sábado, 8 de marzo de 2014

El Chávez de la "nueva derecha" chilena

Luego de las elecciones se ha desatado una campaña larga y costosísima, equivalente a la de una elección presidencial, con Piñera protagonizando una lista inacabable de eventos como único candidato. ¿Candidato a qué? Según él a nada, porque "hasta hoy" no ha pensado en repostularse el 2017. Y eso es tan cierto que ya anuncian una fundación "Piñera 2017" que presidiría su primo y saliente Secretario General de Gobierno con el objetivo de "articular la defensa de la imagen de su gobierno y velar para que se den las condiciones políticas que le permitan postular como candidato presidencial único de la derecha el 2017".

Y como "cierre" de esta primera campaña, se organiza una fiesta "hasta que las velas no ardan" para celebrar… vaya uno a saber qué cosa, porque el más exitoso gobierno de toda la historia del país desde el pleistoceno fue penosamente incapaz de retener el favor del pueblo y ha declinado el poder en manos de la opositora y totalitaria UP/DC.
Si lo que se viene es motivo para celebrar, depende de entender la siempre oculta agenda de Sebastián Piñera, que hasta que asumió el 10 de marzo del 2010 nunca se supo que incluía cortar las cabezas de cualquier otro dirigente de derecha que pudiera hacerle sombra. De modo que todo aquel que quiera seguir mamando en el congreso o en puestos de gobierno tendrá que reconocer filas en el piñerismo que, según el mismo Piñera corresponde a la nueva derecha que sería mayoritaria:
La "antigua derecha" es la que él liquidó en septiembre pasado, acusándola de hacer la vista gorda mientras "la dictadura" perseguía, torturaba y liquidaba a medio Chile, y la "nueva derecha" es la de los partidos y organismos y financiados por su aparato y surgidos durante su gobierno: Evópoli, Amplitud, Horizontal; más los que queden parados en la UDI y RN dispuestos a someterse a la hegemonía de este nuevo Chávez, supuestamente derechista.

Los "viejos derechistas", que para nada encajamos en el perfil que nos propina Piñera, no creemos que haya mucho que celebrar. Las tareas para las que votamos por la derecha (sin sospechar que Piñera tenía una agenda oculta) incluían enfrentar los amarres corruptos e institucionales de la UP/DC (que controlaba y sigue controlando todos los organismos autónomos con financiamiento fiscal y todas las ONGs), que se desmontara su aparato de propaganda que controla toda la televisión y que tiene agentes periozurdos en todos los medios, que se sacara al país del club castro-chavista del que hoy conocemos su verdadera y tenebrosa cara en Venezuela, que se exigiera la igualdad ante la ley para militares abusados por la justicia zurda, entre otras mil iniciativas para recuperar la fortaleza del modelo de libertad heredado de los Chicago boys.

Pero nada de eso ocurrió sino todo lo contrario. Tanto que hasta las personas más recalcitrantes del castrismo local, que ahora recibirán de vuelta el poder de sus manos, quedaron felices con la administración de este Chávez derechista:
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De modo entonces que los "viejos derechistas" no tenemos nada para celebrar. Aparte del artero y formidable ataque que nos quiso eliminar de la faz del planeta, el horizonte se ve negro y ominoso. La UP/DC que retorna en gloria y majestad alega que en vez de votar a Bachelet, los chilenos votaron por un programa que busca reponer el numerito que intentó Allende: eliminar la libertad de enseñanza (disfrazada como "eliminar el lucro"), subir los impuestos a los emprendedores (los odiados empresarios) y nada menos que imponer una nueva constitución a su pinta.

No quiero ser aguafiestas, pero creo que entregarse al baile y la tomatera hasta que las velas no ardan mientras el país entra en este túnel no me parece nada de equilibrado. Esto se ve más bien como una bacanal para embriagarse en la idea de que Piñera es el mejor líder que ha surgido en este lado del mundo, desde que el mundo es mundo.

Lo cual tiene más trazas de chavismo (cuyo líder es admirado por Piñera, según él mismo declaró urbi et orbe) que de la antigua austeridad derechista. Aunque ahora ya no se sabe qué es qué.

7 comentarios:

  1. Con lo ambicioso y demente que es Piñera probablemente es capaz de llevarnos a la situación que vive Venezuela. Admirar a Chávez es lo mismo que admirar a Allende. Sin embargo, los neoderechistas de esas organizaciones son incapaces de admitir que el viaje de Piñera al funeral del mico, va contra el ideario de la derecha.

    Piñera y su equipo no tienen nada que celebrar.

    Lo que dices que el horizonte se ve negro es totalmente cierto. En efecto, en enero o o diciembre del año pasado, Gonzalo Rojas escribió una columna titulada 'Un Gobierno que va a crear problemas', ya que el gobierno de Bachelet va a poner en tela de juicio todo lo que los chilenos damos por sentado como la libertad de enseñanza, el lucro y otras cosas. Será como cuestionar el aire que respiramos.

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    1. En realidad es digno del realismo fantástico que en esta sucursal de Macondo estén enfiestados hasta que las velas no ardan, justamente cuando al país se le prenderá fuego por los cuatro costados.

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  2. Del blog de Maximo "Juan Andrés Lagos, Secretario del PC, nos advierte: “No descartamos que en Chile se produzcan situaciones de polarización, como en Venezuela”". Desde Cuba.

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  3. La mayoría de los chilenos todavía no advierte la tormenta que se avecina dentro pocos días.

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    1. Hasta en el extranjero ya se dan cuenta de la cagada que ha dejado este nuevo caudillo que ha secuestrado a la derecha.

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  4. Brillante la columna. Somos varios los que advertimos que la derecha había perdido la batalla antes de que llegara el poder. Siempre a la defensiva en estos 24 años. Y eso se muestra como tú decías en el post anterior que nuestros representantes no tienen conocimiento ideológico.

    Los grupos Horizontal, Evópoli, Amplitud, Red Liberal y Fundación Ciento Ochenta son incapaces por orgullo de reconocer lo que dice el columnista

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