Gran revuelo han tratado de generar los opositores al gobierno por el verso tradicional del coro del himno alemán ("Deutschland, Deustchland über alles") que, para lisonjear a sus anfitriones, Sebastián Piñera insertó al firmar un libro de visitas en Alemania.
La frase la aprendió nuestro Presidente mientras se educaba en la escuela "Colegio del Verbo Divino" de Santiago, una de varias creadas y administradas en Chile por la congregación católica alemana Seguidores del Verbo Divino (SVD) desde el inicio de su actividad en 1900, donde aparte de la enseñanza del idioma se hace cantar a los alumnos ese himno en ciertas ocasiones.
El caso es que después de la II Guerra Mundial ese verso fue reemplazado por otro, ya que ejecutado en voz de los socialistas nacionalistas en el poder que desataron ese conflicto sonaba como "fichteniano" (googleen buscando Edward Fichte), es decir, la visión de Alemania como por encima de las demás naciones del planeta.
A los curitas "chilenos" de la SVD no les pareció del caso meter mano en la hermosa obra de Haydn y no introdujeron cambio alguno en su letra, por lo que los alumnos como don Sebastián lo internalizaron en su forma original (que nunca tuvo la connotación que los aliados triunfantes denunciaban sino otra interna, obvia para cualquiera familiarizado con la historia de ese país).
Preocupados de magnificar cualquier gaffe o error que pudiera cometer el Presidente o el gobierno, algunos partidarios del régimen que perdió el poder han puesto el grito en el cielo aventurando incluso que es un tema de ignorancia e incompetencia en el manejo de las relaciones exteriores.
Marta Lagos, una encuestadora que se escandaliza de esto por haber vivido varios años en Alemania, ha ensayado una larga serie de declaraciones descalificatorias tanto del gobierno como de la persona misma del Presidente, llegando a decir: "El presidente sera inculto pero no es tonto. Se dio cuenta que había metido la pata a pesar de su embajador y ministro".
Por su lado, Mariano Fernández, quien fue canciller durante el último año de Bachelet, busca descalificar al equipo asesor de relaciones exteriores del gobierno, afirmando: "no me parece que sean los mejores asesores de política exterior disponibles en la plaza".
Creo que tratar de inculto al presidente (PhD en Economía por la Universidad de Harvard y Fellow Teacher de la misma institución) es una ofensa que no merece comentario. Pero sí vale la pena examinar la acusación respecto de la incompetencia que tanto Lagos como Fernández atribuyen al equipo de exteriores del actual gobierno revisando la gestión de la administración pasada que, visto el revolute que se ha armado, debió ser excelente.
Veamos.
Los "grandes logros" que en este campo se atribuye la coalición hoy fuera del poder son la "reinserción" de Chile en el concierto de las naciones y la apertura económica por la vía de los acuerdos de libre comercio.
Ambas cuestiones ya habían sido iniciadas por el Gobierno Militar cuando revirtió el modelo de protección contra las importaciones instalando uno de apertura total y unilateral al comercio internacional.
Por supuesto, en el plano político el progresismo hizo lo honesto y lo deshonesto por dificultar la consolidación de esos avances movilizando a las organizaciones y líderes izquierdistas de todo el planeta (ver nota al final). Para este efecto consiguieron lo que los futuros analistas estudiarán como la más grande y exitosa concertación de planes y acciones destinadas al único fin de trabar la gestión de un gobierno.
Del mismo modo, la cesación de esas presiones y del sabotaje a las iniciativas de Chile obedecieron al simple hecho de que el progresismo internacional había conseguido su objetivo de instalar en el poder a su grupo afín.
Por lo tanto, la famosa "reinserción" no implicó ningún esfuerzo ni obedeció a ningún programa nuevo que implementara el régimen anterior, fue simplemente la cesación de las hostilidades fruto de una guerra de la cual se consideraban ganadores.
En el plano económico, las tratativas para el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, país donde la acción izquierdista —siendo significativa— no alcanzaba todavía a condicionar las decisiones federales (hoy lo ha logrado en buena parte), ya habían partido durante el gobierno militar, pero no prosperaron debido a la falta de aprobación por parte del Capitolio del recurso de "fast track", sin el cual la discusión del tratado se volvía un ejercicio eterno y sin destino porque incoporaba a la Casa de Representantes al análisis de cada una de las cláusulas.
Sólo cuando los congresistas finalmente aprobaron el fast track, el gobierno norteamericano cursó la invitación a Chile para la firma de ese tratado, tocándole casualmente a Ricardo Lagos estar en la Presidencia.
Lagos intentó recoger el mérito exclusivo pero los presidentes anteriores reclamaron lo suyo en la consecución de este tratado, de modo que tuvo que invitarlos a que se pusieran también en la foto.
Pero la verdad es que este convenio habría sido absolutamente imposible de siquiera considerarse si mucho antes el gobierno militar no hubiera revertido el modelo económico proteccionista, centralizado y estatista al cual tanto Lagos como todos los demás líderes del régimen anterior habían dedicado sus vidas.
Habiéndose hecho con los Estados Unidos, los demás tratados de libre comercio se desgranaron fácilmente como los dientes de una mazorca seca. Incluso la Unión Europea quiso adelantarse a los Estados Unidos en este empeño que por entonces se veía como ejemplo positivo de la globalización.
Siendo ambos logros reseñados sólo artilugios propagandísticos, queda ver qué otra cosa se ha hecho en materia de relaciones exteriores que permitan a los criticones de don Sebastián darle clases de cómo llevarlas.
