lunes, 15 de octubre de 2012

América: angustias y esperanzas

Negros días se vienen para nuestra sufrida América.

En 1999, aprovechándose del hastío frente a la corrupción y la despreocupación por el desarrollo, los termocéfalos del socialismo atrajeron votos de los venezolanos para aupar al inescrupuloso aventurero Hugo Chávez al gobierno de Venezuela.

Una vez allí, no ha habido bajeza que se hayan ahorrado para eternizarlo en el poder y apoyar con dinero del petróleo al castrismo criminal que arrasa con la democracia y la libertad en el continente.

Y cuando los venezolanos acordaron finalmente ir unidos para enfrentar al dictador, el Consejo Nacional Electoral controlado por él le ha concedido fraudulentamente —cómo no— mayor votación que la legítimamente obtenida, ahogando en la cuna las nacientes esperanzas inmediatas no sólo de venezolanos sino de cubanos, nicaragüenses, ecuatorianos, bolivianos y —quién lo habría imaginado— de argentinos.

El peligro es serio, no sólo por la magnitud de la zona amagada de América sino por varias otras agravantes:

1. El totalitarismo actuará con urgencia para aumentar y amarrar su control del poder en Venezuela porque Chávez puede agudizarse en su enfermedad, ya luego vienen otras elecciones (que en cada oportunidad ponen a prueba la paciencia y credibilidad de la nación) y porque a pesar del fraude no se pudo ocultar el enorme respaldo de la oposición al socialismo en ese país. Veremos cómo, con similar rapidez, los actuales gobernantes de los países nombrados arriba se aferrarán al poder debilitando la capacidad de alternancia, combatiendo la prensa independiente y concentrando en sus manos el control financiero y de la economía en general.
Son violentos, corruptos, totalitarios... y muy amigos. Lo peor de América
2. Se incrementará la ominosa proyección sobre pueblos con gobiernos de signo contrario (del odiado "neoliberalismo") donde el castrismo opera desde la oposición con diversos grados de influencia, fortaleciendo la actividad de los grupos armados en Centro América, México, Colombia y Perú. Todo ello en conjunto con la presión de las orgánicas de ese signo (ALBA, UNASUR, Mercosur —ahora volcada al castro chavismo— y CELAC) para imponer pronunciamientos continentales y para debilitar la capacidad de reacción y la estabilidad de las naciones libres.

3. Al mismo tiempo, en Chile —actualmente gobernado por la centro derecha— se extremarán el activismo y la violencia terrorista, se combatirán las normativas para la inmigración ilegal, se condicionará el suministro energético y se dificultará la operación de las transnacionales de ese origen, presionando fuertemente para que vuelva al poder el grupo local ideológicamente afín, en la figura de la castrista Michelle Bachelet usada como en la leyenda del Cid: una figura de monigote que tiene el único efecto de aglutinar la centro izquierda desacreditada e internamente devastada por el colapso de su "relato"(*).

4. Para enfrentar a los Estados Unidos (visto por ellos como amenaza para su proyecto totalitario), se acometerá un rápido reforzamiento de los lazos con los regímenes de Irán, de los países euro-asiáticos y de Rusia, donde Putin se aferra al poder arrasando la democracia y la libertad ciudadana, del mismo modo que los castristas americanos.

La capacidad y los recursos para responder a estas amenazas no abundan.

El actual gobierno norteamericano (contra lo que diagnostica el castrismo) no se moverá en defensa de la libertad ni la juridicidad en este lado del continente. Más interés por hacerlo tendrían grupos civiles en esa nación que ahora están luchando por sacar del poder al socialista Obama, cuyo gobierno ha incluido a activos comunistas (Van Jones, Jarret, y una larga lista)  e ideólogos del totalitarismo (Cass Sunstein, David Axelrod y otros). Si los norteamericanos logran sacar a Obama, tendrán todavía bastante trabajo desmontando el descomunal aparato que sigue la misma impronta del castrismo: precarizar a las personas (hacerlas dependientes de subsidios y prebendas federales) por la vía de "defenderlas y protegerlas".

En Colombia, donde también hay un gobierno no-castrista, la situación no es mucho mejor. Aún en etapa de controlar el avance militar del castrismo, el actual Presidente Juan Manuel Santos ha entrado en conversaciones con esa guerrilla y con Chávez, debilitando con ello la recia postura que conformó su antecesor y que le permitió a él llegar al poder.

