El 29 de junio de 1961, fecha infausta para la Iglesia Católica de Chile, tomó posesión del cargo de Arzobispo de Santiago don Raúl Silva Henríquez.
Este obispo, socialista auto declarado*, intervino el clero chileno poblándolo de elementos de similar tendencia, cambió las orgánicas de control de la Universidad Católica y propició la formación de entidades de corte secular para una acción apostólica contaminada de reinvindicacionismo sociopolítico.
Con él se iniciaron las "Cartas Pastorales" colectivas, nacidas de un "comité permanente" del episcopado para difundir visiones únicas sobre asuntos que siempre han sido libremente opinables para cada católico.
En la Cuaresma de 1962 se publicó la primera de ellas bajo el título de "La Iglesia y el problema del campesinado chileno" en la que se deslizan diagnósticos que coincidían con las plataformas de lucha de los movimientos socialistas, que por entonces promovían el "fin del latifundio" y la imposición de la llamada reforma agraria, origen de incontables casos de abusos y del colapso de la actividad agrícola en el país.
Desde entonces, se han sucedido varias "Cartas Pastorales" que, curiosamente, coinciden con la coyuntura que crean los movimientos estratégicos de la izquierda.
La acción del nuevo Arzobispo resultó extraordinariamente efectiva para la aceleración de los procesos reformatorios que buscaba desatar el progresismo, partiendo por la "conversión" de los dirigentes principales del partido político escindido del conservantismo que luego devino en la Democracia Cristiana. Partido que en 1964, sumando el apoyo de gobiernos extranjeros para "parar el comunismo en Chile", se hizo del poder ejecutivo y la mayoría del legislativo.
Ya he expuesto en este blog los pésimos resultados del gobierno de la DC y de las maniobras de sus dirigentes para instalar a Allende en el poder y "parar a la derecha".
Lo que sigue de la historia es de total dominio público: el gobierno castrista de Allende devino en una dictadura que arrasó con los derechos personales y ciudadanos, despojando a miles de su propiedad agrícola o industrial, arruinando la economía hasta un grado terminal e intentando quedarse para siempre en el poder por la fuerza.
Todos esos procesos fueron apoyados por don Raúl Silva Henríquez, quien jamás emitió una declaración condenatoria de los infinitos abusos que a diario se cometían. Al revés, mantuvo estupendas relaciones con Allende y Castro, además de dar su respaldo a todo cuanto hizo ese nefasto gobierno.
Sin embargo, luego de la expulsión del castrismo, el cardenal Silva y sus adláteres reanudaron la práctica de emitir "documentos pastorales", primero pidiendo que se conservaran las "conquistas logradas por los trabajadores" bajo el castrismo, seguido de exigencias para evitar el descrédito y la condena de lo mal obrado... para rematar en la clara y decidida oposición al gobierno militar, apoyando los movimientos subversivos y de sabotaje.
Por estos días (luego de que los chilenos resolvieran sacar a la centro izquierda del poder e instalaran a la derecha) vuelven a aparecer las "Cartas Pastorales", esta vez una titulada: "Humanizar y compartir con equidad el desarrollo de Chile", que al igual que las anteriores desliza diagnósticos que coinciden con la plataforma de lucha socialista.
En ella se presenta la coyuntura socioeconómica de Chile como si estuviera en una crisis terminal, tesis que es exactamente la misma que promueve la oposición izquierdista, que activa movilizaciones casi diarias de todo tipo para darle "contenido" a ese "diagnóstico".
Los seguidores de Silva Henríquez cooperan declarando que ven problemas de "globalización", de "centralidad en lo económico", de individualismo, de "malestar existencial", de "deficiencias en el rol del estado", de "desigualdad social", de "lucro desregulado", ambientales y hasta de la familia.
El diagnóstico de la "Carta Pastoral" es en tal grado disparatado que uno tiende a pensar que en las filas del progresismo cunde la desesperación y que por ello están "tirando toda la carne a la parrilla".
