Replicando a mi columna del pasado martes, en carta de ayer, un grupo de lectores plantea una serie de argumentos a los que corresponde referirse.
En primer lugar, a diferencia de lo que sostienen los lectores, la Carta Pastoral efectivamente desconoce el progreso que ha permitido el libre mercado para los más pobres. Según los obispos, en Chile, "la libertad económica ha sido más importante que la equidad y la igualdad", generando "tensiones y desigualdades escandalosas entre ricos y pobres".
Peor aún, según los obispos, lo que presenciamos en Chile es "una forma de explotación de los más poderosos" sobre los "menos favorecidos", quienes quedan "desamparados" en el mercado, padeciendo "la ausencia del ente que vela por el bien común", es decir, el Estado. ¿A ese tipo de reflexiones, con las que concordaría cualquier marxista, se refieren los lectores al señalar que la Carta Pastoral reconoce los méritos del mercado?
En segundo lugar, dicen los lectores que en mi columna acuso "infundadamente" a los obispos de promover la fórmula estatista. Esta afirmación resulta sorprendente, pues luego de atribuir al mercado libre todos los males imaginables, incluidos el deterioro de la familia, alcoholismo y drogadicción, los mismos obispos afirman que "el Estado ha quedado con las manos atadas para la prosecución del bien común".
Entre las soluciones, sugieren que debe incrementarse la "equidad salarial", en clara alusión a un aumento legal del salario mínimo, además de regular el lucro, al que denuncian como "la raíz misma de la iniquidad". Adicionalmente, señalan que debe "revisarse el sistema impositivo", con el fin de redistribuir aún más la riqueza. Para los lectores, nada de eso parece ser estatismo.
En tercer lugar, me acusan de usar fuentes de manera artificiosa sin dar un argumento para respaldar su afirmación. Sostienen, además, que mis fuentes serían anteriores al capitalismo industrial, por lo que no serían válidas en el contexto actual. La verdad es que, como explica Joseph Schumpeter en "Historia del análisis económico", todos los elementos que caracterizan al capitalismo ya existían cuando los escolásticos desarrollaron su impecable análisis económico. Es por esa razón que su trabajo pudo servir de base para la obra de Adam Smith y el posterior desarrollo de la ciencia económica moderna.
En cuarto lugar, los lectores afirman que la Carta Pastoral "sólo llama a cuestionar desde la perspectiva de la justicia las consecuencias que ha generado un determinado modo de concebir el libre mercado". Esto, claramente, es falso. La Carta Pastoral no sólo cuestiona, sobre la base de argumentos emotivos y fácilmente desmentibles por la evidencia, al que sin dudas es el sistema más exitoso de la historia de Chile, sino que hace un claro llamado a ponerle fin, reemplazándolo por uno más estatista.
Finalmente, es efectivo que en el magisterio de la Iglesia se encuentran elementos para criticar al libre mercado. Pero también los hay para defenderlo. No existe una posición oficial de la Iglesia sobre el capitalismo. Entre los católicos y dentro de la Iglesia hay diversas posiciones al respecto. La evidencia histórica y la ciencia económica, sin embargo, prueban que el Papa Juan Pablo II tenía razón cuando afirmó que el capitalismo, entendido "como un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada, de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción y de la libre creatividad humana en el sector de la economía", es el "modelo para los países del Tercer Mundo que buscan el verdadero progreso económico y civil" ( Centesimus annus ).
[Fin de la carta]
A continuación, inserto otra carta. Esta vez se trata de un reclamo del Presidente del Partido Demócrata Cristiano que alega inocencia en la aprobación del documento "pastoral" y del rol asumido por el grupo episcopal asociado a su redacción, que es la que ha dado origen a la denuncia de su motivación espuria, alejada de lo que corresponde a la misión de obispos cristianos.
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En efecto, el vespertino La Segunda había publicado una nota en la que daba cuenta de una cena entre los líderes democristianos y los redactores de la carta pastoral, ocasión en la que los políticos habrían alentado a los obispos a seguir en la línea político contingente.
La misiva de Ignacio Walker desestima la reportada complicidad en la orientación y el contenido de la controvertida carta pastoral, pero su desmentido confirma lo informado:
Sr. Director:
Deseo desmentir de la manera más categórica que los senadores de la Democracia Cristiana hayamos pedido al arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, y al Comité Permanente de la Conferencia Episcopal un rol más activo en los temas contingentes, como asegura en su titular la nota publicada por este diario en su edición del día jueves 18 de octubre.
Tuvimos una conversación muy rica, franca, amistosa, para reflexionar como laicos comprometidos con el quehacer político, a la luz de la reciente carta pastoral de los obispos chilenos. No es cierto lo que se dice en el titular.
