar pudieran reunirse sin problemas en el punto preciso de izaje desde un helicóptero suspendido sobre el patio elegido del recinto penitenciario.

3. Que el día señalado para la operación se reemplazara la cuadrilla en las torres de vigilancia armada por personal sin experiencia, con fusiles viejos y de escaso poder de fuego.

4. Que el helicóptero sobrevolara la ciudad y completara su misión sin ser molestado, y

5. Que los asesinos pudieran salir del país sin un rasguño ni problema por los puestos de inmigración.

A estos hechos se agregan varios asaltos y el secuestro del hijo del dueño del diario El Mercurio, cometidos en casi total impunidad por los mismos grupos.

Pero encima de esto los chilenos empezaron a sufrir la demagógica postura "por la vida" que llevó a los mandatarios concertacionistas a indultar de la pena de muerte a asesinos violadores confesos y condenados. Incluso al indulto total de implicados en enormes operaciones de narcotráfico sólo por el hecho de su militancia política afín al gobierno.

Por si lo anterior fuera poco, el régimen afortunadamente ahora fuera del poder, impuso legislación para proteger "los derechos" de los sospechosos de cometer delito, derogando la obligación de portar identificación, eliminando la detención por sospecha, dificultando el acto aprehensor de la policía e incluso castigando a estos efectivos por "exceso de fuerza represiva" en actos de protesta o conmoción.

Estas visiones demagógicas terminaron debilitando la capacidad disuasiva de la policía y consagraron algo que los chilenos llaman "la puerta giratoria" de la administración de justicia: los malhechores salen por donde entraron, en cosa de minutos.

Esto, mucho más que la pretendida debilidad del régimen anterior a las críticas opositoras, explica claramente el repunte de la inseguridad ciudadana y la obvia necesidad de preparar el sistema penitenciario para alojar a los muchos que ahora hacen su agosto dedicándose al más rentable de los negocios: el delito.

¿Cómo se respondió a la necesidad —ahora urgente— de potenciar el sistema penitenciario?

Se hizo aprobar los fondos respectivos, pero estos "se gastaron" en estudios, asesorías y otros servicios de nula utilidad para el fin al que estaban destinados.

En edición del 23 de julio del 2007, el diario El Mercurio hace un brevísimo sumario ejemplar de cómo se distribuyeron estos dineros: "más de $7 millones, entre los años 1995 y 1996, recibidos por el ex ministro de Justicia y actual presidente del PRSD, senador José Antonio Gómez. También aparece el actual ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade (PS) -quien está casado con la actual subdirectora técnica de Gendarmería, Miriam Olate- el cual aparece percibiendo honorarios por un monto cercano a los $25 millones entre los años 1996 y 2005. Por su parte, el ministro de Justicia, Carlos Maldonado percibió honorarios por cerca de $15 millones entre los años 1998 y 2000, mientras que la embajadora en Alemania, Marigen Hornkohl, figura recibiendo pagos por un monto superior a los $40 millones entre los años 1994 y 2000. Osvaldo Puccio (embajador), hermano del ex subdirector de la entidad, Carlos Puccio, figura con pagos por un total superior a los 20 millones de pesos. Además se incluyen en listado asimismo algunas figuras DC vinculadas al "alvearismo", como la ex directora de Chiledeportes Loreto Ditzel y el ex subsecretario de Justicia Jaime Arellano".

Respecto de estas repartijas, el ex Ministro de Justicia, Carlos Maldonado, "explicaba" en la misma fecha al diario La Tercera que esta era "una manera, a través de la prestación de asesorías adicionales, de aumentar las remuneraciones para hacerlas más razonables y coherentes con las funciones y responsabilidades que se desempeñaban".

Pero eso no es para nada cierto, porque muchos dirigentes de la corrupta coalición pasada obtuvieron sueldos completos y constantes por mucho tiempo sin jamás haber prestado servicio alguno.

