Siendo que quienes no adscribimos al izquierdismo jamás hemos tenido un plan similar, tendemos a tomar los conceptos, ideas-fuerza y temas de la actualidad presentados en los medios como si fueran la tendencia espontánea de la opinión pública.
Pero no es así. Nada hay de espontáneo o de expresión genuina del público en las consignas, temas ni formas en que se presentan en diarios, la TV y publicaciones en general.
Por ejemplo, revisando en perspectiva la pauta desarrollada día a día en Chile en lo que va de los tres años del gobierno centro-derechista, se observa con claridad el origen oposicionista de los temas (etiquetas e ideas-fuerza) que desde el 18 de enero del 2010 han desfilado diariamente copando los medios. Entre ellos:
- “la política y los negocios“, “los conflictos de interés” (objetivo: enervar la legitimidad de la actividad empresarial del presidente y de muchos altos oficiales del presente gobierno; sembrar antecedentes para futuras denuncias de corrupción)
- “otra cosa es con guitarra” (objetivos: mostrar incompetencia o carencia de recursos humanos de alto nivel para la función de gobierno; desacreditar iniciativa de Sebastián Piñera de invitar a concertacionistas a conservar sus puestos o a sumarse a otros en el nuevo gobierno; explotar errores nimios o gazapos del discurso del presidente)
- “tema-país” “cuestión de estado” “vivir del pasado” (objetivos: bloquear el cuestionamiento de la gestión del régimen pasado; desalentar la revisión de acuerdos o composición de instituciones creadas por el concertacionismo —INDHH, Consejo para la Transparencia, etc.); presionar la aceptación de la continuidad de concertacionistas al frente de organismos internacionales —Somavía, Alarcón, J.M. Insulza, etc.)
- “el movimiento estudiantil” “por la educación de calidad” “derecho a la educación” “no al lucro” (objetivos: impedir la revisión del arreglo estatista dejado por el progresismo; blindar el control sindical del profesorado; esconder el origen planificado de las movilizaciones de estudiantes; atacar a los operadores independientes en el área educacional).
- “el estallido social” “el despertar de las regiones” “el derrumbe (o ‘agotamiento’) del modelo” (objetivos: crear la sensación de hastío con el sistema de libertades; justificar la movilización violenta urbana y rural; explotar las fuentes de conflicto para vincularlas a la gestión del gobierno y exacerbar el activismo en busca de “mártires” de los derechos humanos)
- “el conflicto mapuche” “los presos mapuche” “los presos políticos” (objetivos: esconder el activismo político de izquierda e incluso las vinculaciones internacionales de la agitación; impedir la recta aplicación de justicia; tratar de involucrar al gobierno en abusos a los derechos humanos).
- “la letra chica” (objetivo: desacreditar los beneficios y subsidios otorgados por el gobierno a fin de presentarlos como un engaño)
Este dominio —que incluye la hegemonía de profesionales simpatizantes del pasado régimen progresista en el canal estatal— no sólo produce la imposición de la pauta sino el lenguaje, los nombres, el marco histórico políticamente correcto y hasta la significación aceptada de los conceptos.
Si alguien se sale de ese marco, el aparato mediático se alarma de inmediato y reacciona con una contundencia formidable para acallar toda disidencia. Así, tal cual, le ocurrió al embajador de Chile en Buenos Aires cuando osó aclararle a una entrevistadora que los chilenos recibieron con alborozo la expulsión del castrismo, hecho histórico, documentado y comprobable hasta la saciedad, pero rechazado por el “relato” que custodia con tanto celo el aparato propagandístico izquierdista. Debió dejar el cargo de inmediato y volverse humillado a Chile.
A esto se agrega el aprovechamiento de los medios para allegar agua a los molinos de la izquierda. Es típico que los paneles de conversación sean dirigidos activamente por profesionales de esa tendencia y los equipos participantes se armen cuidando siempre de precarizar la representación de la derecha, sea por el número minoritario de los asistentes o porque su versación en el tema específico quede disminuída a la de los representantes de izquierda.
Cuando, a pesar de todas esas precauciones, la minoritaria voz del derechista daña la integridad del relato defendido por la izquierda, siempre queda el recurso de atacarlo o de apabullarlo. De muchos casos de este tipo que hemos visto, he seleccionado éste que me parece muy ilustrativo del extremo al que puede llegar la agresividad de los que he terminado llamando “periozurdos”:
La virulencia de estos periozurdos permite darse cuenta que ningún extremo está vedado en esta guerra mediática. El entrevistado, Hermógenes Pérez de Arce (que en este video demostró ser la única persona íntegra y controlada), fue ofendido seriamente por el iracundo Fernando Paulsen, un sujeto que goza de gran prestigio en el ambiente periodístico nacional y, además, mal tratado por los otros tres entrevistadores.
Sin embargo, nada de lo reseñado arriba parece ser debidamente sopesado por los propagandistas de la derecha, ningún periodista del sector presentó algún reclamo (salvo algunos comentarios de un ex panelista de ese programa, Sergio Melnick, en el video inserto) ni se ha hecho nada por perseguir la responsabilidad de estos “profesionales” que dejaron el prestigio del panel y del canal por los suelos.
Menos sensibles aún son aquellos políticos derechistas a quienes les acercan micrófonos y cámaras. Inadvertidamente usan las expresiones pergeñadas por el aparato de propaganda de la izquierda, sin detenerse a examinar su contenido ni menos las consecuencias de incorporar esos recursos a su propio discurso.
Conclusión: en esta guerra mediática que ahora se exacerbará con el intento de los progresistas por retomar el poder, aún la derecha no da el primer paso para enfrentarla debidamente.
(Nota 1) Aunque es fácil revisarlo, no se ha publicado ningún informe que indique cómo se conforma la realidad del control de los medios en Chile. La izquierda insiste en el "duopolio" que controlaría la prensa, pero se cuida de reportar que sus agentes del periodismo copan la plantilla de ambos medios.
acabo de leer en Appalandes, un link de la segunda en la que se le expone a Orrego los riesgos de una alianza con el PC, así como también del apoyo que le están dando a la gordis.
ResponderEliminarde mantenerse esa alianza con el PC, correrán el riesgo de ser expulsados de la DCU.
Mucho tiempo que debieron ser expulsados de la DC internacional. En realidad, nunca debieron formar parte de esa organizacion.
EliminarCiro:
ResponderEliminarEl grupo Prisa fue bastión del PSOE y por años apoyo ese partido. Y el que está detrás del diario español, cuyo nombre ahora no recuerdo.
No se han dado cuenta de la guerra mediática.
ResponderEliminarHasta ahora, no he leído a ningún académico de la Nueva Derecha y a los dos representantes a la Presidencia defendiendo la Constitución.
El que estaba detras, Jesus de Polanco, era muy amigo de Ricardo Lagos.
EliminarEl GRAN error de Pinera y su grupo de neoderechistas ha sido renegar del legado libertario y salir con vainas demagogicas centristas.
No son de "centro derecha" sino que verdaderos democratacamaleones, porque de cristianos NO TIENEN NADA
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