Santiago, 28 de Enero de 2015
Sr. Sebastián Piñera E.
Soy
el Brigadier de Ejército Miguel Krassnoff Martchenko, actualmente
privado de libertad en el Centro de Cumplimiento Penitenciario "PUNTA
PEUCO", condenado por presuntos ilícitos que yo habría cometido entre
mediados del año 1974 y fines del año 1976 época en la cual cumplía mi
destinación en la Dirección de Inteligencia Nacional —por resolución
Institucional— poseyendo el grado jerárquico de Teniente de Ejército.
Fijese
que precisamente en el día de hoy se cumplen 10 años de mi prisión
efectiva en un Penal, sin considerar los tiempos de privación de
libertad en situación procesal y los abonos por excelente conducta, lo
que en total se traduce en aproximadamente 16 años de tiempo cumplido encarcelado.
La motivación que me ha impulsado a
dirigirme a Ud. se fundamenta en el hecho que me he impuesto
por diversos medios de Comunicación Social de su reciente viaje a
Venezuela y las vicisitudes, desaires y faltas de respeto de las cuales
fue objeto en ese país al decidir visitar a personas que en la citada nación se encuentran privadas ilegalmente de libertad y a las cuales se
les ha negado todo tipo de derechos humanos que legítima y legalmente
les correspondería aplicar. Sin perjuicio de los supuestos ilícitos de
tipo político que les han imputado.
Permítame manifestarle que
alabo y comparto plenamente vuestra tan ejemplar sensibilidad y
preocupación por el respeto de la justicia, de las leyes vigentes y del estado de derecho, cuyo incumplimiento afecta tan
gravemente los derechos de los ciudadanos venezolanos que han concitado
vuestra tan loable y noticiosa preocupación.
Sin embargo, Sr.
Piñera, todas sus citadas sensibilidades manifestadas en este tema y en
el extranjero, se contraponen abiertamente con lo que ocurre hoy en su
propia patria, pues mi caso, así como el de miles de uniformados que se
encuentran en situación similar a la mía, adolece de las más escandalosas
irregularidades judiciales como efecto del sistemático irrespeto por las leyes vigentes y de los preceptos constitucionales en transgresión al estado de derecho.
Esto, que se ha traducido en incontables procesos y numerosas condenas para
los afectados, hace rato que superó el ámbito judicial
transformándose abiertamente en una situación de tipo político, basada
en la búsqueda de una incalificable venganza avalada por distintos
segmentos, organizaciones y personajes cuya ideología hoy cuenta con
envidiables cuotas transitorias de poder, obviando sus graves
responsabilidades que devinieron en la intervención militar del 11 de
Septiembre de 1973.
Usted, en conocimiento de todo ello, no ha manifestado
ninguna sensibilidad ni preocupación por esta iniquidad ni intención alguna por resolverla pese a su público compromiso que
espontánea y fervientemente manifestó ante más de mil personas en el
Circulo Español, en su período pre-eleccionario para presentarse como
Presidente de la República, oportunidad en que se expresó con un
discurso que contenía casi las mismas palabras, emociones y vehemencias que manifestó en Caracas. Llamativa consecuencia valórica, pero
sin ningún viso de realidad ni menos concreciones efectivas.
Incumplimiento
de las normativas legales totalmente vigentes al día de hoy en Chile y
válidas para todos sus ciudadanos, menos para los uniformados de la
Fuerzas Armadas y de Orden, ha sido la tónica arbitraria que se ha
aplicado en los diferentes procesos y resoluciones condenatorias en
contra de los menclonados, desde que se inició esta efectiva persecución
que está alejada de toda justicia y moral.
Prescripción, Debido
Proceso, Presunción de Inocencia, Principio universal de Pro-Reo y
muchos otros etc. —que asumo Ud. no desconoce— han sido grotescamente
avasallados dejando a los afectados en la más absoluta indefensión. Sume
Ud. a lo anterior, el nulo otorgamiento de beneficios intrapenitenciarios
por parte de Gendarmería, institución severamente coartada e impedida
para el ejercicio de sus legales atribuciones por determinadas presiones
y/o instrucciones provenientes de diferentes poderes del estado, siendo
obligada a proceder más allá de su seria, correcta y trascendental
gestión profesional.
¿Qué le parece toda esta incalificable
anormalidad, señor ex-Presidente? Con ello queda en palmaria evidencia que
el tema rebalsó con creces el ámbito judicial, posándose abiertamente
en lo político contingente.
Sr. Piñera: con todo lo detallado
precedentemente, la intención de la presente es la de invitarlo
formalmente para que me visite en mi lugar de reclusión tal como intentó
en Venezuela. Por mi mismo se enterará que soy comprobadamente inocente de
los absurdos, ridículos e inexistentes cargos que me han formulado y que
por motivo alguno no soy ni aceptaré jamás que se me mencione
como "violador de derechos humanos", "peligro para la sociedad" y con otros
epítetos de similar irresponsabilidad y falsedad, que
incluso Ud. en más de una oportunidad se ha permitido manifestar
públicamente, sin molestarse en consultar con el afectado si todo lo que
le contaban era cierto o no.
No tenga ningún cuidado: nadie lo
ofenderá, nadie lo insultará y presumo que nadie tampoco le negará su
derecho de visitar a un inocente en la cárcel. Acá se enterará de la
real verdad y de la maquiavélica ilegalidad de la que he sido objeto,
junto con mis leales subalternos de la época, aspecto que también afecta
a una apreciable cantidad de personas que enfrentan situaciones
similares a la mía. Tengo la certeza que mi invitación será acogida muy
pronta y favorablemente.
Por ello le adjunto los siguientes documentos
de reciente elaboración: declaración preliminar mía al Sr. Ministro
Carrozas, carta a mi abogado defensor y carta remitida al actual
Ministro de Justicia. Asimismo, me permito sugerir que lea el Libro
"Miguel Krassnoff, prisionero por servir a Chile". Se sorprenderá por su
calidad, veracidad y fuerza con la que se exponen los temas en comento.
Le saluda atentamente
Miguel Krassnoff Marthenko
Brigadier
Piñera cuando fue al funeral del gorila legítimo el régimen chavista más con el engendro de la Unasur y la otra institución.
ResponderEliminarPiñera es un cobarde y no cumplió su promesa. Más dijo no los indultó, porque habían cometidos delitos de lesa humanidad, lo que sabe que es falso.
Espero que el día mañana a los presos de Punta Peuco, sin distinción, se los rehabilite en el congreso como ocurrió, después que murió Stalin.
Dentro de las muchas estupideces políticas que Piñera cometió durante su mandato está esta de engañar a los militares mientras era candidato para cuando llegó a La Moneda exacerbar la persecución a los mismos y sumarse al coro que presenta la expulsión de la dictadura castrista como si hubiera sido un día negro para Chile, acusando a sus propios compañeros de coalición de "cómplices pasivos" de eso.
EliminarEsta mancha no se ve nada fácil de lavar.