por Luis Larraín
Michelle Bachelet no tiene programa. Han pasado más de seis meses desde que anunció que competiría en la primaria presidencial y más de tres desde que ganó esa primaria, y aún no tiene programa.
Esta debilidad de su candidatura se puso en evidencia esta semana, en que se empiezan a discutir propuestas de los programas que Evelyn Matthei y Marco Enríquez Ominami entregaron hace ya un buen rato.
Para colmo de males, Bachelet fue la única candidata ausente en el debate organizado esta semana por la Asociación Nacional de la Prensa en La Serena el día miércoles. Si bien de ese debate fue poco lo rescatable, la candidatura de Bachelet no fue capaz de dar una explicación convincente de su ausencia.
Quizás previendo la incómoda situación en que se vería su candidata durante la semana, el comando de Bachelet lanzó el lunes pasado sus 50 compromisos para los primeros 100 días de gobierno. Uno esperaría que un documento de este tipo, proviniendo de una coalición seria que tiene aspiraciones de gobernar el país, cumpliera con un estándar mínimo de calidad. Pero lo que entregó el Comando de Bachelet no cumple con ese estándar mínimo. De la simple lectura de su contenido queda en evidencia que es un intento fallido por salir del paso ante la desventaja que su candidata está demostrando en materia programática.
Veamos algunos ejemplos.
En Educación, una de las áreas claves de su candidatura, señala que “enviaremos al Congreso el Proyecto de Ley para una Gran Reforma Educacional”. No es broma, así sin mayor detalle.
En Salud anuncia: “Entregaremos el detalle del Plan Nacional de Inversiones Públicas en Salud para el período 2014-2018, que contemplará construir 20 hospitales, dejar 20 en construcción y otros 20 en proceso de licitación o estudio”. Agrega que “convocaremos a un equipo de expertos con el mandato de redactar una propuesta de Proyecto de Ley de Isapres”.
En Pensiones, área en que su gobierno realizó la mayor reforma estructural de su período hace sólo cuatro años, señala que “encargaremos un estudio sobre el Sistema de Pensiones a un equipo de expertos nacionales e internacionales”.
En Trabajo anuncian que “entregaremos el plan de implementación de un nuevo programa de Formación y Capacitación Laboral, que beneficiará a 300.000 mujeres con el objeto de aumentar la participación laboral femenina en el mercado del trabajo”.
En materia de Descentralización la propuesta es: “Crearemos una Comisión Asesora Presidencial para que entregue medidas específicas que fomenten el desarrollo regional”.
Respecto a Ciudad, Territorio y Reconstrucción, la candidatura de quien tuviera una tan cuestionada participación en el terremoto y maremoto del 27 de febrero, se permite decir: “Realizaremos un diagnóstico del estado de la reconstrucción en las diversas zonas que han sido afectadas por desastres naturales, que permita generar un plan de acción. Y también nombraremos un delegado presidencial para la reconstrucción, que tenga a cargo llevar este plan”.
En la importante área de Medio Ambiente, el documento señala textualmente: ”Enviaremos al Congreso el proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, que permitirá ampliar el cuidado de la biodiversidad más allá de las áreas protegidas. Lo insólito es que ese proyecto ya se envió al Congreso. En Cultura, se cae en el mismo error ya que se señala: “presentaremos al Congreso el proyecto de ley que crea el Ministerio de Cultura y Patrimonio”, en circunstancias que ese proyecto de ley ya se envió al Congreso.
En Energía, sector clave para nuestro desarrollo futuro, se dice que “entregaremos el detalle de la Agenda de Energía que se pondrá en marcha a contar de 2014, que compatibilizará las necesidades de producción y el respeto al medioambiente”.
Respecto de Reforma Tributaria, uno de sus tres ejes programáticos, sólo se dice que se enviará al Congreso un proyecto de ley. De Reformas Constitucionales no hay una palabra. Gratuidad en la Educación Superior tampoco se aborda.
Un paso en falso de Bachelet, a quien cada día le cuesta más explicar para qué quiere ser Presidenta de la República.
Publicado originalmente en el Diario Financiero
Michelle Bachelet no tiene programa. Han pasado más de seis meses desde que anunció que competiría en la primaria presidencial y más de tres desde que ganó esa primaria, y aún no tiene programa.
Esta debilidad de su candidatura se puso en evidencia esta semana, en que se empiezan a discutir propuestas de los programas que Evelyn Matthei y Marco Enríquez Ominami entregaron hace ya un buen rato.
Para colmo de males, Bachelet fue la única candidata ausente en el debate organizado esta semana por la Asociación Nacional de la Prensa en La Serena el día miércoles. Si bien de ese debate fue poco lo rescatable, la candidatura de Bachelet no fue capaz de dar una explicación convincente de su ausencia.