En México y Perú, los actuales gobernantes actúan en un medio plagado de simpatizantes de la causa totalitaria, donde la academia, el periodismo y los gobiernos locales están permeados por sus agentes y el narcotráfico, todos ellos siempre dispuestos a generar serios problemas a quien enfrente al castro-chavismo.

Chile no está mucho mejor. Pese a que los chilenos resolvieron en el 2010 sacar del poder ejecutivo a los simpatizantes del club totalitario, el nuevo gobierno ha sido débil y pacato para desmontar sus amarres. Ese grupo sigue en perfecto control del aparato de justicia, de la orgánica de defensa de los derechos humanos (satánica ironía), de todas las ONGs financiadas con dinero fiscal, de las mayorías del Congreso (obtenidas mediante años de cohecho con las prebendas sociales), del periodismo en todas sus formas, de los sindicatos en la administración pública y en la producción, de todas las universidades tradicionales y de varias privadas; y, en fin, de una larga lista de entidades que operan en la conformación de la opinión.

En resumen, mientras los venezolanos y los pueblos amenazados por el castro chavismo necesitan desesperadamente de ayuda para defenderse y combatirlo, la posibilidad extrema de constituirse en destino de escape para huir hacia los países no dominados por el totalitarismo se desvanece.

Esperanzas.

Este es el momento para que Chile tome el liderazgo en la defensa de la libertad y el gobierno asuma sin complejos el rol que muchos esperan. En un cuestionario que tuvo la gentileza de responderme en febrero del 2010 Antonio Ledezma, alcalde de Caracas y uno de los líderes de la lucha contra el castrismo en Venezuela, declara: "El nuevo gobierno del presidente de Chile, Sebastián Piñera, debería mantenerse alerta, desde los organismos internacionales en los que tiene representación, para frenar el proyecto expansionista de Hugo Chávez y salir en defensa del respeto a los acuerdos multilaterales que obligan a los países miembros a mantener el talante democrático de sus acciones."

En toda Latinoamérica, ningún país como Chile exhibe un registro similar de logros del modelo basado en la libertad de las personas para emprender y darle a su vida el giro que prefiera. Aunque la coalición pasada quiso vestirse con plumas ajenas reclamando autoría en esos logros, es perfectamente claro que su origen está en el modelo que esa misma gente combatió siempre y que ahora vienen dispuestos a abatirlo de una buena vez.

La coalición actual representa genuinamente a los sectores que definitivamente creen en el modelo y están dispuestos a defenderlo.

Sin demoras ni vacilaciones, el presidente Piñera debe asumir esa defensa con decisión y coraje.

Debe defender la libertad y el derecho a los usos democráticos en toda América, desde las tribunas en las que tenemos representación. Y si esas tribunas no le permiten hacerlo, pues debe denunciarlas y, llegado el caso, abandonarlas. La presencia de Chile en Mercosur y demás organismos transnacionales de la vecindad no nos aportan absolutamente nada y nada tenemos que perder. Pero usarlos para exigir elecciones limpias, respeto a la libertad de prensa, el libre juego democrático, el intercambio libre de bienes y servicios, y el respeto a los derechos humanos (los verdaderos, mismos que son arrasados por el castro-chavismo) es lo mínimo que podemos exigir de ellos.

Esta vez son muchos millones de ojos los que miran esperanzados a don Sebastián Piñera. Esperemos que honre esa esperanza y actúe con decisión.

Nos conviene a todos y, si de verdad le interesa el reconocimiento público, a él más que a nadie.

Nota: Entre otras muchas pruebas del fraude en Venezuela, recomiendo tomarse el tiempo de revisar este material

(*) Para lectores del extranjero. La coalición centro-izquierdista que ganó las elecciones en 1989 (siguiendo la pauta constitucional aprobada en 1980 de traspaso del gobierno a los civiles), construyó toda una épica que —luego de 20 años en el poder— se reveló totalmente falsa: ser los "únicos" demócratas, honestos y luchadores en favor de los pobres.

6 comentarios:

  1. El precio de la libertad es la eterna vigilancia.
    Piñera es DC, ya ha realizado bastantes guiños a Chávez.

    Además, USA no va intervenir porque también hay arrepentidos.

    Lo que omite el columnista, es la influencia de Irán y los grupos terroristas islámicos en los países del socialismo del siglo XXI.

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    1. Mi esperanza es que don Sebastián caiga en cuenta que se equivocó, que aún está a tiempo de enmendar y que ahora hay millones de ojos que miran a Chile con esperanza.

