martes, 19 de abril de 2016

El nuevo "relato" derechista no es de Derechas

Axel Kaiser

En su ensayo Por qué no soy conservador, Friedrich Hayek explica que los conservadores temen al cambio y que no entienden bien las fuerzas espontáneas de la sociedad. Usualmente, agrega Hayek, son ignorantes en materia económica lo que los hace escépticos del mercado y entusiastas de la autoridad estatal. Para peor, continúa el Nobel de economía, suelen refugiarse en autores como Burke, Acton y Tocqueville, todos los cuales se consideraban liberales en un sentido clásico y que jamás habrían aprobado el tipo de mentalidad conservadora.

El análisis de Hayek resulta pertinente para entender el escenario político actual de nuestro país, pues es cada vez más evidente que una fuerza liberal genuina no tiene espacio en la gama de partidos disponibles en la centro-derecha. Acomplejada del éxito que ha tenido Chile en las últimas décadas, esta cada vez reniega más de los fundamentos filosóficos que lo permitieron y que, hay que decirlo, nunca entendió. Es cierto que estos no fueron desarrollados por los Chicago boys, aunque hubo notables excepciones como José Piñera que siempre entendieron la transformación del país como una revolución libertaria en lo económico, social y político. Que esa revolución haya tenido su acento en lo económico no significa que el liberalismo clásico carezca de una riquísima tradición intelectual donde lo económico es tan solo uno de los factores relevantes. Tampoco significa que no haya sido parte sustancial de la historia nacional. Lo cierto es que el liberalismo es una filosofía integral cuya influencia en la historia de Chile fue decisiva.

De ahí que resulte decepcionante ver cómo la derecha vuelve a abrazar un misticismo estatal parecido al de la izquierda que le hace imposible plantear una alternativa real a la social democracia. A pesar de notables esfuerzos como Evopoli, en Chile Vamos, cuya existencia sin duda debe ser motivo de celebración, aun no se ve una dirección diferente sino a lo sumo un intento por resucitar un vieja y fracasada filosofía que combina ciertos elementos liberales con resabios de una mitología nacionalista cuyo fin es restaurar un pasado glorioso que jamás existió.

La mejor prueba de que no hay nada muy nuevo es que parte de la derecha actual manifiesta cada vez más un moralismo amargo que ve en el mercado un ente corruptor de la sociedad civil y de la comunidad. Esta idea, sin duda reforzada por la enorme influencia de la Iglesia Católica sobre el sector, no tiene otra base que las predilecciones estéticas de muchos conservadores. Pues si bien es cierto existen problemas, el motor central de la degradación moral es el Estado que liquida la ética del trabajo, cierra espacios a la sociedad civil, castiga el emprendimiento y desincentiva la familia a través de regulaciones, impuestos, intervenciones, subsidios y privilegios otorgados a grupos de interés que nada tienen que ver con real libertad.

Pero tal vez lo que más distancia a tantos en la derecha de mucha gente, aparte de la fúnebre seriedad, la actitud muchas veces rabiosa y el aburrido formalismo que suele caracterizarlos, es su convicción de que existe algo así como un catálogo del buen vivir que les ha sido revelado. Lo cierto es que a muchos conservadores les molesta la diversidad de formas de vida y si bien las toleran, preferirían vivir en un mundo valóricamente homogéneo donde nadie saque demasiado los pies del plato en sus asuntos personales. Como para la izquierda, que no cree en el desarrollo de los proyectos de vida individuales si estos producen resultados que le desagradan, para buena parte de la derecha la diversidad es un problema. Y mientras siga ese camino moralista-autoritario todo lo que tendrá para ofrecer será un mundo gris y quejumbroso, incapaz de sintonizar con las nuevas generaciones que ven en su autonomía y la diversidad que de ella resulta un tesoro que no están dispuestas a sacrificar. Si en cambio permite que el credo liberal clásico se desarrolle como una fuerza dentro de ella, tendrá un norte que proponer que la distinga de la izquierda en algo más sustancial que la oposición al aborto o un estatismo edulcorado.