Un ejemplo, en El Mostrador de fecha 18 de marzo del 2008, se da cuenta que el Director de Gendarmería "logró" que el hermano del senador Camilo Escalona, Simón, "presentara su renuncia al Servicio de Gendarmería" luego de completar 15 años cobrando un sueldo mensual de $500.000 sin jamás presentarse a trabajar, puesto que se dedicaba a la actividad partidista y a la administración de sus escuelas que recibían subvención del Estado.

Y es obvio suponer que esta persona no puede sino haber sido una de las muchas gozando de tan espléndido "arreglo", si consideramos que hasta una hija de Michelle Bachelet hizo asesorías siendo apenas estudiante.

Tanta sangría del presupuesto penitenciario impidió el financiamiento de la necesaria infraestructura, equipamiento y dotación de personal que podría haber impedido tragedias como las del 8 de diciembre pasado.

Es decir, la corrupción y descaro para darse la buena vida con los dineros destinados a proveer un servicio penitenciario que diera seguridades a los ciudadanos y a los internos, ha traído consecuencias todavía más graves que el mero desfalco.

Hay muchas vidas humanas que se agregan al monstruoso precio exigido por la más corrupta administración de gobierno que el país ha tenido en toda su historia.

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sábado, 4 de diciembre de 2010

Popularidad o Efectividad

Tarjetas de visita con imagen pre-impresa como ésta se ofrecen en un sitio norteamericano que ha registrado el slogan "The world's favorite place to find or make unique T-shirts and gifts", con un buen surtido de memorabilia que incluye jarros, carcazas de I-Phone y cientos de objetos con el tema Chile.

Por supuesto, en el amplio mercado norteamericano no es difícil encontrar los objetos más exóticos, y no es para nada novedoso que se pueda encontrar artículos de regalo inspirados en nuestro país.

Lo nuevo es la variedad y abundancia de este material, para el que hay ahora muchos proveedores, lo cual prueba que en USA (y no sólo allí) Chile está de moda y es obvio que el detonante de esta popularidad ha sido el rescate de los 33 mineros.

Aunque la oposición al gobierno de Chile miró el asunto con escepticismo, cuando no con rechazo y mala voluntad (postura a la que se sumó el derechista Hermógenez Pérez de Arce, enemigo personal del Presidente Piñera), el mundo ha tomado esta operación de rescate como un ejemplo de determinación y efectividad con resultados que trascienden con mucho el ámbito nacional.

El pronto, decisivo y claro liderazgo del Presidente generó un contraste que ha afectado a  otros gobernantes renuentes —por cobardía o cálculo político—  a involucrarse como lo hizo don Sebastián Piñera. Ahora las gentes de otros países cuentan con un ejemplo claro para referirlo a la actuación de sus propios gobiernos frente a catástrofes y uno de esos países es nada menos que los Estados Unidos.

Este video muestra la dejación del Presidente Barack Obama frente al derrame de petróleo que afectó el mar y la costa del Golfo de Mexico frente a Louisiana:


También se han llevado sus palos el gobierno castrista de Chávez (por graves inundaciones), el de Nueva Zelandia (que nunca se involucró en el rescate de casi 30 mineros que se han dado por muertos) y en Chile mismo, donde la gente compara lo obrado por el Presidente Piñera con la torpeza, deshonestidad y cobardía del gobierno de Michelle Bachelet.

Esta gesta disparó la popularidad del Presidente chileno, pero la oposición y Pérez de Arce se han encargado de contrarrestar ese efecto explotando denuncias nunca comprobadas del interés del gobierno por desplazar a un dirigente del fútbol en favor de otro de su preferencia.

Ahora la popularidad de don Sebastián ha descendido, pero mientras no descienda su efectividad, los chilenos no tenemos que preocuparnos y podemos concentrarnos confiadamente en nuestro trabajo, que es lo que desarrolla al país.

¡Aguante, Presidente Piñera!

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