A propósito del asesinato de la modelo y actriz Mónica Spear y su marido, crimen en el que su pequeña hija resultó también herida de gravedad, se pone nuevamente en actualidad el extremo grado de inseguridad al que ha caído la otrora tranquila Venezuela.
Nuestro presidente, declarado admirador de Hugo Chávez, nunca ha exteriorizado alguna preocupación que refleje la que tenemos todos respecto de la suerte de Venezuela. Incluso la hija del cónsul chileno murió baleada por delincuentes en Maracaibo y nunca hemos escuchado alguna reconvención de nuestro gobierno que, a diferencia de los anteriores y del que vendrá, se supone que no debería tener interés en mantenernos en el club castro chavista.
Hace casi cuatro años, en agosto del 2010, un editorial de Investor's Business Daily trataba el tema del repunte delincuencial y de inseguridad en Venezuela, asociado al clima generado por el dictador Chávez. Les ofrezco la traducción de ese editorial porque creo que deja en evidencia la desilusionante gestión de nuestro gobierno en esta materia.
Socialismo. Pregunta rápida ¿cuál es la capital mundial de las muertes por asesinato: Kabul, Juárez? No. Prueba con Caracas, Venezuela, una ciudad cuyo dictador, Hugo Chávez, ha usado el asesinato como una forma de extender su poder.
Esta silenciosa protesta en el concurso Miss Universo, en Las Vegas, la noche del lunes, fue invisible para todos, excepto para los venezolanos. En su caminata final por la pasarela, en un gesto patriótico pero fuera de protocolo, la postulante Stefania Fernández agitó imprevistamente una bandera de Venezuela.
Fernández paseó la bandera por la misma razón que los norteamericanos agitaron la suya luego del 9/11, para demostrar resolución en medio de la desgracia.
Pero su bandera tenía 7 estrellas, lo cual es significativo porque Chávez agregó una octava, transformando el uso de la bandera tradicional en un acto de desafío.
Los compatriotas de Fernández celebraron con alegría en las redes sociales y en Facebook, demostrando cuán preocupados están acerca de su país. Su principal temor es el crimen violento.
Desde que Chávez llegó a la presidencia en 1999, las ciudades venezolanas se han convertido en infernales focos en los que las tasas de asesinatos se han cuadruplicado. A razón de 233 muertes por cada 100.000 personas, o una muerte cada 90 minutos, la tasa de muertes en Caracas sobrepasa la de cualquier zona de guerra en el mundo, de acuerdo a una encuesta oficial del Instituto Nacional de Estadísticas [de EE. UU.] publicada el miércoles.
De hecho, el crimen constituye un hecho cotidiano en la Venezuela de hoy. Cerca del 96% de las víctimas de asesinato son pobres o de clase media baja, la mismísima gente que Chávez dice representar. "No se aventure por los barrios a cualquier hora del día, menos sin compañía ni de noche", advierte la guía Lonely Planet de Venezuela a los viajeros más osados.
En contraste, la tasa de asesinatos en Juárez, la ciudad tomada por los carteles de la droga, en México, es de 133 cada 100.000, teniendo México una tasa nacional de 8 cada 100.000, más o menos la misma de Wichita, Kansas. Colombia, que está en guerra contra el narcoterrorismo desde 1964, tiene una tasa promedio de 37 muertes cada 100.000 personas, ligeramente superior a la de Baltimore, de 36,9. El índice nacional en los Estados Unidos es de 5,4.
A no equivocarse, una tasa de asesinatos como la de Caracas es un crimen de lesa humanidad. La ausencia de seguridad personal precariza todos los demás derechos humanos. Coincidentemente, esto es precisamente lo que Chávez busca eliminar, mientras transforma su país en un estado socialista a la cubana. En vez de piquetes de castristas o de gulags estalinistas, Chávez terceriza el trabajo sucio del socialismo a los criminales, mientras arroja a los disidentes a la cárcel y amenaza con censurar los diarios.
Él puede ordenar suprimir la publicación en El Nacional de las dantescas fotografías de cadáveres apilados en la morgue de Caracas, pero el hecho duro es que Chávez es el responsable de lo que está pasando.
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Read More At Investor's Business Daily: http://news.investors.com/ibd-editorials/082510-545008-the-killing-fields-of-caracas.htm#ixzz2pkU97sQH
Desde que Chávez llegó a la presidencia en 1999, las ciudades venezolanas se han convertido en infernales focos en los que las tasas de asesinatos se han cuadruplicado. A razón de 233 muertes por cada 100.000 personas, o una muerte cada 90 minutos, la tasa de muertes en Caracas sobrepasa la de cualquier zona de guerra en el mundo, de acuerdo a una encuesta oficial del Instituto Nacional de Estadísticas [de EE. UU.] publicada el miércoles.
De hecho, el crimen constituye un hecho cotidiano en la Venezuela de hoy. Cerca del 96% de las víctimas de asesinato son pobres o de clase media baja, la mismísima gente que Chávez dice representar. "No se aventure por los barrios a cualquier hora del día, menos sin compañía ni de noche", advierte la guía Lonely Planet de Venezuela a los viajeros más osados.
En contraste, la tasa de asesinatos en Juárez, la ciudad tomada por los carteles de la droga, en México, es de 133 cada 100.000, teniendo México una tasa nacional de 8 cada 100.000, más o menos la misma de Wichita, Kansas. Colombia, que está en guerra contra el narcoterrorismo desde 1964, tiene una tasa promedio de 37 muertes cada 100.000 personas, ligeramente superior a la de Baltimore, de 36,9. El índice nacional en los Estados Unidos es de 5,4.
A no equivocarse, una tasa de asesinatos como la de Caracas es un crimen de lesa humanidad. La ausencia de seguridad personal precariza todos los demás derechos humanos. Coincidentemente, esto es precisamente lo que Chávez busca eliminar, mientras transforma su país en un estado socialista a la cubana. En vez de piquetes de castristas o de gulags estalinistas, Chávez terceriza el trabajo sucio del socialismo a los criminales, mientras arroja a los disidentes a la cárcel y amenaza con censurar los diarios.
Él puede ordenar suprimir la publicación en El Nacional de las dantescas fotografías de cadáveres apilados en la morgue de Caracas, pero el hecho duro es que Chávez es el responsable de lo que está pasando.
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Piñera antes del fallo de La Haya va convocar a a Celac, ese engendró chavista castrista.
ResponderEliminarMenos dirá la presidenta electa, que desea llevarnos al U.P.2
Hasta la lectura de este artículo no me había dado cuenta de la relación entre la inseguridad y el avance del totalitarismo.
ResponderEliminarLa caída en la seguridad ciudadana, claro "aporte" de los gobiernos UP/DC no pudo ser remontada significativamente por este gobierno porque hay una infraestructura dejada por la izquierda para garantizar los derechos del que delinque aún sacrificando los derechos de las víctimas.
Me vienen a la memoria esos días en que los afligidos parientes de las víctimas de pedofilia con asesinato rogaban a Frei que no indultara a los delincuentes condenados a muerte por la legislación de entonces. Ellos temían encontrarse con esas bestias cuando los liberaran luego de cumplida parte de la condena carcelaria.
Hice traducir este artículo porque estimo que contiene este interesante punto de vista. Felicitaciones a su autora, Monica Showalter.