A diferencia de lo que creen en Chile Vamos, el liberalismo clásico reconoce el gigantesco valor de la comunidad, de la sociedad civil y de la familia, pero entiende que es la libertad personal el fundamento de ellas. Como observara Tocqueville, sin libertad personal, es decir, cuando el Estado avanza, no solo se pone en riesgo el mercado sino también la sociedad civil y sus pilares morales. De ahí que en lugar de volver a tradiciones marcadas por pensadores colectivistas, Chile Vamos debería seguir la máxima de Lord Acton, quien dijo que “la libertad no es un medio para alcanzar un fin político superior, es en sí misma el fin político superior” y es requerida no para asegurar “la buena administración pública” sino “la persecución de los objetivos más elevados de la sociedad civil y de la vida privada”.

Publicado hoy en Diario Financiero.

17 comentarios:

  1. Estoy casi 100% de acuerdo con Axel. No me gusta llamar "estado" al aparato de gobierno central. Tampoco creo que los Chicago Boys no hayan intentado liberalizar nuestra economía ni la sociedad. Claramente, NO eran el gobierno. Y tratar de convencer a los militares a cargo acerca de la conveniencia de un sistema que iba tan en contra de sus concepciones no era cosa fácil. Lo que lograron bajo esa administración me parece una verdadera hazaña, aún habiendo quedado pendientes muchas iniciativas (venta de activos industriales en manos estatales, descentralización efectiva del país, etc.).

    En lo principal, coincido con la visión de Axel de la "derecha" actual que renuncia a constituirse en una alternativa de signo contrario al del régimen. Creo que es la influencia de PIñera, que es el que financia a casi todas las orgánicas agrupadas en torno a Vamos Chile.

    Se impone una alternativa en Chile. No me refiero a añadir un tercer grupo político sino un SEGUNDO grupo político que sea verdadera alternativa al progresismo duro de la UP/DC y al edulcorado de Chile Vamos. Un grupo genuinamente representante de los Chicago Boys, defensor de su legado y propulsor del avance hacia la libertad, la emancipación, la autovalencia.

    ResponderEliminar
  2. Murió el primer entreguista de Chile: el ex presidente Patricio Aylwin Azocar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buscando decir algo bueno de alguien fallecido: creo que Aylwin fue el más avispado y hábil de los políticos chilenos.

      Eliminar
    2. fue un "corrupto con clase", no se le conocen muchas yayas, pero por las que evidentemente jamás sera recordado son por estas:


      - Su apoyo a la UP
      - Su Chaqueterismo barato
      - El Crimen de Jaime Guzman, pues fue bajo su gobierno donde se fraguó todo para neutralizar y debilitar a la derecha
      - Campos de Hielo Sur, Laguna del desierto (unos metritos más, unos metritos menos)

      Eliminar
    3. Tengo otro conjunto de yayas para agregar al surtido, pero que mejor sería componer un artículo.

      Eliminar
  3. Respecto a la columna de Kaiser, la derecha dejó de ser la derecha que conocemos hace ratito. no tiene más ideas que ser la misma mierda con distinto rotulo. se necesitan cojones para enfrentar los cambios y derribar el infantilismo del zurderío en la batalla de las ideas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me llama la atención que en Estados Unidos pase lo mismo. Ya casi no se puede diferenciar entre los demócratas y los republicanos, que predican las mismas boludeces.

      Eliminar
    2. Es porque precisamente el comunismo se metió tanto en el sector democRATA, que lo infiltró perfectamente. el sector republicano se llenó de gatos gordos que buscan como neutralizar al dragon que ellos mismos alimentaron (Trump) y saben que les va a remecer las estanterías.

      En eso, Chile no es tan diferente de EEUU.

