Gonzalo Rojas Sánchez
Apasionante oficio el de los historiadores. Tenemos que identificar el
núcleo de un problema y colocarlo en una perspectiva amplia, dentro de
un gran proceso; y, finalmente, hemos de usar un lenguaje que explique:
lo nuestro no es dulcificar ni pacificar. Si hay que mantener una herida
abierta, porque es la única manera de que pueda cicatrizar sanamente,
lo haremos. Aunque nos amenacen con la cárcel los que solo piensan en la
venganza.
Son muchos los errores históricos que se cometen en
estos días. ¡Qué cantidad de afirmaciones contrarias a las evidencias
con las que trabaja el historiador!
No se debe juzgar
intenciones, que, con toda seguridad, son rectas. Pero eso no basta,
porque al hablar, esas palabras —y por cierto, estas también— causan
efectos, y eso hay que pensarlo antes de emitirlas. Es parte de la
integridad de la actividad pública: por muy bien intencionado que sea lo
que cada uno diga, hay que meditar si, al fin de cuentas, es verdadero.
El
primero que se ha equivocado es el Presidente Piñera. Ha afirmado el
Mandatario que hubo fuerzas políticas que “debilitaron la democracia”.
Hasta ahí llegó. No quiso decirlo con todas sus letras: la UP fue un
intento por convertir a Chile en una sociedad comunista. “Debilitar la
democracia”: ese es el límite que le parece razonable al Presidente para
interpretar el 11 de septiembre. Pero cuando se quiere jugar el papel
de estadista conciliador, la verdad se escapa; y cuando la verdad se
fuga, los liderazgos se esfuman.
Ha errado también Óscar
Guillermo Garretón. Su aparente buen análisis queda contrastado con una
afirmación tan insólita como esta: “La violencia fue culpa de todos”.
No, simplemente, eso es inaceptable, porque hubo quienes propiciaron la
violencia de palabra, la ejecutaron de obra y la validaron una vez
perpetrada: fueron los marxistas. Otros se defendieron y su única
responsabilidad consistió en triunfar. Los berlineses en 1953, los
húngaros en 1956 y los checos en 1968 habían intentado, sin éxito,
oponerse a la dominación comunista. En Chile, resultó.
No acierta
tampoco Joaquín García-Huidobro, cuando afirma que la mirada
historiográfica señala que los marxistas fueron “gente que de un día
para otro quiso hacer la revolución”. Nada de eso: se ha mostrado que
fueron décadas preparándola, décadas sembrando el odio, décadas
advirtiéndonos que nos iban a derrotar para hacer de la revolución una
ciencia exacta. Por eso, la conclusión de García-Huidobro falla por la
base: es imposible escribir una historia a cuatro manos con los
marxistas. Ellos creen que la UP era un proceso histórico inevitable;
nosotros la vemos como un deliberado intento de dominación.
Y nos
queda Hernán Larraín. Que cada uno pida perdón por lo que quiera,
siempre que sea concreto y determinable y que, además, signifique
reparaciones específicas. El punto no es ese aquí. Lo que al historiador
le llama la atención de sus declaraciones es esta afirmación: hubo una
“crisis política, económica y social que los líderes de la época
fracasaron en evitar”. Pareciera que había una fuerza cósmica,
suprapersonal, con la que nadie pudo lidiar, una especie de ley
histórica que requería de políticos excepcionales. No. El mismo Larraín
insinúa que lo que hubo fue un deliberado intento, perfectamente
planeado y ejecutado con enorme energía, por convertir a Chile en una
sociedad comunista. ¿Qué otra cosa podían querer los dirigentes
marxistas de esa época sino lograr sus objetivos? ¿Hubo algo más
evidente que su consecuencia entre fines y medios?
Y quienes se opusieron —Aylwin y Frei incluidos—, ¿podían hacer algo más que enfrentar esa agresión para salvar a Chile?
Publicado originalmente en El Mercurio de esta fecha. Lo inserto en este blog porque lo comparto en su totalidad, como si lo hubiera firmado yo.
Como dije, comparto 100% las palabras de Gonzalo. Demasiadas cuestiones han sido falseadas con ánimo de encajar el "relato" de los que tanto se han beneficiado de la mentira.
ResponderEliminarLa verdad es como las aguas contenidas. Finalmente encuentran el modo de escurrirse y retomar su cauce.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJoaquín García-Huidobro fue un ex DC.
ResponderEliminarTambién concuerdo con Gonzalo Rojas.
La declaración de Garretón es parecida a la que dijo un dirigente del movimiento estudiantil de la Católica. Ellos optaron la 'vía armada' y luego salen con esas declaraciones que ambos bandos optaron por ella.
Piñera como es cobarde no se atreve llamar a los Izquierdista totalitarios.
También tengo pendiente un post al respecto.
Creo que prepararé un post dedicado exclusivamente a Piñera. Todo un caso.
EliminarLuego de ver todos los documentales que relataron los hechos pre 11/09, revisar columnas y comentarios en distintos blogs, e informarme de primera mano (quienes realmente vivieron la época) he llegado a una conclusión:
ResponderEliminarChile está condenado a vivir dividido.
¿Cómo es posible que Chile a 40 años del golpe se mantenga dividido, con beneficios para las "inocentes víctimas" y cárcel para nuestros libertadores? ¿porqué se cuentan las verdades ahora y no antes?
Los nobles, grandes y hermosos zurdocarroñeros están felices porque tienen chipe libre para destruir y quemar, en la total impunidad. nuestros libertadores, acusados injustamente, en juicios truchos, con jueces prevaricadores y revanchistas que solo quieren cobrarse venganza por haber sido expulsados del país y con justa razón.
Pero todo esto es un ciclo. la gente ya se está aburriendo, pero faltan cojones. cojones para pararles el carro y exigir a la nueva clase política que les corten el suministro.
Es bueno ver la historia, pero desde toda su amplitud. pero estamos presos de la estrecha y miope visión del zurderío y mientras no se haga lo contrario seguiremos así, para siempre.
Yo no lo digo como broma, sino bien en serio. Deberíamos separarnos, en 2 países distintos, que se queden ellos con todas sus tonteras. En menos de 10 años nos reunificaríamos, por el simple asunto que nosotros seríamos desarrollados, y ellos, serían el Chile del 73, uno de los países más pobres del planeta.
ResponderEliminarTodos felices al final.
Aplicar una especie de "muro de berlin"? bueno entonces dejemos a los zurdobuitres y arrepentidos relegados al desierto, donde están sus paisas latinoamericanos, que queden sometidos a la soberania del cocalero y del nacionalista al peo, marionetas del Inmaduro. no les doy más de 10 años de vida.
EliminarEn estos días de hemorragia de mariconadas, levanta el ánimo ver por la TV a Gonzalo Rojas actuando como todo un hombre. Lo vimos enfrentando a su ex compañero del Saint George que antes se las dio de hombre bravo, dejándolo callado y mascullando como pero escaldado. Vean este video, en el que siendo el ÚNICO defensor de la verdad y la decencia dejar a TODOS los demás, incluyendo el conductor del programa, sin capacidad de enfrentarlo.
ResponderEliminarQuise decir perro escaldado, me falto un r.
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