El sistema de AFP tiene un mundo de ventajas respecto de los sistemas de reparto: cada persona sabe cuánta plata hay en su fondo y, si aporta durante una cantidad de años razonable, puede jubilarse él mismo cuando crea que la pensión es suficiente para sus expectativas. Y si no quiere jubilarse, nadie lo obliga, pudiendo heredar el fondo a su familia.
Los sistemas de reparto son un cuento muy distinto y la experiencia chilena al respecto es vergonzosa: los dineros eran ocupados por los apitutados políticos cuyos amigos controlaban las "cajas de previsión", desde donde obtenían préstamos blandos (con intereses inferiores al IPC), conseguían viviendas a precio de huevo y en la administración pública obtenían pensiones "perseguidoras" (cobrando el sueldo reajustable equivalente a su último cargo como pensión vitalicia). Todo ello mientras el perraje jubilado que no entraba en las trenzas políticas se las arreglaba como podía con las llamadas "pensiones de hambre".
Pero aparte de esta gigantesca diferencia, hay otras que derivan del sistema y que tienen que ver con efectos macroeconómicos.
Mientras con el sistema antiguo la plata se hacía sal y agua en los bolsillos y prebendas de los apitutados, con el sistema de AFP el dinero se hace visible y los ahorros de cada cotizante van conformando un ahorro nacional muy significativo. Tanto, que a partir de la constitución de estos fondos se ha formado todo un mercado de capitales que deben ser invertidos y que, según van creciendo, han fortalecido la economía nacional a niveles jamás vistos.
Uno de los efectos más espectaculares es el de las empresas transnacionales chilenas. La disponibilidad de ahorro nacional para expandir su oferta accionaria y el acceso a dinero "barato" han permitido a varias empresas expandirse al exterior donde sus negocios han producido, de nuevo, más ingresos que retornan al país revitalizando aún más nuestras finanzas y riqueza nacional.
En el apogeo del sistema de reparto, en Chile era deporte nacional hablar contras las odiadas "transnacionales que explotaban las riquezas chilenas", porque el país ni siquiera soñaba con que algún día sería en países extranjeros donde estas odiadas transnacionales fueran chilenas.
Ahora, con el retorno potenciado* al poder de la UP/DC ya se ven señales de ataque a este sistema. Javiera Blanco (DC), ministra del trabajo, cantinflea acerca de imponer una AFP de propiedad estatal que vendría a "introducir mejoras" al sistema:
Mientras su subsecretario de previsión social, el castrista (PC) Marcos Barraza, detiene los programas de difusión del sistema alegando que prefieren financiar iniciativas que alienten a presentar "alternativas al sistema", es decir, a debilitar hasta terminar el sistema de pensiones con capitalización individual.
Y tienen todas las herramientas para hacer mierda el sistema: mayorías
en ambas cámaras, "la calle" y los recursos de difusión que les provee
el control total de la TV y la mayoría de los medios.
Obviamente, esto nos aparta violentamente de la ruta del desarrollo y nos retrae a etapas que ilusamente creímos superadas. Quizás tantas décadas de mediocridad terminarán pesando más y nos volverán a nuestra mezquina realidad de país insanablemente empobrecido por la demagogia.
Era, al fin, demasiado bueno para que fuera cierto.
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* El retorno potenciado de la UP/DC es que, a diferencia de los veinte años en que no tuvo capacidad política ni mayorías para desarmar el modelo que antes de 1990 combatieron a muerte, ahora vuelven con el control casi total del país: el ejecutivo, el legislativo, el judicial, las ONGs, las instituciones autónomas, los sindicatos/gremios, más toda la TV y casi toda la prensa. Esto, luego de cuatro años en que el gobierno, se supone, era de signo contrario y debió combatir esta enorme red o, al menos, hacerlo todo para impedirles retomar el poder en estas condiciones. Pero esto no incomoda a Sebastián Piñera, según él mismo admite, y espera, al contrario, que el país celebre "su" legado.
No se les ocurre abrir más el mercado de las AFP para que entren otros. Dale con el cuento 'de lo público'.
ResponderEliminarTú penúltimo párrafo es lo cierto. Acuerdate que cuando llegó la Concertación al poder, la gente de derecha estaba convencida de que la Izquierda aceptaba el camino en lo económico del Gobierno Militar.
La Concertación, en realidad, le hizo al país el cuento del tío, hasta que encontraron la oportunidad de tener un oponente débil, gracias al traidor de Piñera. Nunca cambiaron.
La gestión política de Piñera estuvo distorsionada por su propensión hegemónica. Cree que las ideas que deben prevalecer son las de él. Y que el líder perfecto para implementarlas es él mismo.
EliminarOjalá en vez de romperse la pierna cuando cayó del caballo se hubiese roto el cuello
ResponderEliminarPerdón pero estoy muy enojado. Vamos camino a ser una Argentina Peronista 2.0
ResponderEliminarSi los demás líderes de la derecha llegan a las conclusiones adecuadas, no es necesario que le pase nada a Piñera para que jamás NADIE confíe nuevamente en él.
EliminarEsta entrevista a Fernando Atria, el abogado de 'las buenas o por las malas' confirma lo que hemos conversado en estos días. La Concertación fue una farsa. La Izquierda no se siente socialdemócrata. Según el abogado, el sistema liberal que los militares introdujeron es 'inhumano'; http://www.elmostrador.cl/pais/2014/04/03/la-transformacion-de-la-izquierda-genero-una-crisis-de-identidad-en-la-democracia-cristiana-2/
ResponderEliminarLee la entrevista que le hacen a Fernando Atria, el abogado de 'por las buenas o por las malas' en que queda manifiesto que la Izquierda nunca le gustó ser socialdemócrata. La Concertación fue una farsa. Atria califica de 'inhumano' el sistema liberal:
ResponderEliminarhttp://www.elmostrador.cl/pais/2014/04/03/la-transformacion-de-la-izquierda-genero-una-crisis-de-identidad-en-la-democracia-cristiana-2/
Este sujeto pertenece al grupo de los que "se van de boca", como Quintana, Harboe y, cómo nó, los tontos muchachos agitadores estudiantiles instalados ahora en el Congreso.
EliminarPero, la verdad, es que ellos dicen la firme. Llega a dar risa ver al castrista Teillier posando de equilibrado, cuando todos sabemos que de conseguir instalarse en el poder la mitad de los chilenos iría a abarrotar los cementerios.
Discutía con mi hermano respecto a este tema y tenía metida la monserga de que "estan robando". le expliqué que el asunto no pasa por una AFP estatal ya que al ser estatal, queda presa de los malabares políticos del gobierno de turno.
ResponderEliminarel hecho que sea "estatal" no es señal de que la plata que deposites, el estado la va a administrar mejor que el sector privado. si se va a crear, tendrá que competir bajo las mismas reglas de los demás. lo demás sería solo una carcasa para tapar la verdadera intención de volver al nefasto "sistema de reparto" que en el fondo es mucho más miserable e injusto que el actual sistema.
Una AFP estatal es extremadamente inconveniente por variadas razones, entre ellas:
Eliminar1. El aparato del estado adquiere el doble rol de ser agente y supervisor del área
2. La conducción política de una AFP introducirá distorsiones en el sistema
3. Se crea una nueva dependencia del estado con la consiguiente fuente de corrupción
4. Es el primer paso para sabotear el sistema e ir a la restitución del sistema de reparto que, pese a ser una cantera inagotable de corrupción y arreglines, tiene la "virtud" de incrementar enormemente la capacidad de control del gobierno sobre la sociedad, como fue antes del sistema que la zurdería llama "neoliberal".