miércoles, 24 de septiembre de 2014

La violencia se siembra en el aula

Gonzalo Rojas

Que no se nos olvide la violencia política. Como los bombazos ya pasaron, como parece que ya pillaron a los malulos... algunos piensan que podríamos volver a nuestras rutinas. No, eso sería negligencia grave.

A las policías les corresponde un trabajo intenso para dar con las redes de apoyo a los autores; a los tribunales, hacerse seriamente cargo de las eventuales responsabilidades; a los parlamentarios, estudiar modificaciones a la legislación. Pero hay otra dimensión, una más profunda, a la que no se presta suficiente atención, quizás por frivolidad, quizás por miedo. Se trata de la denuncia de los promotores de la violencia revolucionaria, de esos especuladores con la vida ajena, de los que animan a sus alumnos a las aventuras de la sangre mientras ellos permanecen cómodamente sentados en una cátedra universitaria.

Son muy conocidas las tesis leninistas y trotskistas y el modo como cientos de intelectuales y educadores las han promovido por décadas entre los jóvenes. Pero hay muchas otras dimensiones de la prédica de la violencia en Chile.

Están los que han diseminado entre sus alumnos la existencia de una supuesta violencia estructural. Declaradamente cristianos algunos, abiertamente marxistas otros, todos ellos han justificado bombas y metralletas, frentes y guerrillas, como lógica reacción a las injusticias. Para esos individuos no existe el diálogo democrático, no hay más salida legítima que una u otra variante del tiro en la nuca.

A ellos se suman los que veneran a Nietzsche y su promoción de los actos de creación destructora y de destrucción creadora, junto a los que divulgan a Gramsci, promotor de la estrategia de la guerra de posiciones, método para disputar la hegemonía en la sociedad.

Menos conocidos, pero notablemente atractivos son los promotores de las tesis de Frantz Fanon, apoyadas por el prólogo de Jean Paul Sartre en "Los condenados de la tierra". Ahí Sartre afirma que solo "la violencia, como la lanza de Aquiles, puede cicatrizar las heridas que ha infligido". Y Fanon estima que la violencia "es el hombre mismo reintegrándose", por lo que "matar a un europeo es matar dos pájaros de un tiro, suprimir a la vez un opresor y un oprimido: quedan un hombre muerto y un hombre libre". ¿Existen en Chile los divulgadores de Fanon? Por cierto: pregunte por el profesor Jaime Huenún.

Del Che Guevara tenemos abundantes referencias. ¿Qué les enseñaron en reciente charla los individuos del Frente Manuel Rodríguez a los alumnos del Instituto Nacional sino que "el odio implacable hacia el enemigo nos impele por encima y más allá de las naturales limitaciones del hombre y nos transforma en una efectiva selecta y fría máquina de matar", como afirmaba el Che?

A Mijail Bakunin lo dan a conocer decenas de páginas anarquistas en las que se anima a destruir el Estado. Y aunque sus seguidores usen polerones de la UCLA o de Michigan, no trepidarán en dinamitar lo que huela a capitalismo.

¿Qué tiene de extraño, entonces, que en los muros de nuestras ciudades se lean recomendaciones como "Mata a tu rector" o "Muerte al cerdo capitalista" o "La única Iglesia que ilumina es la que arde" o que el Rumpi haya dicho a media tarde por radio: "Yo sería partidario de ir y quemar la catedral, hueón, con todos los curas adentro"?

Los no-violentos-activos hacen también su promoción. Luis Mariano Rendón encabezó al grupo que invadió la sede senatorial y definió la correría de adultos y adolescentes que culminó en escalamiento de mesa, escupitajos y gritos desaforados contra ministros, parlamentarios y rectores, como un acto de no-violencia, de desobediencia civil. Sencillito.

De todas esas formas se cultivan los bombazos.

6 comentarios:

  1. Como casi todos en Chile, desde la enseñanza secundaria fui sometido al machacar ideológico de profesores convencidos de que el camino del progreso pasaba por “eliminar las estructuras de explotación del hombre por el hombre”, por la necesidad de “abrir el camino al poder para la clase de los trabajadores” y otras “conquistas” que no admitían duda.

    Para los jóvenes que se tragaban ese anzuelo, los llamados “costos de la revolución” (en desbarajuste y vidas) pasaban a la categoría de “inevitables” y muchos de ellos se entregaron con entusiasmo al ejercicio de darle el pasaporte para el otro mundo a quienes su deceso nos acercaba a la sociedad ideal [Hace unos años vimos enfrentarse por el diario a Gonzalo Rojas Sánchez y Andrés Pascal Allende, dos ex compañeros de escuela sometidos a esta desviada prédica. El clarísimo contraste entre las vidas del que no se entregó a ella y la del convertido es abrumador].

    Esto bastaría para desalentar la adscripción a esta postura, pero el discurso ideológico ejerce un poderoso hechizo en algunas personas y puede transformar a un débil y pacífico muchachito en un sujeto homicida y en extremo peligroso.

    Pero, como dije, pese a la enormidad y contundencia de las acciones para hacer realidad estas “ideas”, nada positivo ha surgido de su “praxis”. Al contrario el efecto ha sido siempre regresivo, dañino en grado casi irreparable y bajo la UP estuvo a punto de recularnos 50 años hacia el pasado.

    En este artículo, Gonzalo se refiere a la penetración en las aulas universitarias, pero él mismo vivió en carne propia que este "trabajo" comienza en la escuela misma.

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  3. Un bloguero que antes comentaban en mi blog, Jorge A. Gómez Arizmendi, del blog 'Sujeto y Sociedad' y que ahora trabaja en una Fundación de corte liberal. Repité los cliché de la Izquierda.No sé cuán liberal sea. Según él, en Chile existía o existe una violencia estrutural. Le decía que no era cierto. No sé si seguirá con la misma opinión. Se definía como anarquista libertario seguidor de Nozick, aunque antes era de Rawls.

    A propósito de Instituto Nacional y la charla del FPMR, encontré una declaración de la abogada comunista Carmen Hertz, que ella justifica lo que hizo ese grupo. Según la abogada, el país tenía que conocer la historia 'de los muchachos'. Así los llamó.

    Sin embargo, recordarás cuando se presentó el Documental, ella junto otros abogados de la Diego Portales arguyeron en el programa 'Mentiras Verdaderas', que dicha película promovía el odio. Y por tanto, había que prohibirla. Ellos se basaban en las leyes contra odio que apuntan a los nazis. En esa ocasión también estaba Hermógenes Pérez de Arce.

    La máxima inconsecuencia. Ellos pueden divulgar sus mentiras y barbaridades, nosotros, no.

    Eso te prueba que los llamados 'abogados de derechos humanos' siempre apoyaron el terrorismo. Cada vez que caí un terrorista en tiempos del Gobierno Militar aparecían dichos abogados.

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  4. Carmen Hertz: "Los muchachos del FPMR no han tenido ningún reconocimiemto"

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  5. Me equivoqué. No estaba Carmen Hertz en esa oportunidad en ese programa.

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    1. Igual, Javier, todos sabemos que esa mujer fue una militante furiosa de la UP y que, junto con las "vanguardias" del castrismo, no tiene ningún asco en eliminar enemigos políticos.

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