A la llegada del gobierno de derecha, todos los chilenos sabíamos que ese mero hecho iba a mejorar el índice de actividad, simplemente porque llegaba una coalición que no alentaba la crispación entre trabajadores y empleadores ni perseguiría a quienes emprenden.
Otra cuestión obvia, aunque nada trivial, era que la nueva administración no cargaba con la pesadísima mochila corruptiva que distinguió a la UP/DC, cuestión que mejoraría la cuantía y la focalización de los fondos asistenciales.
Teniendo esas dos grandes ventajas, el nuevo gobierno debía partir con un repunte automático en el empleo, los salarios y la mejora en la eficiencia de la ayuda social. Es decir, la mejora en la gestión de gobierno estaba garantizada. ¿Cuál era, entonces, el desafío? Robustecer la coalición, por tantos años arrinconada por la propaganda UP/DC como "golpista", "pro-dictadura", "anti-democrática".
Para ello, debía empezar por:
- sacar al pizarrón a la UP/DC, para que respondiera por sus graves faltas corruptivas, demagógicas y totalitarias, y
- convocar a quienes diseñaron el modelo de libertades para robustecerlo, actualizándolo y reparándolo de las distorsiones introducidas por 20 años de manejo a desgano por el régimen pasado.
A la fecha del cambio de gobierno, todavía no prescribía la responsabilidad penal por los "sobresueldos". Por ello, muchos supusimos que aprovechando el mejor acceso a los datos, se interpondría querellas —cuando menos— por omisión de declaración y por evasión de impuestos de ingresos percibidos ilegalmente por la plana mayor del régimen UP/DC durante doce años hasta que se descubrió la maquinación.
Otro asunto que nos tenía en ascuas era la acción del gobierno para exigir el debido proceso en los casos de persecución de militares rotulados como "derechos humanos", buscando reponer la recta aplicación de justicia en esos casos y, al mismo tiempo, denunciar y detener la verdadera industria de indemnizaciones y pensiones brujas con que la UP/DC remuneraba a una crecida población de "votos duros".
Y con relación al financiamiento con dineros fiscales de ONGs vinculadas a la UP/DC (que en varios casos incluía la cesión temporaria de inmuebles de propiedad pública), se nos hacía obvio el interés del gobierno por revisar esa situación y desarticular ese amarre dejado por el régimen anterior solo para su beneficio político.
En cuanto al control UP/DC de los medios, estábamos contentos de que ahora se examinaría la factibilidad de seguir manteniendo una "TV pública" (que en realidad era otro feudo de la UP/DC) o, cuando menos, se corregiría la composición de su personal de modo de limpiarlo de agentes políticos de esa coalición que plagaban TVN. En la misma línea del control de los medios, creímos que se revisaría las concesiones de radio del operador izquierdista español Prisa (que controla toda una red nacional de varias emisoras en contra de los convenios de reciprocidad con España, donde los chilenos no pueden explotar una emisora). Del mismo modo, vendría la revisión de las concesiones de frecuencias de TV digital de libre recepción para abrir el mercado a nuevos operadores y aliviar de esa manera el control sin contrapeso que la UP/DC tenía de TODA la TV, incluyendo las nuevas frecuencias entregadas a título gratuito a los operadores actuales.
Era deseable, también, revisar exhaustivamente el sistema de concesiones y el mecanismo diseñado para el funcionamiento del Transantiago, dar a conocer sus vicios y proponer los esquemas nuevos que fuera menester para el resguardo de los intereses de los ciudadanos y de las comunidades.
También esperábamos que el gobierno investigara y sancionara la pésima entrega de la administración anterior, cuando hasta por la TV vimos cómo los funcionarios de la UP/DC empacaban material para hacer abandono de las oficinas sin esperar la asunción material de las nuevas autoridades, incluso retirando los discos duros de las computadoras.
Algunos ejemplos de robustecimiento de la coalición de derecha y del modelo:
En general, esta línea de acción debía corregir la paternidad del modelo (distorsionada horriblemente por 20 años de propaganda zurda, ya que el modelo chileno de libertades se basa principalmente en el respeto al individuo y su comunidad, no únicamente en el aspecto "capitalista" o de libre emprendimiento) reclamando para la derecha su mérito y recuperando para ella la iniciativa en su promoción y liderazgo.
