jueves, 8 de noviembre de 2012

Los amarres de la Concertación - 1

Durante sus veinte años en el poder, la izquierdista "Concertación por la Democracia" barrió con el personal no adicto en toda la administración pública. De no haber hecho esto habría sido imposible la materialización de grandes y graves operaciones irregulares que involucraron casi todos los ministerios y dependencias de gobierno.

Como un ejemplo, entre muchos, pagar un sobresueldo mensual ilegal a cada alto funcionario permitiendo que eludieran la declaración de esas rentas y, encima de eso, eximirles de hacerlo pagando los impuestos respectivos cuando el asunto se filtró accidentalmente al público.

Aunque grave, porque transformó la rectitud funcionaria en fidelidad política en favor de la ahora oposición, esta infestación del aparato fiscal con sus simpatizantes está lejos de ser lo más peligroso de los amarres que esa coalición política dejó instalados para recuperar el poder luego de haber perdido la Presidencia en el 2010.

Quizás lo más pavoroso y de difícil reparación es la toma de control político de los tribunales y de los órganos de control administrativo, lo que está en el origen del gravísimo deterioro en la administración de justicia y la escandalosa conducta de jueces y funcionarios.

Esta crítica cuestión partió con la inconstitucional intervención de Patricio Aylwin para pautear a los jueces en casos caratulados de "derechos humanos"* y más adelante se agudizó al máximo aprovechando una reforma procesal y penal para colocar a concertacionistas en el control de la judicatura como en la fiscalía y operando las defensorías públicas.

El efecto ha sido devastador en la sensación ciudadana de seguridad frente al delito y su percepción de la probidad de jueces, fiscales y personal de apoyo.

Salvo bajo el gobierno del castrismo, entre 1970 y 1973, nunca en nuestra historia habíamos experimentado tanta impotencia e indignación frente a la negación de justicia ni tanta desprotección frente al delincuente.

Tampoco habíamos sabido de casos de corrupción tan obvia y persistente como la que ha trascendido en la impune conducta de jueces corruptos, con características de escándalo nacional en Arica y otras localidades y del inaceptable grado de involucramiento en orgánicas gremiales ideológicas.

La enorme dificultad que ha tenido el presente gobierno para combatir la delincuencia la representa este aparato que actúa simultáneamente en todos los frentes para transformar cada caso en uno de "derechos humanos", en impedimentos para la aplicación de recta justicia y hasta en casos de "abuso procesal" dignos de indemnización.

Todo esto mientras se ha abusado hasta el extremo e impunemente —haciendo tabla rasa de todo principio de derecho— en el procesamiento de militares vinculados a represión durante el gobierno militar.

El interés del gobierno de mejorar este estado de cosas choca con la cerrazón institucional dejada por el régimen pasado. El Fiscal Nacional se niega a transparentar el actuar del ministerio público y en ello es apoyado por la Corte Suprema.

Hoy han trascendido casos de distorsión de métricas en el desempeño de las fiscalías en base a la denuncia de una funcionaria la que por ello ha sufrido persecución y apartada de su acceso al trabajo normal.

A este esquema se agregó el mismo control político en la Contraloría, en el Consejo para la Transparencia, en el Instituto Nacional de los Derechos Humanos (y en los departamentos internos de gobierno especializados en la materia), en los tribunales de comercio y hasta en las organizaciones no gubernamentales e internacionales vinculadas al tema (el tema de las ONG es un verdadero escándalo, a desarrollar en la segunda parte de esta serie).

Lamentablemente, si el presente gobierno ha luchado contra esta hidra, el país no lo sabe. Ni siquiera ha trascendido un reclamo o denuncia de esta malla que impide el conocimiento ciudadano del funcionamiento real de la administración de justicia.

Esperemos que los pre-candidatos incluyan este tema en sus planes y programas. Quien lo haga con mayor claridad y decisión tendrá el apoyo de muchos. Y el mío, por supuesto.

* Apenas asumió, Aylwin exigió a los jueces que actuaran contra el mandato de la ley, de inhibirse de conocer casos así caratulados si es que quedaban comprendidos en el período de amnistía (que favoreció a terroristas y sus represores), y que sólo la aplicaran al final del proceso.

2 comentarios:

  1. ¿Conoces el juego Go o ajedrez chino o japonés? La diferencia entre el Go y el ajedrez Occidental, es que en el primero hay envolver al enemigo, en cambio, en el segundo, mientras matas, mejor. La única vez que la Izquierda utilizó la estrategia del ajedrez, después de 1990 fue cuando asesinó al senador Jaime Guzmán. Tengo ganas de escribir un post sobre ello.

    La hidra que mencionas utilizó la estretegia del Go.

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    1. No se me había ocurrido esa figura, que tiene mucho sentido. En esta parte he resumido al poder judicial, principalmente, pero es gigantesco Go tiene muchas más piezas entre las que se cuentan órganos y agencias impensados.

      En artículos sucesivos las iré listando, aunque todos podemos darnos cuenta de la enorme magnitud de lo que en el 2010 llamé el TOCOPI

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