Revisando mis artículos en este blog se puede ver que por 20 meses he defendido a don Sebastián Piñera de los ataques de la oposición obstruccionista y hasta de algunos derechistas que desconfiaban de él.
Lamento reconocer que ese fue un ejercicio ridículo, porque lo que vi como error de orientación del nuevo gobierno era en realidad un plan con objetivos muy precisos aunque contrarios a los ideales de la mayoría que lo eligió: la toma del poder por un grupo político al estilo de lo peor de nuestra historia, la democracia cristiana.
Sí, porque esto no es derechismo. Lo que se viene es el decechismo.
Aunque en el pasado se cuidó de exteriorizar su incompatibilidad con la derecha, pese a ser un ex demócrata cristiano, don Sebastián tuvo actitudes que debieron advertirnos del riesgo de contarlo como uno de los nuestros. Que se haya sumado al NO promovido por el progresismo no encendió ninguna alarma porque muchos en la derecha pensaban que el tiempo militar ya estaba cumplido y que era hora de que los civiles asumieran el poder.
De ahí en adelante no hubo otra ocasión de probar su fidelidad a los valores derechistas hasta el episodio en que trascendió su maniobra con un periodista de izquierda (o periozurdo, como les estamos empezando a llamar) para debilitar la precandidatura competitiva de Evelyn Matthei. Aunque grave, esto tampoco pareció suficiente para crear los necesarios anticuerpos en torno al ahora Presidente.
Luego vino el capítulo del montaje del gobierno de Lagos para involucrar en pedofilia al líder UDI Jovino Novoa, en el que los agentes del gobierno atrajeron la participación de la diputada Pía Guzmán, cercana a Piñera, para que protagonizara las "denuncias". En esta pasada la actitud de don Sebastián correspondió a la de quien nos aventa un salvavidas de plomo. Sus anodinas declaraciones hundieron todavía más al acusado y, de no haber sido por la decidida investigación de Pablo Longueira (y la cooperación de algunos valientes periodistas no coludidos con el gobierno), capaz que don Jovino se nos hubiera suicidado en la impotencia de no poder defenderse.
Esto sí debió encender todas las alarmas y quizás en alguna medida alertó a algunos cuando más adelante la gestión de Piñera crispó las relaciones entre RN y la UDI hasta el punto en que tuvo que intervenir Joaquín Lavín (que por entonces lideraba la coalición) para que Sebastián y Longueira depusieran las armas.
Sin embargo, la pérdida de las elecciones en que el aparato electoral y de cohecho institucionalizado del progresismo logró (por muy pocos votos) retener el poder e instalar a Michelle Bachelet, permitieron a Piñera seguir vigente y, finalmente, conseguir la representación de la derecha que le instaló en el poder.
Visto todo lo pasado, muchos creímos que don Sebastián honraría la representación de quienes le pusieron en La Moneda y rescataría los valores pisoteados por 20 años de demagogia, corrupción y totalitarismo.
Nada de eso. Lo primero que hizo este ex-democristiano fue conformar un gabinete con sus más cercanos (desechando rodearse de los líderes amigos), convocar a ese partido y a sus compinches para conformar un gobierno "de unidad" y ofrecer continuar en altos puestos a muchos que los chilenos queríamos lejos del poder. Incluso quiso poner como director de La Nación al mismo periozurdo (Mirko Macari) que dirigió los medios que atizaron la hoguera contra Jovino Novoa, cuestión frente a la cual huelga describir la indignada reacción de los ofendidos.
Con los pelos parados vimos cómo —acogiendo la solicitud de Bachelet— apoyaba la continuidad del concertacionista José Miguel Insulza (que tenía y ha seguido teniendo una vergonzosa trayectoria al frente de la OEA), cómo ponía al democristiano Jaime Ravinet al frente de Defensa y, en general, cómo ofrecía altos cargos a progresistas que incluso le rechazaron con ofensas [+].
Afortunadamente, la oposición ha sido en tal grado virulenta y obstructiva que obligó a Piñera a convocar a algunos de los líderes que quiso dejar abajo de la micro. Ambos factores impiden que se configure el buscado entendimiento del Presidente con los enemigos de la derecha, pero no garantiza que se diluya el proyecto interno de configurar un partido a imagen y semejanza de don Sebastián.
Inspirado en las visiones "centristas" de Piñera, el grupo de íntimos conformado en torno a este proyecto interno ha empezado a desplegar su actividad para tomar el control de RN o, si eso no es posible, constituir otro partido que ojalá incluya algunos elementos democristianos.
El objetivo es garantizar que el próximo Presidente salga de esas filas, dejando a RN y a la UDI abandonadas como un trampolín que ya cumplió su función.
[Este tema continúa siendo desarrollado en este artículo]
Estimado
ResponderEliminarCiro Cárdenas.
Coincido plenamente con tu análisis.
Piñera es un democrata cristiano que quiere extraer votos de la DC y de RN, para formar un nuevo partido que hipocritamente simulará ser de centro, para así captar los votantes de la derecha boutique y a los camaleones de la DC, y entrar en alianzas con la Concertación y seguir dándole la espalda y traicionando a la Derecha que lo respaldó para llegar a la Moneda.
Atte.
Miguel Morasca
Miguel, sólo te digo que don Sebastián concretará sus planes SÓLO si se lo permitimos.
ResponderEliminarEso no debe pasar.
Ya publicaré la segunda parte de este artículo con datos e información respecto de la seriedad de este asunto.
Cirio Cárdenas, te felicito, por fin "me calza".
