¿Bachelet? Ella no es problema

¿Qué hizo perder la chaveta al diputado izquierdista Fidel Espinoza? Que, preguntada por un periozurdo acerca del "retorno" de Bachelet, la ministra Cecilia Pérez respondiera que estaba más preocupada del partido entre Chile y Uruguay.

Espinoza no pudo controlarse al punto de espetarle por Twitter la palabrota "imbécil" a la autoridad.

Aunque gente de su propia tienda ha tratado de aliviar la ofensa, Espinoza interpretó a muchos en la centro-izquierda que desde el 2010 tiene todas sus fichas jugadas al nombre de la ex presidenta.

Para los que fondearon a Michelle en la ONU con prohibición de abrir la boca sobre Chile, mientras "hacían mierda al gobierno" (expresión acuñada por Jorge Schaulsohn) y preparaban su "retorno triunfal", no hay nada peor que ningunear a esta mujer que sin duda alguna —aunque esto signifique que las primarias y todo el cuento de su "decisión" desnuden toda la operación como una simple faramalla— será quien represente a su coalición en las presidenciales.

Aunque la ministra estuvo muy bien, todavía hay muchos en la derecha que se preocupan de la persona de Michelle Bachelet como si ella resolviera por sí y ante sí el tema de su candidatura. Pero están muy equivocados.

Aunque, siguiendo el juego a la Concertación, los medios han especulado respecto de si ella decidirá o no entrar en la lucha por recuperar La Moneda, es inimaginable el escenario en que Bachelet diga que no. Han sido muchos los millones y recursos movilizados para que doña venga a salir con esas.

Tanto Bachelet, como antes fueron Aylwin, Frei y Lagos son construcciones de marketing. Dóciles piezas en el tablero donde se juega el poder. Y en el caso de Michelle, el caso es todavía peor porque, como lo he demostrado en varios otros artículos, Michelle Bachelet carece de las prendas de carácter necesarias para liderar y de talento mínimo para hilvanar un discurso inteligente. En corto, no es líder en absoluto.

Esto explica que la hayan obligado a callar por tres años (sin poder evitar escapadas en las que en cada una ha metido la pata), que los medios penetrados de periozurdos monten su presencia en el país como un "gran retorno" a lo Mc Arthur y que se tomen las medidas para que BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA se exponga al libre escrutinio de periodistas independientes.

Siendo así, no vale la pena ocuparse de la persona de Michelle Bachelet y en ello doña Cecilia Pérez dio en el clavo. Los candidatos de la derecha no deben tirarle pelota y preocuparse, eso sí, de tener respuesta para la multitud de preguntas de los periozurdos que SIEMPRE tratarán de hacerles hablar de ella en cualquier sentido.

Bastaría con que se acostumbren a que siempre se les responderá algo así como "de ella no me preocupo, ni de ningún candidato que finalmente represente a la centro izquierda. Lo preocupante es quien está detrás y todos sabemos que es la coalición que los chilenos sacaron del poder por corrupta, demagógica y totalitaria".

Si por los medios empezamos a escuchar respuesta de similar talante, la gente empezará a darse cuenta que piensa lo mismo, en un efecto comunicacional que no vale la pena analizar aquí pero que es mortalmente efectivo.

Háganme caso.