El contraste entre el catastrofismo opositor y de la Carta Pastoral con la realidad del país es demasiado grande y, por lo tanto, la mera propuesta de estos obispos debe rechazarse con energía.
Chile es casi el único país del continente donde definitivamente no hay crisis. Aquí han crecido la inversión y la iniciativa empresarial, aumentan las plazas de empleo, disminuye la pobreza. Han mejorado las marcas en educación, salud, vivienda. Las expectativas son, en general, de optimismo y confianza en el futuro, pese al devastador panorama internacional.
Cientos de extranjeros venidos de todo el mundo pugnan cada día para establecerse en Chile. Al revés que los representantes de algunos países vecinos, nuestros representantes son recibidos en todas partes con muestras de respeto y especial consideración. Nuestro modelo es ejemplo para casi todo el planeta en materia de solución a los sistemas de jubilación, en apertura y manejo del comercio exterior, en disciplina fiscal, etc. Nuestras empresas han logrado expandirse internacionalmente y muchas transnacionales han resuelto establecer sus bases regionales aquí o están en camino de hacerlo. Nuestra moneda es la que ha experimentado mayor valorización relativa en todo el planeta y no me extrañaría que en más de alguna plaza extranjera se empiece a utilizar como divisa.
En fin, los reclamos del izquierdismo político y clerical no tienen base y sólo buscan crear sensaciones falsas para poder así volver a recuperar el gobierno.
En tales circunstancias, no vale la pena ocuparse de la tal "Carta Pastoral", salvo, por supuesto, lamentar el nocivo efecto que tiene entre los católicos, forzados a tratar de hacer algo con ella o a rechazarla de plano.
Quizá la más clara "efectividad" de estas cartas pastorales y de la descaminada orientación de muchos de estos sacerdotes desconversos (reniegan del núcleo de la fe cristiana y abrazan la fe socialista) es la destrucción de la confianza en su ministerio. Cincuenta años de desconcierto, duda o rechazo de la feligresía tan injustamente manipulada ha debilitado a la otrora fuerte y pujante Iglesia Católica.
En ese campo, creo que nadie ha sido más condenadamente efectivo.
(*) "Creo que el socialismo tiene enormes valores cristianos, que bajo muchos puntos de vista es muy superior al capitalismo. El valor que se le da al trabajo, se le da a la persona sobre el capital, me parece un valor que es extraordinario. El romper la exigencia, la tiranía del lucro, el afán de lucro; el poder también organizar toda la producción; todos esos ideales que se persiguen, me parece que están muy cerca de lo que la Iglesia desea para la organización de la sociedad." Declaraciones de don Raúl Silva Henríquez a medios internacionales a poco de asumir Allende.
Ciro:
ResponderEliminarDado que soy relativamente joven, no conozco de cerca las cartas anteriores, pensé que era un tema de ahora de Ezzati.
Lo que si puedo decir, es que leyéndola queda una sensación amarga de un Chile casi "cavernícola" en donde el manejo ha sido pésimo (claramente el de la concertación lo fue). Sin embargo, se critica al lucro siendo que fueron los primeros a favor de la venta del Banco del Desarrollo (yo trabajaba allá para la venta de Scotiabank), incluso el representante del sindicato viajó al Vaticano para que no se vendiera, pero el "lucro" fue mayor. Ahora que estoy en una gerencia de inversiones, son hartos los casos que veo en donde la propiedad de empresas está presente la iglesia, llevándose suculentos ingresos.
Por otra parte, cómo criticar la globalización si la iglesia es parte de ella al 100%? cómo puede decir que hay malestar social cuando se ha disminuido la pobreza, los ingresos per-cápita son mayores, hay acceso a mayores lujos (por parte de la mayoría de los chilenos, no sólo a "lujos" materiales) y somos un ejemplo para varios países? que la gente se aproveche de este mismo bienestar para solicitar todo gratis es parte de las "enseñanzas y valores" propios de la izquierda, no es culpa del "modelo", que eso quede muy claro!!!!!.....