Aquí correspondía llamar a José Piñera, Hernán Büchi, Sergio de Castro y a muchos otros a aconsejar al gobierno (que debía a congregar a los líderes actuales del sector) en el diseño de las políticas de ajuste y actualización de las AFP, el sistema de salud, de educación, de estrategia de desarrollo e innovación (el cobre no es eterno), de relaciones internacionales, etc.
En el plano internacional debíamos asumir el liderazgo que esperan los pueblos que gimen bajo la bota castrista o la demagogia corruptiva de izquierda. Debía revisarse la extrema vinculación con los regímenes totalitaristas del vecindario, principalmente bajo el último gobierno de la castrista Michelle Bachelet, que hizo aparecer a nuestro país avalando la gestión de los líderes socialistas que afligen a esos pueblos. Había que examinar con cuidado esos lazos, denunciar lo que no corresponde avalar y proyectar sobre el continente el verdadero talante de nuestra nación defensora de la libertad, en contraste con la UP/DC insensible al sufrimiento de los latinoamericanos sometidos al socialismo.
Debía también incursionarse en el campo cultural, promoviendo el pensamiento libertario y dando apoyo a institutos, universidades y centros de estudio que aportan a esta visión de la sociedad, a fin de equiparar los esfuerzos de la UP/DC desde el otro lado.
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En fin, este es un mero vistazo a lo mucho que esperábamos de esta administración, porque desde antes de que asumiera ya veíamos cómo se armaba la UP/DC para "hacer mierda al gobierno" (expresión de Jorge Schaulsohn) y sabíamos que en el enfrentamiento duro y cruento planteado por la UP/DC no cabía sino emprender iniciativas como las reseñadas arriba.
Sabemos hoy que nada de esto se hizo en estos cuatro años sino lo contrario. Peor todavía, se torpedeó a la propia coalición e, increíblemente, a la propia candidata en las elecciones siguientes.
En vista de ello, el resultado no podía ser sino el que estamos viviendo: entregados al retorno de una UP/DC que ahora asume con el control total del país: La Moneda, el Congreso, los tribunales, las instituciones autónomas (Consejo para la Transparencia, el INDDHH, etc.), las ONGs, los sindicatos, las redes mediales, etc., etc.
El objetivo ya declarado por los malos es arrasar con el orden actual, imponer una constitución a su pinta, estatizar la educación y la salud, en fin, dar el primer paso al socialismo, como asegura la dirigenta comunista Karol Cariola.
Creo que dejarnos entregados a esto fue algo mucho más grave un error: una felonía sin nombre, imperdonable.
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ResponderEliminarDesde que era estudiante universitario me asombró ver la poca divulgación de autores conservadores liberales. La Izquierda, por el contrario, siempre lo ha tenido claro. Por eso, en la UP tenía la editorial Quimantú y desde los noventa sacaron la editorial Lom.
ResponderEliminarComo consecuencia de lo anterior, la mayoría de las personas se figura que no hay intelectuales, y que la derecha se preocupa de los negocios. Sin embargo, éstos para florecer necesitan de una condiciones o ideas, por ejemplo, respeto a la propiedad, estado de derecho, diversas libertades, orden y tranquildad. Todas ideas de derecha, aunque los mismos empresarios no lo tengan en cuenta.
A los think tank de derecha nunca se les ha ocurrido publicar en una versión barata a autores de nuestro lado.
La traición la cometió Piñera y su equipo. Nosotros como electores y simples ciudadanos nada podíamos hacer. ¿Cuántas cartas públicas se le escribió a Piñera para que cambiará la situación de los militares? Cada vez se volvió, él más al Izquierda.
La Derecha tuvo el poder y no lo supo aprovechar para hacer lo que dices.
El objetivo principal de este gobierno era robustecer la coalición que le puso donde está. Pero el presidente hizo exactamente todo lo contrario.
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