viernes, 27 de abril de 2012

Waissbluth, de nuevo equivocado. Sorry.

Sospecho que encabezo la lista de "bestias negras" del activista Mario Waissbluth. Ninguno como él se ha dado tanta maña para bloquear mis intervenciones mencionándolo en Twitter y para rechazar mis comentarios a sus artículos en los medios que los acogen.

Aunque no uso insultos, mis apreciaciones suelen tener elementos que precarizan el aura de prestigio de algunos gurúes de la izquierda, entre los cuales se cuenta este profesor de la Universidad de Chile.

Por ejemplo, en un artículo de junio del 2010 pronostiqué que su negro vaticinio respecto de los resultados de la prueba Simce no se concretaría, pese a que se comprometió a tirarse al espejo de agua frente a La Moneda si fallaba. Falló, pero nunca cumplió su promesa ni ensayó explicación para evadirla.

Tengo material de sobra para componer un artículo contrastando el discurso populista de este novel experto en educación (devenido repentinamente en experto tributario), con el tren de vida de un miembro favorecido de la nomenclatura izquierdista que rigió por veinte años, pero lo dejaré para más adelante.

Mientras tanto, les cuento que quise dejar un comentario en su artículo contra la reforma publicado en La Tercera, pero cuando hice clic para publicarlo obtuve:
Mi comentario rechazado como spam era el siguiente:

"La carga tributaria depende de muchos factores, casi ninguno de ellos es común a Chile y los países que menciona el articulista. Si el "plan educacional" de Waissbluth y sus amigos requiere más dinero, pues que recuperen La Moneda y lo propongan, este es el plan de éste gobierno. Deducir gastos educacionales es histórico, que además puedan hacerlo los sueldos altos no nos preocupa a los de rentas medias. "Apartheid" es una fea palabra para referirse al escape de las familias al estatuto docente"

Lamentando la suerte de este comentario, que resume muy sucintamente (en los meros 500 caracteres que permite ese sistema) mis observaciones a cada una de las cuatro objeciones o "defectos" que el articulista endilga a la propuesta de reforma tributaria del gobierno, resolví que —visto el gran bombo que han dado al artículo comentado— ellas también merecen ser conocidas:

1. Suponer que la carga tributaria de países de mayor ingreso constituye una meta o ejemplo a seguir es indicativo de desconocimiento de la ciencia económica. La simple adopción de ese guarismo, aún en su expresión relativa (en función del PGB o del PIB) tensiona factores de cultura económica clave que no necesariamente coinciden: la composición de las fuentes de ingreso; nivel educacional y hábitos de productividad de la población activa; cuestiones de estrategia de desarrollo y geopolítica; etc.

2. Que el fondo fiscal destinado a mejorar el acceso a la educación escolar y superior no coincida con el estimado por particulares que tienen su propio diseño para restructurar esa actividad no constituye “defecto” de la reforma propuesta, que está orientada según los principios y valores del grupo que la ciudadanía puso en el gobierno a cargo de este y otros asuntos. Es descaminado que don Mario Waissbluth pretenda que su plan es el que este gobierno debe adoptar, sobre todo si se considera que él mismo fue funcionario del gobierno anterior en distintas capacidades por 20 años sin que nunca durante ese tiempo haya publicado alguna inquietud relacionada con esto.

3. En cuanto a que la deducción de gastos en educación de aquellos que pagan menos de un millón de pesos al años sea algo de poca monta comparado con las rebajas que “escandalosamente” podría obtener alguien de rentas altas, obedece a la visión socialista de rechazar a los que ganan dinero sin ser altos funcionarios o favorecidos de régimen alguno. En todo caso, la disminución en la renta imponible para los de rentas bajas es algo signficativo para ellos y, Waissbluth está lejos de entenderlo, agradecerán que por primera vez en su vida la ley les reconozca el esfuerzo que hacen de invertir dinero en la educación de sus hijos.

4. Lo que Waissbluth llama “el modelito chileno” es el que cada día gana más adeptos en los Estados Unidos, visto el descomunal fracaso de las escuelas públicas que, como en Chile, están sujetas a reglas que —favoreciendo el control por parte de los sindicatos de profesores y de los factores políticos— han sido impuestas con prescindencia de los intereses de la comunidad. La reacción de las comunidades ha sido doble: por una parte han rescatado a sus hijos del sistema escolar y les proveen directamente la enseñanza escolar (Home Schooling), por la otra, ha crecido espectacularmente el número de escuelas del tipo “particular-subvencionado” que existe en Chile desde hace más de cien años, las allí llamadas “Charter Schools”. Nuestro “modelito” tiene sus años pero ha probado ser la tabla de salvación para cientos de miles de familias y niños que han caído bajo las garras del “estatuto docente” que ha sido la causa principal de la vertical caída en la calidad de la educación escolar en Chile. La gente, votando con los pies, ha rechazado este esquema (originado en el esfuerzo del régimen pasado por contrarrestar la descentralización educativa y tomar el control político de la educación) y ha preferido lo que el articulista llama el “apartheid”, que es una fea palabra que busca desacreditar el sagrado derecho de los padres a buscar la mejor educación posible para sus hijos. La solución es retomar la descentralización, eliminar el estatuto docente y dejar que las comunidades reales (comunas y/o ciudades) manejen las escuelas de propiedad pública (de ellos, no del gobierno ni menos del control de los amigos de Waissbluth).