      La puerta que Chávez ha abierto a Irán y al islamismo fundamentalista no es nada de poca monta. No la he analizado aquí por la orientación vecinal de esta columna, pero tienes toda la razón. Es una influencia nefasta que debe combatirse con decisión.

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  2. Ciro:

    Muy buena columna, no había tenido tiempo de leerla, pero hoy me lo hice.

    Concuerdo contigo en que la "democrática elección" (como le gusta llamarle a estos seres de izquierda a poner un voto, aunque éste sea comprado) de Mico-Mandante, es un punto clave a analizar dentro de Latinoamérica, ya que en la actualidad somos un continente foco de inversiones dado el crecimiento y la crisis europea. Como continente tenemos la desgracia (o gracia, depende como se mire) de tener ciertos países "anclas" de inversiones, como es el caso de Brasil, Chile y ahora se une Colombia y Perú. Sin embargo, estos gobernantes tienden a contagiar a otros países con su propaganda política, sobretodo en el caso de Venezuela que regala petróleo u otros bienes a quienes lo apoyen (dejando olvidado a su propio pueblo con pobreza en varias ciudades).

    Por otra parte, a USA con Obama lo veo cayendo bien profundamente al "estado del bienestar", en donde sus déficit fiscales son inconmesurables a estas alturas. Y peor si ingresan al gobierno entes comunistas, llevando las ideas fracasadas de Europa.

    Espero podamos desmarcarnos del resto que nos hacen mal (Bolivia, Venezuela, Cuba, etc) pero tal cual dices, dependerá de Piñera, al que personalmente veo muy débil ante una luz de votos y aumento de su aprobación.

    Saludos y permiso que lo copio en mi FBK para que más personas te lean.

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    1. La realidad es que hay un enfrentamiento continental en el que el socialismo está bien organizado, bien financiado y dispuestos a barrer a los libres a como de lugar.

      Acepto que Sebastián PIñera no se lo ha buscado, incluso que no le parezca atractivo asumir esta tarea. Pero no hay ningún otro líder que pueda asumir la defensa de la libertad.

      Así como la historia puso a Pinochet a dirigir la refundación de una nación sobre principios que nunca compartió "wholeheartedly", ahora llama a Piñera a asumir la defensa continental de la centro derecha, que es la defensa de la libertad y de los principios cristianos profundos que están en la base misma de nuestra civilización.

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    2. Osea, si Piñera fuese el indicado, claramente hay que apoyarlo como sea para la defensa de las libertades individuales ante el totalitarismo de la izquierda, el tema es que ha dado varias pruebas de lo contrario sólo por, creo yo, satisfacción personal. Con lo anterior no estoy desconociendo lo bien que ha estado su gobierno en términos económicos (que es donde me manejo), sino que en temas de manejo de conflictos, falta de comunicación a sus buenos proyectos, debilidad ante grupos de presiones, aumento de militares procesados, apoyo a las "limpias" votaciones en Venezuela, opinión y poyo a inversiones en energía hidroeléctrica, etc.

      Si es el elegido, ojalá venza sus miedos a las encuestas y a su aprobación.

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    3. Aún cuando anoche le escuché a Romney decir que se iba a volcar a Latino América (lo cual me parece extremadamente bien), todavía tiene que ganar la elección y enfrentarse al aparato de gobierno federal, algo desmesuradamente más grande que la monstruosa hidra que dejó la Concertación para neutralizar a Piñera.

      Es cierto que, en contraste con la gestión ejecutiva, nuestro Presidente ha tenido un pésimo récord en materias políticas, debido —precisamente— a la idea que le han vendido (Hinzpeter y su grupo) de que puede alzarse con una "nueva derecha" con adherencias democristianas.

      Pero ya hemos visto que hubo un grosero error de cálculo en cuanto a la reacción de la oposición, que responde con la guerra total y a muerte.

      Si yo fuera Piñera me volcaría a esta tarea de asumir el liderazgo vacante a escala continental. Muy pocos chilenos aprobarían a quienes combatan a un Presidente nuestro en ese rol. Y capaz que eso le gane la vuelta al poder en el 2018.

      Ojalá nos haga caso. Y de paso se opere de Hinzpeter, un sujeto que jamás debió llegar al puesto que ha mantenido pese a su pésima gestión, la ÚNICA mal evaluada por TODA la población.

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