jueves, 28 de junio de 2012

Ya no se puede confiar en la prensa chilena

Si crees que los medios hicieron una cobertura profesional (recta y no tendenciosa) del evento en el Teatro Caupolicán estás muy equivocado. He aquí el testimonio de una asistente que tuvo la suerte de no resultar agredida. Como ya lo he aclarado antes, no soy seguidor personal del General Pinochet, aunque reconozco que es, lejos, el chileno más importante del siglo XX.

Viña del Mar, 11 de Junio de 2012

Queridos amigos,

Deseo, a través de esta carta, entregar mi testimonio de lo que fue el evento de ayer, donde se exhibió el documental “PINOCHET” en el Teatro Caupolicán, organizado por la Corporación 11 de Septiembre y la UNOFAR, (Unión de Oficiales en Retiro de la Defensa Nacional).Que quede claro: nunca se dijo que era un Homenaje sino que un DOCUMENTAL! Lo de “Homenaje” lo inventaron para desacreditarlo, lo mismo pasó con lo de Miguel Krassnoff, que fue el lanzamiento de un libro! Es importante que relatemos nuestras experiencias personales para dejar en evidencia el cúmulo de falsedades y mentiras flagrantes con que la prensa, de izquierda y otras, trata todo lo relacionado con las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile.

También, deseo enfatizar nuestro derecho a reunirnos en un local costeado por los organizadores y ver un documental que no persigue otro fin que atestiguar la verdad de lo que significó el Gobierno Militar de las FF.AA. y de Orden presidido por el General Augusto Pinochet, el porqué se produjo el Pronunciamiento Militar, la inmensa obra fundacional de este gobierno militar y su impecable entrega al gobierno elegido democráticamente, en Marzo de 1990. Todo esto principalmente no solo para refrescar la memoria, que siempre es bueno, sino que para que los jóvenes actuales no se dejen embaucar con las mentiras de una izquierda llena de odio y tengan acceso a la verdad histórica.

Yo viajé con un grupo de amigos desde Viña del Mar, llegando como a las 10.30 a.m. a las cercanías del Teatro. El despliegue policial era grande, lo que me dio mucha confianza. No tuvimos ningún otro problema que caminar un par de cuadras para ingresar al Teatro. Los violentistas, que habían amenazado con no dejar entrar a nadie, hasta ese momento ni se divisaban, siendo contenidos, seguramente, por la fuerza policial.

El Teatro Caupolicán, según su página web, tiene actualmente capacidad para 6.000 personas y cuando ingresamos nos impactó ver el Teatro casi lleno. No sé calcular que porcentaje de la capacidad de butacas estaban ocupadas, pero era la inmensa mayoría. El ambiente era festivo, con banderas y gritos simpáticos. Cero grosería!

El evento comenzó con la presentación de invitados internacionales de Estados Unidos, España e Italia y un par de discursos relativos al porqué del documental. Cada una de estas presentaciones motivó gran algarabía, especialmente cuando habló el juez español que acusó y logró que fuera castigado por prevaricación el juez español Garzón, de triste memoria para nosotros.

El documental mismo empezó a mediodía y terminó a las 2 p.m. Dura casi dos horas, no una. Está hecho con gran cuidado de decir y mostrar solo la verdad de los hechos, mostrando y escuchando de boca de los propios protagonistas lo que decían en ese momento, por medio de videos de la época. Así se escuchó y se vio a los Presidentes Frei Montalva, Allende, Pinochet y Aylwin y muchas otras personas contando sus vivencias. También ministros del gobierno militar y muchas otras personalidades. Hay un relator en “off”. Todo lo que se dijo es absolutamente la verdad comprobada y me trajo a la memoria tantos momentos que viví en esa época.

Jamás se había hecho un documental semejante y es impresionante comprobar en ese relato la inmensa obra de ese gobierno. La memoria es frágil y por eso la izquierda, que sabe mucho de esto, nos ha lavado el cerebro estos cuarenta años a los que vivimos ese período. La consigna “miente, miente, que algo queda” da fe de lo que les ha pasado a muchos chilenos “desmemoriados” y de la absoluta ignorancia de la verdad de lo sucedido en que se ha mantenido a nuestra juventud por tanto tiempo.

Cuando terminó el acto, con gran tranquilidad iniciamos la salida del Teatro. Se nos recomendó a los “mayorcitos” que nos reuniéramos en un patio que tiene el Teatro pues desde ahí nos recogerían unos buses. Como pasaba el tiempo y esto no sucedía, salimos por la puerta principal. La calle estaba casi solitaria, aunque oíamos gritos y percibíamos disturbios detrás de unas filas de Carabineros que estaban cerrando ambos lados de la cuadra.
Después estos se corrieron abarcando la cuadra siguiente. Nosotros, que éramos un buen grupo, quedamos entre estas dos filas de carabineros, absolutamente protegidos. Pudimos darnos cuenta que los violentistas estaban atacando a carabineros, vimos que detuvieron a algunos de estos “jóvenes idealistas!” pero no pudimos dimensionar la violencia que se desató. Carabineros de Chile nos protegió en todo momento y desde aquí quiero agradecer a estos maravillosos hombres y mujeres porque, sin ellos, es seguro que habríamos resultado agredidos físicamente y conculcado nuestro derecho a expresarnos y manifestarnos.
Pasadas las 4 p.m. carabineros nos consiguió un bus del Transantiago (primera vez que subo a uno) y al pasar a través del tumulto de los violentistas, un gran peñasco rompió el vidrio que estaba a mi lado, a centímetros de mi cabeza, quedando otra señora y yo llenas de vidrio molido. Gracias a Dios, nadie resultó herido! Llegamos a la Alameda donde nos dejó el bus e iniciamos el regreso a Viña del Mar como a las 4.30 p.m.

Al ver las noticias de la TV comprobé que, una vez más, los periodistas con una falta de objetividad absoluta, decían que la asistencia al Caupolicán fue de un poco más de mil personas y mostraban imágenes que, sin duda eran de bastante más temprano, con un Teatro semivacío. Afuera estaba lleno de periodistas que corrían como locos a los lugares donde se producían enfrentamientos con la policía, porque eso es noticia! Donde reinaba la tranquilidad no se tomaron la molestia de filmar nada.

Creo que el evento de ayer ha constituido un éxito muy por sobre las esperanzas de los organizadores y de nosotros mismos. Por fin el león empieza a despertar de su siesta! El 44% que obtuvo el Gobierno Militar y el general Pinochet en el Plesbicito de 1988 está recuperando la fuerza!

La guinda de la torta del día de ayer fue la asistencia de don Hermógenes Perez de Arce al programa de TV Tolerancia Cero! Estuvo fantástico y valiente, como siempre y a mi juicio, el panelista Fernando Paulsen pecó de mal educado al negarse a preguntarle nada. ¿Para qué lo invitó entonces? Lo que pasa es que el señor Pérez de Arce es un hombre tan documentado y veraz que es un oponente terrible y eso se notó. El programa hizo honor a su nombre: “Tolerancia Cero”. Tolerancia para las ideas de izquierda pero cero para alguien que se atreva a defender la obra del gobierno militar y a la persona del general Pinochet.

Un abrazo a todos,


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