La ideología ahoga las ideas

En su último post, Fernando Paulsen promueve la idea de que se vienen nuevos tiempos en los que las manifestaciones "estudiantiles"  corresponden a la fuerza inevitable de la evolución humana.

Esta manía zurda de encajarle fundamento "científico" a sus posturas ideológicas arruina la exposición de cuestiones que podrían ser mucho más interesantes.

Aunque nada fácil de leer, el artículo de Paulsen busca allegar sustento a la idea de que la agitación de estudiantes está liderada por jóvenes que, pese a no contar con prendas académicas ni experiencia de vida reputadas hasta ahora como necesarias para un debate ilustrado de políticas públicas, representan una generación que "exigirá primero y desarrollará, después, una nueva convivencia", supuestamente "compatible con la tecnología intelectual" que sería lo que viene ahora.

Para darle fundamento a esta propuesta, Paulsen hace suyas las disgresiones de Richard Dawkins que en su último libro incluye otra de sus muchas defensas de la teoría, desprovista de sustento científico, de que los humanos somos manifestaciones vitales de un proceso evolutivo que partió de una forma "primitiva" que ha ido evolucionando constantemente desde hace unos 4 mil millones de años.

La verdad, no es necesario recurrir a Dawkins para sustentar la idea de que los líderes del activismo estudiantil —y con ellos muchos millones de personas en todos los ámbitos— podrían aportar ilustradamente a cualquier debate simplemente porque la información está ahora disponible a una escala nunca antes vista y el talento para analizarla y producir inferencias atinadas está —como siempre— estadísticamente bien repartido en todo grupo humano.

El progreso humano —que ahora nos maravilla con las TICs como antes lo hiciera con la fragua de metales, la navegación de alta mar, los ingenios mecánicos o los electrónicos— no se relaciona para nada con un eventual incremento de las capacidades biológicas de la especie.

Exactamente las mismas capacidades han sido necesarias tanto para concebir y fabricar las primeras ruedas (es tonta la idea de que hubo una sola "primera") como para en el futuro diseñar y fabricar un cañón de antimateria. La destreza en el uso de los dispositivos electrónicos no requiere nuevas conexiones neuronales sino que la simple familiaridad o práctica.

Que un niño active y "se meta" de lleno en el uso de una aplicación —sin requerir manuales ni instrucciones— se debe al desarrollo de tecnologías intuitivas que, traspuesto el umbral cauteloso de quien teme dañar el dispositivo, permiten a cualquier usuario generar las destrezas hasta el nivel que le sea atractivo.

Una lástima que Paulsen se apoye en Dawkins para su planteamiento que en líneas generales comparto. Eludiendo el condicionamiento ideológico evolutivo habría dado de lleno en un tema mucho más profundo: los logros de acceso masivo a la información están poniendo a prueba muchas de las actuales formas para gobernar, informar, estudiar, trabajar y —entre muchas otras cuestiones— de pontificar en el debate público.

Si no estuviera tan condicionado ideológicamente, Paulsen sería buen periodista.