Muy buen tema y excelente post de hoy. Como siempre copiado en mi facebook.
Saludos!
Rodrigo, permíteme recomendarte un par de lecturas:
EliminarLa Iglesia del Silencio en Chile, 4ª edición, abril 1983, editada por la TFP, Imprenta Esparza y Cía. Ltda
El marxismo en la teología, Miguel Poradowski, segunda edición 1983, Imprenta Lahosa
El primer libro describe el proceso de descomposición de la curia episcopal (hay excepciones, por supuesto) con una multitud de datos y entre ellos las Cartas Pastorales colectivas que impuso Silva Henríquez. El segundo es un completo ensayo que describe el origen, autores, obras e impacto de la literatura marxista en la teología cristiana. El autor fue un gran sacerdote polaco profesor en la UCV.
Respecto del Banco del Desarrollo, ese banco surgió bajo el alero de la concertación que dio vía libre a los intereses del grupo Del Río (democristianos, Derco, Sodimac, pesquera Río Frío y otras en Aysén, amén de otros intereses que jamás fueron tocados durante el régimen anterior).
Respecto de las movidas financieras de la curia, creo que sería interesante que alguien cubriera ese tema, con casos que realmente rebelan por su injusticia y desprecio de los demás.
El "malestar ante un determinado tipo de globalización" que incluye la Carta Pastoral lo identifica con las manifestaciones que ha habido en Europa y USA, así como en Chile. Pero yerra gravemente porque lo único "global" de ese fenómeno es el control del progresismo internacional que los orquesta.
Gracias por la promoción y tu comentario.
Saludos
Ciro:
EliminarSólo aportar un poco más de la realidad que viví en BDD, ya que era Analista Financiero. Del Río era sólo uno de los grupos.... los aportes fuertes (en préstamos) eran de los Partidos Socialistas, Comunistas, P. Radical, DC y PPD. Es más, con el grupo nos reíamos porque eran los "top ten" en morosidad y deudas incobrables.... y como personas, el Senador Navarro y Escalona llevaban la delantera, incluidas deudas castigadas.
Las lecturas que me recomiendas se encuentran en librerias o sólo en la web? lo pregunto porque llevo meses buscando a HPdA y sus libros y nadie los tiene, pero están llenas de libros de Mayol y su "caída" del modelo y otras cosas así.
Muchas gracias.
Rodrigo, buenas...
EliminarPor favor, comunícate a este mail : denstetica@yahoo.es
A ver si te sirven algunos libros.
Renato Briceño
No me sorprende lo de los clientes de ese banco que, entre otras cosas, obtuvo siempre jugosa participación en los planes sociales de vivienda, universitarios y otros.
ResponderEliminarSupongo que si no puedes conseguir el primer libro con Heraldos del Evangelio (sucesores de la TFP, sus editores), será difícil que lo encuentres en librerías. En el sitio web del enlace hay una página de contacto donde podrías averiguar antes de visitarles en su sede, Américo Vespucio Sur 250, Las Condes.
Respecto del segundo, tampoco creo que esté disponible en librerías, aunque es un trabajo de excepcional valor académico. Pero encontré un sitio web que mantiene un admirador de don Miguel, quien probablemente tenga algún dato de cómo obtenerlo.
Espero que tengas suerte.
No critiques tanto a los curas sociales, mira que gumucio va camino a los altares de la santidad, y cuando ello pase, habra un cura santo social. Y ante ello si eres catolico no podras cerrar los ojos
ResponderEliminarAmigo, mis ojos están muy abiertos, te lo aseguro.
EliminarInteresante el concepto de "curas sociales", para esconder la condición de político de izquierda.
Si uno de ellos llegara a los altares no será el primero en colarse a esa dignidad sin merecerlo.
Según Dante, el infierno está plagado de santos que en realidad nunca lo fueron.
