Chao, Chávez

Iba a titular esto devolviéndole la frase a Chávez, “no te metas con...”, pero siendo que el sujeto está YA hiper metido en Chile, tuve que cambiarla.

Obviamente, es muy amigo de la actual Presidenta de Chile con la que forman parte del club progresista junto a los Castro, los Kirchner, Ortega, Correa, Morales, Lugo y Lula. Zelaya estuvo a punto de ser miembro estable del elenco, pero los bravos hondureños dijeron otra cosa.

Desde hace años, La Moneda ha cooperado a la expansión internacional de los distintos brazos de este peligroso pulpo “progresista”.

Chávez ha conseguido el apoyo de nuestro gobierno para sus andanzas por esos países (excepción hecha, quizás, de Brasil) e incluso para ejercer la presidencia temporal de UNASUR, versión actual de la antigua OLAS.

Desde esa presidencia temporal Bachelet “dispuso” la investigación de los luctuosos sucesos de Pando, Bolivia, en los que Morales quiso enfrentar a comunidades locales para desplazar a las autoridades que no le eran afines desatando una matanza de pobladores que esta “ágil investigación” achacó a sus enemigos.

Asimismo, La Moneda ha hecho la vista gorda para el flujo de violentistas chilenos camino de entrenarse con las FARC destacadas sea en territorio ecuatoriano o venezolano. Una delegación chilena de visita en el campamento de Reyes en la frontera se salvó jabonada de la incursión del ejército colombiano que lo devastó.

El gobierno de Bachelet condenó duramente ese ataque y jamás ha emitido una declaración que perjudique los intereses de cualquiera de los miembros del grupo de gobernantes progresistas.

Pero nunca condenó con la debida dureza la expulsión del delegado chileno de Human Rights Watch desde Caracas, ni tampoco ninguna de las muchas salvajadas cometidas por Chávez que en la práctica han barrido con toda traza de democracia.

Desde hace varios años los agentes de Chávez se mueven por Chile como por su casa, capitaneados por la mismísima embajadora, doña Leonor Urbaneja (amiga de Bachelet desde los tiempos de sus correrías en el extremismo castrista), cumpliendo tareas de activismo sindical.

Uno de estos "cuadros" es el activista comunista Cristián Cuevas, que con gran facilidad pasa de los sindicatos del retail a los del cobre preparando a los sindicatos para movilizarse (a tiempo completo y con sueldo de nadie-sabe-cómo pero todos saben de dónde ), habiendo ya ejecutado algunas huelgas “de prueba”.

En resumen, nuestro gobierno ha estado en tal medida involucrado en el desarrollo de la dictadura de Chávez que el mero cambio en el titular de La Moneda no es para nada trivial al hombre fuerte de Venezuela.

Sabe que hasta aquí va a durar la cooperación de Chile para expandir su “bolivarianismo”, nombre reciclado para el viejo castro comunismo, y por eso ha reaccionado tan vivamente a las expresiones obvias y evidentes de Piñera respecto de la disfuncional democracia venezolana.

En realidad, el problema de Chávez es todo lo contrario de lo que dice. A partir de ahora Chile no se involucrará en su expansión, es decir, no nos “meteremos con él”. De modo que ni necesita pedirlo.


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