La misiva de Ignacio Walker desestima la reportada complicidad en la orientación y el contenido de la controvertida carta pastoral, pero su desmentido confirma lo informado:
Sr. Director:
Deseo desmentir de la manera más categórica que los senadores de la Democracia Cristiana hayamos pedido al arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, y al Comité Permanente de la Conferencia Episcopal un rol más activo en los temas contingentes, como asegura en su titular la nota publicada por este diario en su edición del día jueves 18 de octubre.
Tuvimos una conversación muy rica, franca, amistosa, para reflexionar como laicos comprometidos con el quehacer político, a la luz de la reciente carta pastoral de los obispos chilenos. No es cierto lo que se dice en el titular.
Siempre los demócrata-cristianos nos inspiraremos en la doctrina social de la Iglesia e invitamos a creyentes y no creyentes, católicos y no católicos, a leer, reflexionar y hacer carne en nuestras vidas y en nuestra realidad social y política los lineamientos que nos han entregado los obispos chilenos, los cuales compartimos plenamente.
Ignacio Walker
Senador y Presidente del PDC
Nota de la Redacción: La nota aludida recogió las versiones dadas por distintos miembros de la bancada DC asistentes a la cena, quienes coincidieron en señalar que en dicha cita habían expresado a monseñor Ezzati que "extrañaban una participación más activa del arzobispado en temas contingentes".
Ignacio Walker
Senador y Presidente del PDC
Nota de la Redacción: La nota aludida recogió las versiones dadas por distintos miembros de la bancada DC asistentes a la cena, quienes coincidieron en señalar que en dicha cita habían expresado a monseñor Ezzati que "extrañaban una participación más activa del arzobispado en temas contingentes".
[Fin de la carta y de la nota de la Redacción]
La naturaleza claramente político partidista del contenido de la carta pastoral aludida fluye de su simple lectura. Su contenido no tiene ninguna conexión con temas evangélicos, ni siquiera espirituales. Está compuesto en un lenguaje oscuro y sinuoso (contrario a la claridad y rectitud evangélica del "sí es sí y nó es nó") en que lo único evidente es la visión ideológico-contingente de la oposición al presente gobierno de Chile.
Como lo describí en un post anterior, es un hecho que desde que asumió don Raúl Silva Henríquez estos documentos mantienen ese talante, se generan buscando una instancia supra episcopal (en la Iglesia Católica Romana la autoridad pastoral máxima en cada diócesis es la del obispo, quien debe estar en comunión con el Papa), y se publican en circunstancias similares (cuando el sector apoyado por la curia de izquierda está en desventaja política) con la clara intención de usar la cátedra pastoral para empujar al pueblo católico a apoyar esas visiones y, claramente, en contra de la postura política contraria.
Esta desconversión (adopción de la fe socialista —de naturaleza esencialmente hostil y disgregante—, que por incompatibilidad supone abandono de la fe cristiana —de amor y entendimiento) aflige a buena parte del episcopado chileno, a gran parte del sacerdocio diocesano y de varias órdenes religiosas (principalmente jesuitas, columbanos y salesianos) y por decenas de años viene afectado seriamente el vigor y fortaleza de la Iglesia Católica de Chile, alejando a los fieles de los templos, del ejercicio reverente de los ritos y dañando irreparablemente el tradicional amor y respeto de los católicos por sus sacerdotes.
Y la ilegítima vinculación del quehacer episcopal con la lucha política y específicamente con la oposición al gobierno (evidente desde que asumió la presente coalición, como lo denuncié el 18 de julio del 2010 en este mismo blog) es inaceptable no sólo por no compartir esa postura política sino, principalmente, por el extremo daño que se le hace a la Iglesia y al sentimiento religioso de cada persona.
Como católico considero mi deber hacer lo que esté de mi mano para remediar esta situación. Por eso publico estas cartas e invito a discutir este asunto para que finalmente la Iglesia recupere su vigor, brillo y prestigio. Aspectos todos que provienen de la práctica heroica de las virtudes de amor a todo trance y de promover la paz y el entendimiento. No de estos mensajes disgregadores que promueven la crispación y el conflicto.
Qué coincidencia, también escribí un post en cuidadoporquienvotas reproduciendo la genial columna de Axel Kaiser. A estos obispos se les olvida con demasiada facilidad que todos los Papas, desde Pío IX en adelante (con la sospechosa excepcion de Juan XXIII) publicaron sendas y muy categóricas criticas teologicas al socialismo.
ResponderEliminarhttp://cuidadoporquienvotas.blogspot.com/2009/05/un-recordatorio-imprescindible-y-muy.html
Antes de la carta de Axel Kaiser publiqué este artículo, que tiene varios otros datos y referencias.
EliminarEs bueno que finalmente estemos reaccionando contra estos desmanes que por tantos años han puesto en tensión al país y han hecho trizas la vitalidad de la Iglesia Católica.