      Eliminar
    3. Creo que en Chile se impone una fuerza política de signo distinto al de las otras dos: realmente partidario de respetar nuestro modelo de desarrollo sin cobardía y de promover su desarrollo.

      Eliminar
  4. La derecha dejo de ser tal primero con RN, cuando en el gobierno de Aylwin aprobaron los impuestos, para que la DC/UP legitimara el modelo económico. Luego vino Lavín el Bachelismo Aliancista. La guinda de la torta, creer el relato de la Izquierda en materia de derechos humanos, la UP y el Gobierno Militar.

    Olvido Kaiser que RN se cambio su declaración de principios por parecer progresista.

    El fallecido Álvaro Bardón eran afín a la UDI, sin embargo, no tenía problema es fustigar a la Derecha cuando metía la metía la pata y naturalmente, a la Izquierda. Era libertario liberal.

    Cuando dice: " preferirían vivir en un mundo valóricamente homogéneo donde nadie saque demasiado los pies del plato en sus asuntos personales". Parece que está pensando en el lobby homosexual.

    ¿Recuerdas el escrito "Cuando un tipo es de derecha, cuando un tipo es de Izquierda"?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Recuerdo a Álvaro Bardón y su consistencia respecto de las ideas de libertad, aunque no tengo en la memoria ese artículo específicamente. Fue una desgracia que nos dejara siendo aún joven.

      Eliminar
  5. Él que ha viajado tanto se habrá dado cuenta que las formalidades son importantes, tanto aquí como en USA. Si Kaiser se vistiera como Boric, no lo tomarían cuenta. Por están esa frase de la mujer de césar o de lo exige estar en un determinado cargo.

    La Izquierda hace ver las formalidades como aburridas. Eso me recuerdo,que un programa de Vía X, donde estaba la periodista Urrejola con marica de clase alta o media alta, siempre se burlaban porque los candidatos de derecha en sus carteles se presentaba con cuello y corbata. Lo que aquí él ve aburrido y en otras partes es lo que era la palabra 'clase'.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vestir indumentaria que agrede las buenas formas es una manera tonta de expresar disconformidad. Ser de izquierda no es signo de inteligencia.

      Eliminar
    2. El zurdocarroña es de mentalidad mediocre, pero cuando alcanza el poder su mediocridad es peligrosa.

      Eliminar
    3. Los políticos de derecha todavía no caen en cuenta que el objetivo de la zurdería es acabar con ellos. Las negociaciones y componendas solo son un paliativo temporal a esa satánica sed de liquidarnos a todos.

      Eliminar
  6. La columna de Kaiser responde a varios premisas; y síntomas que he percibido. Voy a tratar de enunciarlos (es muy complicado de explicar):

    - La derecha siempre tuvo (y tiene) un componente conservador en lo moral. Su vínculo con la religión es evidente.

    - Los políticos de derecha tienen un componente estatista, tendiente al populismo y la demagogia; son políticos por si no se han dado cuenta.

    - Los actuales políticos de derecha han endosado el discurso progresista-populista de la izquierda. Axel Kaiser lo sabe y sabe los motivos; escribió un libro sobre ello. Como son "arrepentidos" niegan -por razones electorales, cobardía y convencimiento- cualquier contacto con el G.M. y -por ende- sus reformas económicas.

    - Los liberales chilenos están más preocupados de diferenciarse de los conservadores (de derecha) que de quienes en la izquierda -tácticamente- adoptan posturas anticonservadoras para destruirlos (a todos).

    En resumen, con columnas como ésta (o las de Jorge Gómez de la FPP) los liberales chilenos están meando fuera del tiesto (sorry por el francés). Los conservadores no son el enemigo; a lo más son un enemigo secundario (desde un punto de vista liberal).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto lo que dices. Tal parece que los liberales tendremos que organizar nuestras propias estructuras. La derecha tradicional ha sido una larga seguidilla de desilusiones y disgustos.

      Eliminar

Tu opinión enriquece nuestro trabajo. Gracias por comentar.