lunes, 24 de enero de 2011

El desarrollo no viene de la riqueza

"Uds. son como los americanos", nos decía 10 años atrás un empresario mexicano en una cena en el hotel Nikko, en Polanco. "Son extremadamente puntuales, hacen lo que dicen, en los plazos acordados y uno puede confiar en que lo entregado vale la plata que uno está pagando".

Azorado, le advertí que entre los chilenos hay de todo, "sí", me interrumpió, "también entre los americanos, pero la regla general es que ustedes son confiables y de aquí a poco andar serán el primer país desarrollado de Latinoamérica".

Luego de esforzarme razonablemente para quitarle tanto entusiasmo (en años en que recién se introducía la tecnología CRM), reflexioné acerca de las razones que nuestro cliente mexicano aducía para predecir tan augusto futuro a nuestro país.

México es una nación increíblemente rica en recursos naturales. Hay poquísimos bienes de la tierra que no se den allí en abundancia y a bajo costo. ¿Frente a ello, cuál era la diferencia que podría hacer nuestra escasa disponibilidad de metales preciosos, petróleo o nuestra nula potencialidad de grandes praderas húmedas?

Pues lo que le oímos a nuestro anfitrión: "ustedes son como los americanos".

Pese a las enormes diferencias histórico-culturales, Chile es la única región del continente donde —por razones concretas pero largas de explicar— la mayoría de la población se aferra con firmeza al reconocimiento de virtudes y principios (humanos y religiosos) en su vida cotidiana, como tradicionalmente lo han hecho los angloamericanos.

Conversando del rescate minero del año pasado, varios extranjeros me han comentado lo mucho que atrajo su atención la generalizada postura de reverencia y reconocimiento a Dios que exteriorizaron desde el Presidente hasta el más sencillo protagonista de esa saga que, verdaderamente, ha sido una lección de humanidad para todo el planeta.

Aunque últimamente ha sufrido serios embates, nuestro respeto por la noción de Dios y las virtudes que de ahí emanan hacia nuestra relación con los débiles, los niños, las mujeres y lo que estimamos recto o "decente" encierra la mayor potencialidad para el desarrollo humano, el que definitivamente no se cimenta en la abundancia sino la escasez, el esfuerzo para superarla y el enfrentamiento con una naturaleza que es cualquier cosa menos blandengue ni dadivosa.

Hasta hace no mucho he creído que nuestro mejor negocio habría sido acoger la Constitución de los USA e incorporarnos a ella. Cualquiera que pispe las implicancias económicas se da cuenta de que sería una movida trascendental.

Lamentablemente, los "americanos" se están pareciendo cada día más a lo que estamos dejando de ser que a aquello que buscamos alcanzar.

[+]

viernes, 21 de enero de 2011

Lo que realmente se sabe de la muerte de E. Frei Montalva

Informe publicado por La Tercera el año 2000 y citado en la edición de El Mercurio del Sábado 2 de septiembre de 2006.

El 23 de octubre de 2000 la química inmunóloga Clara Retamal, ex profesora de la especialidad en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, entregó a la prensa un testimonio científico que resultó coincidente con el aportado por el médico micólogo Luis Ferrada del Instituto Microbiológico de la misma Universidad.

“Quince días antes de su muerte, recibimos una muestra de sangre para su hemocultivo. Allí aislamos abundante desarrollo de una levadura oportunista (hongo) que es habitual en el intestino y que cuando bajan las defensas inmunológicas, puede provocar septicemia. El medicamento adecuado en ese momento no estaba en Chile y lo fueron a comprar a Buenos Aires. Cuando llegaron y se lo dieron (al paciente Eduardo Frei Montalva) ya él estaba casi agónico. El Dr. Rojas es un médico muy bueno. En realidad no sé por qué no informó, o sea, no dijo, claramente: ‘la Dra. Retamal hace unos años me entregó este informe y aquí está’”.

Según esta profesional, el paciente recibió el agente patógeno, accidentalmente, por error quirúrgico del médico cirujano Augusto Larraín (médico concertacionista), quien lo intervino de una hernia al hiato en 1981, en la clínica Santa María.

viernes, 14 de enero de 2011

Si quieren guerra, hay que darla

Como les conté, ver a Sebastián Piñera acarreando material para revisar en casa fue para mí un indicio claro de que el actual Presidente no es un sujeto grave ni parsimonioso sino todo lo contrario, una persona orientada a la acción, a la concresión de los objetivos por el camino más corto, sin detenerse en dilaciones ni minucias.

Aunque su discurso ideológico me parecía discreto, cuando no débil, ese perfil ejecutivo fue lo que me alegró cuando se definió como el candidato acordado por el ala derechista de la política chilena: saber que no dejaría nada por hacer hasta ganar la elección presidencial y que, una vez elegido, haría un despliegue inédito de orientación al cumplimiento de metas y de capacidad resolutiva.