La realidad es que desde Aylwin, el primer presidente que tuvo la coalición progresista, los "logros" respecto de los cuales esa coalición puede reclamar en materia internacional son inexistentes.
La pérdida de territorio difícilmente califica como logro, sobre todo cuando el diestro equipo de exteriores aconsejó al Presidente que declarara públicamente que no nos íbamos a desgastar en "unos metritos más o unos metritos menos de territorio", refiriéndose a la disputa con Argentina por el área de Laguna del Desierto, en la Patagonia.
Menos todavía podría serlo la firma de Michelle Bachelet de una declaración apoyando la hegemonía de China sobre las naciones que han visto arrasada su soberanía por la ocupación comunista del Tíbet y la República Iugur, que amenaza invadir Taiwán y que encima de eso reclama territorio insular de Japón.
Nunca antes en toda la historia nacional Chile se vio involucrado de forma tan gratuita en la conflictividad interna ni en los intereses hegemónicos del régimen dictatorial de ningún otro país, salvo las declaraciones de "hermandad" con Argentina en su conflicto con Inglaterra por las Islas Malvinas (o Falkland, según los ingleses).
Tampoco quedamos muy bien parados con la connivencia de Bachelet con el club castro-chavista, que llegó al extremo de dejarse filmar trotando para acudir rápidamente al llamado del tirano de Cuba, que le concedió algunos minutos de su tiempo.
No es nada mejor el tratamiento de la pretensión peruana respecto del mar frente a Arica y la primera región, que sin mayor estudio aceptó la mediación de La Haya en una cuestión que no tiene caracteres de litigio sino de una aspiración unilateral de ese país respecto de territorio marítimo incuestionable e irrenunciablemente chileno. Cuando digo irrenunciable es simplemente porque no es concebible una realidad en la que buques de la armada peruana puedan pasearse impunemente frente a las costas de la primera región, bloqueando el acceso que desde siempre se ha tenido al océano pacífico en esa latitud.
A este respecto, debe destacarse lo atinado de la gestión del PRESENTE gobierno que ha conseguido vincular a Ecuador, país que ahora exige a Perú declarar que el tratado similar al chileno sea considerado frontera marítima. Una movida realmente salvadora.
En resumen, los concertados no están en situación de dar lecciones de manejo internacional a nadie. La cesación de las hostilidades de sus grupos afines, que ellos llamaron "reinserción" y la apertura al comercio internacional no constituyen logros de los que pueda legítimamente ufanarse. Y lo obrado en los demás aspectos de nuestras relaciones internacionales han dejado la vara tan baja que bastarán unos pocos meses para que el gobierno actual despliegue, como ya lo está haciendo, un desempeño incomparablemente más concreto y significativo que lo obrado por ellos en 20 años.
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Nota: Los ahora concertados organizaron varias campañas de boicot contra las nacientes exportaciones de Chile a los Estados Unidos, Canadá y Europa. En este empeño llegaron a involucrarse con funcionarios de izquierda de la FDA (autoridad sanitaria) para inocular granos de uva chilena con cianuro acusándonos de no revisar adecuadamente esos envíos, lo que detuvo de inmediato todos los despachos de uva a ese país, con gran daño para nuestra economía. Antes de estas "hazañas" habían conseguido con sus amigos progresistas del Congreso norteamericano pasar una restricción al envío de material bélico a nuestras fuerzas armadas cuyo equipamiento era en su totalidad de ese origen. Esto nos llevó a las puertas de la guerra con Argentina y con Perú, luego de que el gobierno trasandino desconociera el fallo sobre las islas del atlántico Sur sabedores de lo inermes que habíamos quedado a raíz de la dañina Enmienda Kennedy.
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Pura ignorancia este artículo..
ResponderEliminarGabriel
Excelente artículo y concuerdo con el autor en todas sus partes.
ResponderEliminarSin embargo, no es nuevo que los incapaces de la izquierda, aun dolidos por haber perdido el gobierno después de 20 años de corrupción y demagogia, ataquen al Presidente Piñera, pues sin duda ha sido y ha demostrado hasta ahora ser el mejor Presidente que ha tenido Chile en toda su historia republicana, el mejor sin duda de latinoamérica en los últimos doscientos años y quizás, es el mejor Presidente o Gobernante en este momento en el mundo.
Luego, ante tanta capacidad, tanta honradez, transparencia, desinterés personal, es lógico que los envidiosos de siempre, los incapaces de toda una vida llenos de retórica añeja, le ataquen por cualquier cosa.
De Marta Lagos, conocida DC nada bueno se puede esperar de ella, toda vez que siempre ha sido sesgada y parcial en sus juicios y por tanto, nada de lo que diga, es siquiera meritorio de mencionar.
Por último el anónimo, GABRIEL, que escribió antes que el suscrito su comentario, sólo deja entrever su propia ignorancia, pues no fundamenta en nada aparte que naturalmente, no es capaz ni hombre de identificarse. Es decir, en buen castellano, UNA RATA.
Ciro, veo que te guardaste en la manga algunas caídas de la Concertación. Bien me parece. No me había tocado leer un análisis tan al callo sobre esta materia. Saludos,
ResponderEliminarJuan Pablo
Irrefutable el artículo, y muy bien escrito. La mejor prueba? El insulto lanzado por el cobarde "anónimo" del primer comentario.
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