Brexit, mala señal para zurdos y gatos gordos

No es la filosofía de la UE que la multitud pueda decidir su destino

Indignados están los líderes de la Unión Europea, la izquierda internacional y los gatos gordos porque a David Cameron se le ocurrió plebiscitar a los británicos respecto de su futuro.

Martin Schulz, el mandamás de la Unión Europea —quien personalmente nunca se ha sometido a elección popular— se manda la declaración de la imagen, evidenciando lo que aloja en el corazón de todo socialista: la gallada está para trabajar y pagar impuestos, de la marcha de los asuntos públicos nos encargamos nosotros.

Chile, cada día peor.

A las grandes empresas no les conviene que sus operaciones estén sujetas a autoridades diferentes, su ideal es que el país tenga una sola autoridad para no tener que negociar con cada región o sector geográfico donde quieren operar.

Por eso se llevan tan bien con la zurdería, que gusta de acaparar el poder total y meterse en todo, mutilando la libertad y capacidad de acción de otros agentes, léase comunidades, instituciones, empresas o grupos de personas.

La hilacha totalitaria

En su querella, la ex comandante Claudia acusa a Qué Pasa de injuriarla y calumniarla. Pero los jueces y fiscales, aunque ideológicamente afines a Bachelet, tendrán bastante trabajo para trasladar a los periodistas el peso de denuncias que ellos no han formulado, solo publicaron.

De seguro su defensa partirá de ahí: no son ellos los que la denuncian. Y, pintorescamente, en la materia no hay un denunciante, sino grabaciones de conversaciones telefónicas de un involucrado que menciona a Bachelet en la repartija de platas.