El primer, y grave, error que cometen los asesores de los candidatos conservadores es el de “atenuar” o disimular el nombre del sector que representan. Lo mismo pasa en la izquierda, que tras el doble propósito de rehuir la etiqueta izquierdista y desacreditar a sus adversarios, hasta hace no mucho alegaban representar al sector “democrático” de nuestra política, intentado motejar a la derecha como partidaria de “la dictadura”.
Mi experiencia y la de las grandes mayorías de chilenos es que los que reclaman ser representantes exclusivos de la democracia son los mismos que en el pasado la combatieron con violencia por considerarla “burguesa”, no revolucionaria.
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