miércoles, 27 de noviembre de 2013

Adiós libre mercado, hola a la mediocridad

Alejandro Chafuen

Hasta hace poco, parecía que la orientación pro mercado en Chile había creado un cambio positivo irreversible. En los últimos 30 años he viajado frecuentemente a esa área y puedo testificar que ningún otro país de la región puede vanagloriarse de cambios positivos similares. También, desde el retorno de la democracia, las elecciones presidenciales han sido muy competitivas. Aunque los candidatos han variado en sus ideas económicas, las diferencias entre ellos eran insignificantes. Sin embargo, la coalición de centro izquierda que ganó las elecciones de la semana pasada tiene suficientes malas ideas y poder en el congreso como para poner fin a los cambios positivos que surgieron del libre mercado en Chile.

Estas malas ideas, sumadas al factor de que en varios asuntos importantes los chilenos siguen siendo izquierdistas, puede llevar a consecuencias negativas para el libre mercado. Los resultados de recientes encuestas acerca del libre mercado son desconcertantes. La respetada encuesta Latinobarómetro incluye problemáticas respuestas a la afirmación: "La economía de mercado es el único sistema que puede llevar un país al desarrollo". Las respuestas fueron negativas con las ideas del libre mercado. Al preguntarse sobre la satisfacción con las privatizaciones hechas en Chile en los años recientes, las respuestas también fueron negativas.

Estos resultados me apabullaron. Antes de las últimas elecciones, cada vez que visité Chile, especialmente asistiendo a alguno de los eventos anuales del centro de estudios Libertad y Desarrollo me sentí muy confiado viendo a expertos en políticas de gobierno de ambos sectores sentados a la mesa. Rara vez veo esta camaradería en otro países, incluso entre centros de estudio. Chile se veía como un oasis de sano consenso. Como se ve ahora, este fue un consenso temporal de un grupo dentro mi mundo de economistas. Ahora es claro que la economía no lo es todo.

Mirando en retrospectiva el clima de opinión antes de la elección del 2010 del saliente Presidente Sebastián Piñera, muchos sectores de la derecha libertaria, tanto locales como internacionales, le criticaban por no ser suficientemente libertario y desaprovechar el consenso pro mercado. Claramente, Piñera tiene sus dudas acerca de tal consenso. En las primeras etapas de su campaña presidencial, asistí a un pequeño almuerzo en el American Enterprise Institute (AEI) con Michael Novak, Charles Murray, Roger Noriega y José Miguel Vivanco; y le pregunté acerca de la aparente contradicción entre las encuestas y mi percepción. Piñera creía que la encuesta Latinobarómetro describía una realidad problemática y su respuesta política fue que había que cortejar a los ambientalistas desde los inicios de la campaña. En el 2007 ofreció un gran aporte financiero para llevar al activista del clima Al Gore a Chile. También financió, de su bolsillo, la reserva ambiental conocida como Tantauco. Ayudó también a bloquear la construcción de Barrancones, una planta termo eléctrica a carbón, después que ésta había recibido todas las aprobaciones necesarias. Como sugirió Luis Larraín, de Libertad y Desarrollo, estas movidas ayudaron a crear la percepción de que era influenciable por las protestas.

Repasando lo acontecido, es imposible aventurar que una administración más consistentemente libertaria pudo haber conducido a un resultado electoral diferente al de la semana pasada en Chile. Algunos cargan la pérdida a un énfasis excesivo en los asuntos económicos y a la adopción del enfoque izquierdista en las doctrinas actuales de lo políticamente correcto. Ciertamente, una agenda liberal de ambientalismo y sociedad no es garantía de estabilidad política. En Australia, y particularmente en Hungría, los excesos de la izquierda han conducido a grandes victorias para la derecha. Como claramente se ve en Chile, en políticas no hay victorias o derrotas permanentes.

Para avanzar en ganar corazones, no sólo cerebros, los líderes de la libertad tendrán que usar un lenguaje más persuasivo, donde las audiencias puedan identificar con claridad que están luchando por la gente, no sólo por índices macroeconómicos. La semana pasada, durante una gran reunión de Atlas Network para centros de estudio, Arthur Brooks, actual presidente de la AEI, arguyó que los dos más importantes valores para los votantes con compasión con el vulnerable y justicia para todos. Por ejemplo, en el tema de la desigualdad, es esencial para la derecha chilena entender y explicar que gran parte de la inequidad es causada por la inequitativa distribución de la libertad económica.

Más que jugar a echarse las culpas en Chile, los amigos de la libertad deben continuar construyendo sobre los logros de políticas económicas que han sido aplaudidas en todo el mundo. Es importante aprender de las derrotas, pero la meta debe ser construir y ampliar. La creación de nuevos centros de estudio en la región produce algún optimismo para el futuro. Así como la consistencia y la continuidad son esenciales para el desarrollo institucional, los centros de estudio tradicionales también necesitan fortificarse, quizás proyectándose a nuevos horizontes.

Espero que los chilenos no se transformen en otro ejemplo que corrobore la profunda reflexión del Presidente Ronald Reagan, de que "siempre estamos a una generación de perder nuestras libertades".

Traducido de artículo publicado en Forbes, el 20 de noviembre 2013

6 comentarios:

  1. Los artículos internacionales, que has estado posteando, son demoledores. Nada nuevo dicen, que no sepamos o dijeramos antes, pero que ya se este siendo tan lapidarios afuera (los comentarios sobre piñera son sin censura), da claro ejemplo de lo mal, que pueden terminar las cosas.

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    1. Ciertamente, es increíble que en el extranjero haya más claridad de ideas que en el plano local. Eso prueba el bajo nivel de los actuales líderes de la derecha, no se comparan con quienes fueron capaces de concebir e implementar el sistema de libertades que nos trajo hasta aquí. Y tal parece que hasta aquí llegamos.

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  2. No estoy están seguro. Algunos articulistas internacionales como Andrés Oppenhainde y el propio Montaner, son bastantes benévolos con la Nueva Mayoría. Incluyendo Álvaro Vargas Llosa que era más pro Concertación que de Derecha. Vargas Llosa considera a Bachelet moderada.

    Hoy más que nunca en el país, las palabras de Lord Acton están vigentes: "El precio de la libertad es la eterna vigilancia".

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  3. Con Montaner me equivoqué, pues leí el artículo de nuevo. A Bachelet no le importa que Chile se vaya al descalabro. Tienen quebrada la Enap y crearon el Transantiago, que se van a preocupar de arruinar el país.

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    1. De Montaner publiqué este artículo en el que no ve nada bueno el panorama para Chile.

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