jueves, 13 de diciembre de 2012

Principios débiles y apetitos fuertes.


Al llegar a la Presidencia, Sebastián Piñera convocó a la actual oposición para que junto a sus cercanos centristas de la Derecha conformaran un gobierno de unidad, invitándoles a formar parte del gobierno.

Pasado un tiempo, ciertos congresistas y dirigentes de RN se declararon en rebeldía con la directiva del partido y llamaron a descabezarlo o salirse de él para constituir una Nueva Derecha, más "centrada" y tolerante.

A poco andar, el presidente de RN inició contactos con la DC para iniciativas de modificaciones constitucionales que fueran del agrado de ambos. Hecho que varios analistas saludaron como el renacimiento del centro político.

Ayer supe que Felipe Kast renunció a la cabeza del programa del gobierno para la superación de la vivienda precaria, a fin de asumir el liderazgo de una nueva agrupación de centro derecha "más tolerante".

Siendo que todas las iniciativas similares anteriores fracasaron, quise saber cuál es la sustancia de este nuevo movimiento o partido, pero me enteré que aparte del atractivo logo y la invitación a sumarse, no hay —aún— un documento o declaración de principios.

A estas alturas, es claro el atractivo que ejerce el "centro" político en los creadores de estos movimientos. Tanto, que insisten en esa inclinación pese a que los intentos anteriores han sido todos fallidos.

Creo que una lectura superficial de la realidad, muchas veces teñida del influjo de los medios (casi absolutamente controlados por el progresismo), lleva a estas personas a pensar que la baja popularidad de Sebastián Piñera y los magros resultados de las municipales se han debido a que esta administración no ha sido suficientemente "centrista".

Estos líderes pro-centro no parecen advertir que los chilenos que votaron por esta coalición (bajo un esquema de fuerte presión del régimen anterior que ocupó sin tapujos los recursos estatales para condicionar el voto) lo hicieron por la Derecha tal cual era, bastante menos "centrista" que lo que se ha revelado esta administración.

Ciertamente, nadie podría acusar al gobierno de Sebastián Piñera de "excesivamente derechista", al contrario. La constante, desde que asumió, ha sido de promover y aprobar ayuda social en una medida inédita, tanto en su cobertura como en el enorme costo financiero. Al punto que muchos, injustamente, han llamado a esta administración "el quinto gobierno de la Concertación".

Sin embargo, los líderes de estas iniciativas centristas tampoco se dan cuenta que la cascada de subsidios, prebendas y ayudas fiscales de este gobierno —que superan con mucho la magnitud y el impacto de los gobiernos anteriores— no tiene ningún eco en las encuestas de popularidad ni se vio reflejada positivamente en las municipales recién pasadas.

En realidad, es difícil entender la lógica que siguen los que, como Felipe Kast, creen que la solución va por acentuar todavía más la impronta que hasta ahora no ha allegado un solo voto a la derecha.

Por mi parte, estoy absolutamente seguro de que el recto camino va en sentido contrario.

Hay una multitud de cuestiones que esperan recibir una mano netamente derechista:
  • La descentralización del aparato estatal en favor de las comunidades reales (no "las regiones", que son entelequias).
  • La poda de la excesiva injerencia del aparato central de gobierno en la vida de las personas (educación, salud, transporte)
  • La disminución del presupuesto nacional y el alivio tributario, para favorecer a las comunas, la iniciativa y las familias (eliminar el IVA a las frutas y verduras frescas, eliminar el impuesto de timbres y estampillas, eliminar el impuesto a los combustibles, eliminar el impuesto a la vivienda, etc.)
  • Desarmar las trenzas de los grandes conglomerados fortalecidos por un entendimiento directo con los del poder político (los gatos gordos de que hablo en este artículo)
  • Favorecer la educación técnico profesional dándole prioridad por sobre los subsidios a la formación en licenciaturas universitarias, por su efecto emancipador en la capacidad personal para labrarse un futuro
  • Sacar a Chile del club castro chavista y llevarlo a que asuma el liderazgo que todos los latinoamericanos esperan.
  • Enfrentar las mafias sindicales y favorecer el libre entendimiento laboral.
  • Sacar al pizarrón al régimen anterior por sus excesos corruptivos y hacerle enfrentar sus responsabilidades. Millones de chilenos se han quedado con los crespos hechos al esperar que este gobierno auditara debidamente las administraciones anteriores, iniciando una temporada de desfile por tribunales de tanto líder centro izquierdista que abusó del modelo para su propio beneficio. Al contrario, todos vemos que la centro izquierdista alcaldesa que consiguió desplazar a Labbé de Providencia, ha empezado por eso. Ella espera encontrar algún cargo que formular a su predecesor y aunque ha alegado tener otras motivaciones, nadie podría creer algo distinto. En la misma parada están todos los alcaldes concertacionistas que desplazaron a derechistas: hurgando qué cargos formularles para dejarles sin ganas de reintentar la recuperación del cargo.
En fin, son muchas las iniciativas de corte netamente derechista que el pueblo chileno se ha quedado esperando.

Salir con tonteras centristas demuestra debilidad de principios y una cierta codicia política, la esperanza de darle el palo al gato para alzarse con cargos de representación. Nada más alejado del legado de quienes sacaron a este país de la mediocridad y lo pusieron donde nunca había estado.

5 comentarios:

  1. Excelente don Ciro. La publicaré en JUPITER.

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  2. Esto lo dijo Felipe Kast hace algo así como un año atrás: “No basta con enseñar a pescar, porque hay veces que enseñar a pescar toma tiempo, sino que también tienes que entregar pescado".

    El nuevo movimiento será sin duda más bacheletismo aliancista.

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  3. La lista de iniciativas insatisfechas es muchísimo más larga que la que puse arriba, pero estoy dispuesto a apoyar al grupo que se ponga estos objetivos.

    Sospecho que no seríamos pocos los que nos sumaríamos.

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    Respuestas
    1. Yo también sospecho lo mismo, pero no encontramos líderes.
      Está claro que a los de nuestro sector no les gusta "la cosa pública" y casi nadie está dispuesto a sacrificar tranquilidad y plata, por malos ratos, el odio de gran parte de la "masa", el pago de Chile, etc.
      En otros post he sugerido a Hernan Buchi o José Piñera, quienes ya están consolidados y podrían SACRIFICAR un par de años de sus vidas por nuestro país, pero cómo llegamos a ellos.
      Veamos, pueden sugerirse más personajes, pero estamos justo en la hora de las encrucijadas, la idea es plantear a uno de los nuestros a la presidencia, nada con las primarias.
      Que opinan

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    2. Difícil encontrar hoy a alguien con un perfil similar al de don Diego Portales, que tomó la cosa pública como trabajo sucio, nunca cobró sueldo y jamás tuvo pelos en la lengua para decir las cosas por su nombre.

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