Como se ve, en su muy promovido y celebrado artículo contra la reforma tributaria Waissbluth vuelve a equivocarse. Quizás algo tenga que ver la celeridad con que se vistió como experto en tributación, cuando ya nos estábamos acostumbrándonos a verlo como experto en educación. Pese a que él cobra sueldo todos los meses como profesor de ingeniería industrial.

8 comentarios:

  1. Gloria Cifuentes D.28 de abril de 2012, 11:24

    Ciro, muy bueno el análisis. Como les da donde les duele, lo bloquean. El señor Waissbluth es una real piedra en el zapato para el avance en el tema educativo. Y una de mis grandes desilusiones ha sido Educación 2020, que no es más que un atrapabobos para gente que creyó ver en ellos una esperanza para mejorar la CALIDAD de la educación, cosa que no está precisamente entre sus grandes medidas. Lamentablemente después de escuchar las intervenciones de Educación 2020 en TV o en la prensa, pontificando con ironía y como dueños de la verdad absoluta, se puede deducir que su prioridad es inyectar recursos para una educación pública generalizada, pero sin derecho a pataleo por parte de los padres. La libertad de elección es básica para el desarrollo.

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    1. Te felicito, Gloria. "Educación 2020" ha sido exactamente lo que indicas y en un comienzo hasta gente tan ilustrada como Patricia Matte creyó en la recta intención de promover el mejoramiento de la educación en Chile. Pero la verdad finalmente se impuso y hoy ha quedado claro que el engendro de Waissbluth sigue las orientaciones progresistas para impedir que se debilite el esquema centralista que les permitió el control político de la educación" municipalizada" y adoctrinar a millones de niños, al precio de transformarlos en analfabetos funcionales. En mi opinión un crimen imperdonable.

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  2. Qué gratificante resulta leer un análisis serio, riguroso y bien argumentado. En mi concepto, el caso Waissbluth es un ejemplo de cómo se construye un líder de opinión en una comunidad de iletrados funcionales. El discurso del eslogan, de estos líderes, se opone por defecto a una argumentación racional como la que usted ofrece en su artículo que espero, sinceramente, sea leído y comprendido por muchos más. Mis respetos.-

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    1. Gracias, Mandaliex. Efectivamente, el de "Educación 2020" es un caso de pizarrón que muestra la capacidad de la izquierda para manipular la opinión generando orgánicas que aparecen como neutras pero dependientes en todo de los intereses del izquierdismo. Es cosa de revisar la génesis de Amnesty International, Tides Foundation y tantas otras que recogiendo dinero del público se dedican 24/7 a encajar su propia agenda.

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  3. Interesante post, al final el 'experto en educación' fue simplemente un caballo de Troya del progresismo. Apelo en un principio a una cierta neutralidad en materia de educación, por así decirlo, entre la izquierda y la derecha. Pero a fin de cuentas era una simple fachada de aquélla.

    ¿Recuerdas cuando Villegas dijo que Vallejo no era una chica espontánea y que obedecía al PC? Pues bien,el experto en educación se lanzó en picada contra Villegas.

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    1. Javier, no soy profesor ni menos experto en educación, pero estuve varios años cooperando en el diseño de laboratorios, planes de estudio y actividades complementarias en una escuela particular subvencionada que hoy goza de gran prestigio y demanda en la formación de técnicos en electrónica y telecomunicaciones.

      Allí conocí a profesores que huyendo de escuelas "municipalizadas" (es decir, sometidas al estatuto docente que introdujo Ricardo Lagos) preferían ganar menos pero poder ejercer su vocación en un ambiente de orden, responsabilidad y logros concretos con los niños.

      Indagando, pude comprobar que ese infame estatuto era el caldo de cultivo de la hecatombe que afectaba a tanto niño necesitado de un mejor destino.

      Que el "experto" Waissbluth no pispara nada de eso me dio la pista de que el sujeto andaba detrás de cuestiones muy alejadas de la calidad y de la equidad educacional, como lo expuse el año pasado.

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    2. Javier, el artículo que menciono lo publiqué en junio del 2010, no el año pasado.

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  4. OK. Ciro: no hay que ser un expertos para detectar anomalías en cada persona, sabiendo si es un tipo loco, mentiroso o simplemente malo,

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