Muy interesante tu revisión histórica de este tema, y concuerdo plenamente con el nefasto legado del cura Silva Henriquez, tanto para la Iglesia como para el pais.
ResponderEliminarEn el siglo XIV, Santa Brígida de Suecia, famosa por su don profético ya en su vida (1303-1373), lanzó la siguiente profecía, con la que concuerdo plenamente: ""Cuarenta años antes del año 2000, el demonio será dejado suelto por un tiempo para tentar a los hombres. Cuando todo parecerá perdido, dios mismo, de improviso, pondrá fin a toda maldad. La señal de estos eventos será: cuando los sacerdotes habrán dejado el hábito santo y se vestirán como gente común, las mujeres como hombres y los hombres como mujeres".
Creo que precisamente 1960 es una fecha clave en la infiltración demoníaca de la Iglesia Católica, y coincide con el Concilio Vaticano II, que le abrió , tal vez sin querer, las puertas a esta decadencia.
Es una revisión muy sucinta, por las naturales limitaciones de esta tribuna, pero para cada dato que he puesto tengo una montaña de evidencias.
EliminarInquietante la profecía de Santa Brígida, que no la conocía. Inquietante por lo atinada y reveladora de la verdadera condición de la negra fe socialista a la que se han entregado tantos en nuestra desgraciada curia: TIENE que ser cosa demoníaca, de signo perfectamente contrario al de Jesucristo.
Buen trabajo. No sabía que los católicos chilenos tenían la libertad de tener visiones distintas sobre los asuntos políticos antes que "se iniciaron las "Cartas Pastorales" colectivas, nacidas de un "comité permanente" del episcopado para difundir visiones únicas".
ResponderEliminarComo consecuencia de lo anterior, para las personas que no son católicas, sienten que les imponen una 'visión'.
Te falto nombrar las "Cartas Pastorales" durante el Gobierno Militar. Quizás para un próximo post.
La verdad, los católicos seguimos siendo libres de tener nuestras propias visiones y opiniones respecto de la contingencia. Normalmente, las cartas pastorales son comunicaciones del obispo de la diócesis respectiva dirigidas a su grey y tampoco en esos casos (ni aunque la carta proviniera del Papa) un católico queda liberado del dictado de SU conciencia en cuestiones de índole secular. La instalación de comités de obispos para dirigirse al país la inició don Raúl Silva, pero con ánimo de abrir camino a las iniciativas políticas del socialismo y, en cierto modo, irrespetando la libertad de su propia grey.
EliminarLas comunicaciones bajo el gobierno militar, en medio del apoyo popular entusiasta y enfervorizado a ese gobierno, fueron TODAS orientadas a eludir la responsabilidad del arzobispado en la promoción del socialismo (sólo después de la expulsión del castrismo apareció un documento condenando al movimiento "cristianos por el socialismo"), a relativizar el daño causado por el castrismo y, con un lenguaje torcido, a pedir calmar los animos y evitar el revanchismo. Pero resultó mucho más decidora la complicidad de la curia con la subversión y revanchismo violentista del castrismo. Los documentos están latamente descritos en el libro que recomendé a Rodrigo: "La Iglesia del Silencio en Chile".
El libro que recomiendas es mencionado varias veces en el libro "Pinochet: las incómodas verdades" del periodista italiano.
ResponderEliminarOtra lectura recomendada también, el libro de Mario Spataro
EliminarEsto un circulo vicioso, los a favor del sistema neoliberal y los del neosocialismo. Al final, los que menos hacen bulla nos sacamos la cresta igual todos los dias para que los grandes "teologos" de la guerra fria se sigan culpando de los errores de unos pobres seres humanos que les toco gobernar.
ResponderEliminarHoy en El Mercurio se publicó orientaciones del Papa Juan Pablo II respecto de las cartas pastorales, prohibiendo que se refirieran a temas de la contingencia.
EliminarUsar la Iglesia para acarrear agua a los propios molinos políticos es quizás la más grave ofensa a la fe.