miércoles, 11 de febrero de 2015

Chile hacia un régimen totalitario.

Es imposible no darse cuenta de la extrema similitud de lo que pasa en Chile con lo que ha pasado en Venezuela y demás países bajo dominio del club castro-chavista.

Bachelet, miembro-mascota del club, va por las mismas y si no lo hizo antes con la decisión que lo hace hoy es porque todavía no estaba el horno para bollos.

Pero nadie podría decir que ella haya sufrido alguna transformación de ningún tipo: sigue siendo la misma castrista fanática que entrega su imagen externa de anciana simpática para que el aparato de propaganda la venda como "cercana al pueblo" y falso depósito de todas las virtudes.

En Chile estamos asistiendo al mismo espectáculo de una codicia insaciable por poder y dinero para constituir una dictadura que reparta "igualdad", que ha sido la consigna de Castro, Chávez, Correa, Kirchner, Ortega y Evo Morales.

Luego de incorporar abiertamente al Partido Comunista, que es la delegación local que responde directamente a los Castro, los de la banda gobernante avanzan en todos los ámbitos extendiendo su área de dominio, debilitando la libertad y capacidad de accionar del resto de los que habitan esta estrecha faja.

Su actual control de la administración de justicia que mencioné en mi post anterior, la UP/DC lo extiende para liquidar a opositores culpándolos de irregularidades que el propio oficialismo ha cometido y comete en una magnitud incomparablemente más grande.

Ello mientras avanza hacia la imposición de una nueva Constitución que impida corregir el grave sesgo en la actuación de sus jueces y fiscales, transformando en inamovibles sus muchos amarres que atan toda la administración del estado, las instituciones autónomas y hasta las ONGs.

Al dominio de los departamentos de prensa de todos los medios (con un par de excepciones), se propone agregar la imposición de normas que transformen el disenso en delito, para que no sea posible desafiar su amañado relato de nuestra historia, amenazando las publicaciones que hagamos nosotros mismos en la red.

El casi total control sindical y gremial, está siendo completado con legislación para dar a los sindicatos el poder de intervenir en la administración de las empresas y la capacidad de paralizarlas en total impunidad.

No tengo datos precisos, pero asumo que el avance al control de las cúpulas militares se advierte en muchas posturas del alto mando que apoyan o muestran indiferencia con el extremo abuso judicial hacia militares y su uso para justificar obscenas indemnizaciones para los militantes del oficialismo.

Raya para la suma. Aunque el recuento está muy lejos de agotarse, los avances del presente gobierno para incrementar su poder lo transforman en un régimen que crecientemente traba y mutila el funcionamiento de la institucionalidad que nos ha dado estabilidad por los últimos cuarenta años.

Por lo tanto, en Chile ya no tenemos un gobierno democrático respetuoso de la ley, lo que tenemos es un régimen totalitario que a gran velocidad va camino de transformarse en dictadura, tal cual hacen sus amigos del club castro-chavista.

2 comentarios:

  1. Los chilenos todavía están durmiendo. Con todo, sino renuncia el hijo de Bachelet de cargo, a la Nueva Mayoría van seguir bajando. Y el rechazo que tiene la derecha se va a transpasar al oficialismo.

    Bachelet es muda.

    El hijo autista.

    Por cierto, a los grandes financista de Bachelet, el banquero de apellido árabe y Lusik no les importa que el país se vaya cuesta bajo, y de paso pierda las libertades.

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    Respuestas
    1. A PIñera tampoco le importó. Incluso vio una ventaja en entregar el país a esta gente para su plan de volver a sentarse en la silla presidencial

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