ResponderEliminarEsperando mas publicaciones tuyas, saluda Heike
Cirio Cárdenas, te felicito, por fin "me calza".
ResponderEliminarEsperando mas publicaciones tuyas, saluda Heike
Gracias, Heike, no te pierdas la segunda parte.
ResponderEliminarSaludos,
mmm, yo no estoy de acuerdo con esta parte:
ResponderEliminar"muchos creímos que don Sebastián honraría la representación de quienes le pusieron en La Moneda".
Piñera no fue electo para nada por convenimiento de ideas o por que la sociedad se volcó a la derecha, salió por el voto "duro" de derecha (entre comillas, por que no sé si un Ultra derecha Pinochetista conservadurista votaría por el), más el voto "nah, hay que probar cosas nuevas", catalizado por el efecto MEO y el chiste de candidato de la concertación.
Por lo mismo Piñera debió virar hacia la izquierda; ¿te imaginas que hubiese pasado si hubiera inagurado un museo a Pinochet?... no, más allá de que la sociedad eligiera a Piñera, la sociedad no es de derecha propiamente tal, y por lo mismo personajes como Moreira o Longueira de la nada dejaron de ser públicos: simplemente alejaban votantes.
Por supuesto, el que Piñera se acercara a la izquierda, molesta a los de derecha, y bueno, sea lo que sea, los de izquierda seguirán criticando; eso explica la baja evaluación en las encuestas.
Saludos.
Cristian,
ResponderEliminarQue Piñera "salió por el voto duro de derecha" más el voto de otros sectores, es una teoría. Uno podría aventurar varias formas de descomponer las masas sufragantes que pusieron al representante de la coalición de derecha en La Moneda, pero es difícil establecer una composición de un modo definitivo.
Sin embargo, es bastante obvio que quienes votaron por esa candidatura lo hicieron para corregir el rumbo de la nación hacia la derecha, no hacia la izquierda.
La prueba más palmaria de esto es que la gestión populista (que caracteriza al izquierdismo) daña la popularidad del Presidente y, por el contrario, las iniciativas "impopulares" (por ejemplo, abandonar la pauta de "entendimiento" con la agitación estudiantil) mejoran su ranking en las encuestas.
Los derechistas, por supuesto, esperamos mucho más. Pero la magnitud de lo mal obrado en 20 años impide dar más rapidez a su corrección.
En general, el gobierno no va mal y es innegable el benéfico efecto del trabajo de gente de corte contrario al que vimos por tanto tiempo.
Nuestra preocupación se orienta más bien a que la continuidad de esta administración no vaya a ser perjudicada ni escamoteada por codicias personales.
mmm, tengo mis dudas, sobre todo considerando la popularidad de las propuestas de izquierda (incluso ahora, basta ver un rato la tele y ver lo del movimiento estudiantil).
ResponderEliminarBueno, en mi experiencia, quien es de derecha votó por Piñera (dejando de lado los de Ultra Derecha o Pinochetista acérrimos que votaron nulo), y los demás que antes votaron concertación y ahora Piñera, fue para probar algo nuevo, decepcionados de la aberración de coalición que se mostró en los últimos años.
La tendencia no cambia, la gente sigue odiando a Pinochet, sigue siendo protectora del estado y las medidas populistas de "izquierda" (no tan a la izquierda por supuesto) siguen siendo populares (fin al lucro, derechos sobre productos, mayor impuesto a los ricos, progresismo o liberalismo moral si gustas, discurso sobre derechos humanos, etc).
Es más, creo que hoy incluso más que los años anteriores la gente busca izquierda (cerebros lavados o lo que sea).
A piñera se le voto por ser de derecha, recuerdo una encuesta de unas semanas antes de las elecciones en que la percepción del sujeto, es que no era de centro, era de derecha, y así fue electo.
ResponderEliminarSe esperaban ideas de derecha, mejor gestión (menos estado), más libertad económica, más dureza contra la delincuencia, procesamientos contra los corruptos, etc. ¿Y en qué terminamos?, exactamente en un quinto gobierno concerta, si solo faltan los ladrones.
Don Ciro una cosa más:
La Encuesta Del Año 2011
Cristián, no soy pinochetista y siendo que jamás he visto una encuesta que establezca el grado de adhesión o rechazo a su persona me parece que la expresión "la gente sigue odiando a Pinochet" es arbitraria.
ResponderEliminarY que la gente prefiera medidas populistas choca con la evidencia de las encuestas de popularidad. Mientras Piñera ha sido extremadamente condescendiente con los que empujan esas iniciativas el reflejo en las encuestas ha sido desastroso.
Todo lo contrario cuando ha resuelto ponerle el cascabel al gato. Abandonar los intentos de "negociar" con los agitadores de los estudiantes le significó un claro repunte en esas muestras.
Es cierto lo que dices en cuanto a lo que muchos ven como bueno o conveniente.
Pero creo que debería pervivir en el recuerdo de las grandes mayorías la toma de medidas extremadamente impopulares que luego de un tiempo NADIE osaría cambiarlas (eliminación de precios oficiales, eliminación de subsidios industriales, venta de empresas estatales, etc.).
Heitai, efectivamente, hay varios discursos de Piñera en que menciona a la "centroderecha" como su sector político.
ResponderEliminarPor otra parte, es devastadoramente cierto que ese sector no apoya lo que está haciendo, cuestión que de momento no le preocupa mucho por esta agenda que denuncio aquí y que está siguiendo.
Divertida tu encuesta. Habiendo tantos, me es difícil pensar en el "más corrupto", pero es obvio que forma parte del conglomerado de "centroizquierda".
Saludos.