Quizás previendo la incómoda situación en que se vería su candidata durante la semana, el comando de Bachelet lanzó el lunes pasado sus 50 compromisos para los primeros 100 días de gobierno. Uno esperaría que un documento de este tipo, proviniendo de una coalición seria que tiene aspiraciones de gobernar el país, cumpliera con un estándar mínimo de calidad. Pero lo que entregó el Comando de Bachelet no cumple con ese estándar mínimo. De la simple lectura de su contenido queda en evidencia que es un intento fallido por salir del paso ante la desventaja que su candidata está demostrando en materia programática.
Veamos algunos ejemplos.
En Educación, una de las áreas claves de su candidatura, señala que “enviaremos al Congreso el Proyecto de Ley para una Gran Reforma Educacional”. No es broma, así sin mayor detalle.
En Salud anuncia: “Entregaremos el detalle del Plan Nacional de Inversiones Públicas en Salud para el período 2014-2018, que contemplará construir 20 hospitales, dejar 20 en construcción y otros 20 en proceso de licitación o estudio”. Agrega que “convocaremos a un equipo de expertos con el mandato de redactar una propuesta de Proyecto de Ley de Isapres”.
En Pensiones, área en que su gobierno realizó la mayor reforma estructural de su período hace sólo cuatro años, señala que “encargaremos un estudio sobre el Sistema de Pensiones a un equipo de expertos nacionales e internacionales”.
En Trabajo anuncian que “entregaremos el plan de implementación de un nuevo programa de Formación y Capacitación Laboral, que beneficiará a 300.000 mujeres con el objeto de aumentar la participación laboral femenina en el mercado del trabajo”.
En materia de Descentralización la propuesta es: “Crearemos una Comisión Asesora Presidencial para que entregue medidas específicas que fomenten el desarrollo regional”.
Respecto a Ciudad, Territorio y Reconstrucción, la candidatura de quien tuviera una tan cuestionada participación en el terremoto y maremoto del 27 de febrero, se permite decir: “Realizaremos un diagnóstico del estado de la reconstrucción en las diversas zonas que han sido afectadas por desastres naturales, que permita generar un plan de acción. Y también nombraremos un delegado presidencial para la reconstrucción, que tenga a cargo llevar este plan”.
En la importante área de Medio Ambiente, el documento señala textualmente: ”Enviaremos al Congreso el proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, que permitirá ampliar el cuidado de la biodiversidad más allá de las áreas protegidas. Lo insólito es que ese proyecto ya se envió al Congreso. En Cultura, se cae en el mismo error ya que se señala: “presentaremos al Congreso el proyecto de ley que crea el Ministerio de Cultura y Patrimonio”, en circunstancias que ese proyecto de ley ya se envió al Congreso.
En Energía, sector clave para nuestro desarrollo futuro, se dice que “entregaremos el detalle de la Agenda de Energía que se pondrá en marcha a contar de 2014, que compatibilizará las necesidades de producción y el respeto al medioambiente”.
Respecto de Reforma Tributaria, uno de sus tres ejes programáticos, sólo se dice que se enviará al Congreso un proyecto de ley. De Reformas Constitucionales no hay una palabra. Gratuidad en la Educación Superior tampoco se aborda.
Un paso en falso de Bachelet, a quien cada día le cuesta más explicar para qué quiere ser Presidenta de la República.
Publicado originalmente en el Diario Financiero
En realidad Bachelet fue designada hace casi cuatro años, cuando la UP/DC diseñó su estrategia para recuperar el poder. Se presentó a Bachelet como extremadamente popular y querida; para fondearla y blindarla se la envió a la ONU (si no crees que Ban Ki-Moon no se prestaría para eso es que te falta información) y se dio inicio a un programa formidable de ataque DIARIO al gobierno (Schaulsohn acuñó la expresión "hacer mierda" al gobierno, cuando presenció el espectáculo); y finalmente se la trajo para la campaña.A pesase de todos estos resguardos no se ha podido impedir que Bachelet esté perdiendo popularidad a cada minuto. Sumar a esto la entrega de un programa es todavía más peligroso porque cada línea de un documento de esta naturaleza serviría para sacarla al pizarrón.
ResponderEliminarSe supone que lo que caracteriza la política y la democracia es hablar, lo que viene de los griegos. Cuando Aristóteles habla de zoo politikon se refiere a que manifestarse en la vía pùblica es importante.
ResponderEliminarComo he dicho muchas veces, Bachelet no aguanta el sistema parlamentario inglés, donde a Primer Ministro lo interrogan por sus actos. Decir: "Paso", como lo hizo la candidata es un desprecio a debatir.
No vi el debate. Bachelet salió perdiendo. Y quizás, llegue tercera en las elecciones, aunque va aparentemente de favorita, según las encuestas
El retorno de la UP/DC es un evento tan desastroso como fácil de evitar. Pero al no colaborar, el gobierno lo hace mucho más difícil.
EliminarLas encuestas son una foto distorsionada "del momento". lo que vale son las elecciones y los movimientos de rechazo a la gordis están siendo muy fuertes en las redes sociales. ocurrirá un efecto "frei no more" en noviembre... de eso estamos seguros.
ResponderEliminarEncima de eso, las encuestas son manejadas por simpatizantes de la UP/DC.
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