jueves, 13 de junio de 2013

La "justicia" chilena apesta de corrupta

Publico esto en apoyo a una causa elemental de justicia:
Estimados Compatriotas,

Para su conocimiento, hoy el Brigadier Miguel Krassnoff, le envió una carta al Ministro Jorge Zepeda, denunciando los abusos e irregularidades procesales que ha sido objeto por parte de dicho Ministro.

La causa denominada “Caso Chanfreau”, está Prescrita, Amnistiada y Sobreseída total y definitivamente por la Excelentísima Corte Suprema de Chile desde año 1993, sin embargo, este Ministro, de menor jerarquía, curiosamente consideró que la causa fue mal ejecutada por los Ministros (Corte Suprema) de esa época y se tomó la atribución de investigarla nuevamente a pesar de ser “Cosa juzgada”.

Definitivamente, NO EXISTE ESTADO DE DERECHO EN CHILE.
Atentamente,

Agrupación Nacional por la Justicia, la Verdad Histórica y 
el Respeto por el Estado de Derecho en Chile.


Santiago, 10 de Junio de 2013

DEL
BRIGADIER DE EJÉRCITO MIGUEL KRASSNOFF MARTCHENKO

AL
MINISTRO INSTRUCTOR DE LA CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO,
DON JORGE L. ZEPEDA ARANCIBIA

Presente

Sr. Ministro:

Días atrás he sido sorprendido por una resolución suya traducida en una condena de primera instancia de diez años y un día por mi supuesta responsabilidad en el -también supuesto- “secuestro permanente” de un terrorista del movimiento subversivo denominado MIR llamado Alfonso Chanfreau -integrante del Comité Central de la citada organización clandestina y violentista- situación que se habría producido en el mes de Junio o Julio del año 1974. (Casi exactamente 40 años atrás)

Antes de entrar a expresarle mis opiniones al respecto sobre esta anómala resolución y, para refrescar su memoria, le trascribo textualmente un extracto de una carta que le envié con fecha 25 de Julio del año 2011, oportunidad en que me enteré en que Ud. me había procesado por este caso. El tenor de dicha carta es el siguiente:

Santiago, 25 de Julio de 2011

“Del Brigadier de Ejército Miguel Krassnoff Martchenko

Al Ministro Don Jorge l. Zepeda Arancibia

Presente

Se dirige a US., el hoy Brigadier de Ejército Miguel Krassnoff Martchenko, pues una vez más me he impuesto por la prensa que -por resolución suya- he sido nuevamente procesado en la causa denominada “Caso Chanfreau”.

Pese a parecer un tanto extemporáneo este procedimiento para dirigirse a un Ministro investigador e integrante de nuestra Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago y, pese a que conozco perfectamente los procedimientos que corresponden en estos casos, lo sorprendentemente irregular de esta resolución vuestra me impulsa a emplear esta también anormal manera de expresarme directa y personalmente con US., por las siguientes razones, las cuales me permito suponer que las desconoce y por las que ha resuelto procesarme nuevamente por este caso:

1.-Esta causa está Prescrita, Amnistiada y Sobreseída total y definitivamente por la Excelentísima Corte Suprema de Chile el año 1993.

2.-Esta causa estuvo a cargo de la entonces Ministra de la Corte de Apelaciones, Gloria Olivares en Septiembre de 1992, relacionada con la desaparición del terrorista del MIR de apellido Chanfreau, hecho que se habría producido en Junio de 1974 (Mi destinación –con el grado jerárquico de Teniente de Ejército- a la Dirección de Inteligencia Nacional se materializó con fecha 01 de Agosto de ese año).

3.-Las investigaciones por parte de la mencionada Ministra, entre otros aspectos, se tradujeron en que yo, ya Coronel, asistí de uniforme militar al palacio de Tribunales lo que produjo una inusitada cobertura de prensa nacional e internacional; fui careado con prácticamente todos lo ex terroristas existentes en Chile, con todo el lumpen asociado a este grupo violentista y…

4.-Finalizadas las diligencias –que duraron 4 días seguidos, sumando en total más de 40 horas de interrogatorios continuados y con un promedio de 10 horas diarias- estas concluyeron que yo era inocente, al igual que el Sub Oficial …

-Elevados los antecedentes a la Excelentísima Corte Suprema, ésta resolvió dejar sin efecto la convicción de inocencia a la que había llegado la Ministra sumariante y procedió aplicar la amnistía para los presuntos inculpados, pese a los esfuerzos e instancias legales en contrario realizadas por la parte querellante.

5.-Como la señalada resolución del máximo tribunal del País no fue satisfactoria para la parte contraria, ésta procedió a acusar constitucionalmente a tres Ministros de la Corte Suprema , siendo uno de ellos removido de su cargo por parte del Congreso el año 1993 (Sr. Ministro Cereceda), derivando paralelamente a invocar que el mencionado violentista era de descendencia francesa, presentando el caso ante los tribunales de Francia país el cual, increíble e inexplicablemente, desechó la resolución definitiva de esta causa por parte de la ECS de Chile; acogió llevar a cabo un proceso en París por este caso y…..

6.- Hace un tiempo atrás conversé personalmente con US., en este Centro de Detención, sobre esta situación, recibiendo como respuesta por vuestra parte la sorpresa que le causaba que una causa ya investigada, resuelta y finalizada definitivamente, fuese nuevamente motivo de investigación.

7.- Mi Abogado defensor, Don Carlos Portales Astorga, también conversó con US. sobre esta materia, colocando en vuestro conocimiento todos los pormenores antes enunciados.

8.-Pese a todos los antecedentes inicialmente detallados y, especialmente, que este caso fue sobreseído total y definitivamente por la Corte Suprema el año 1993, (Con escándalos publicitarios nacionales e internacionales incluidos) US., -sorpresiva e inexplicablemente- vuelve a procesarme por el mismo cargo y por la misma causa.

Si todo lo anterior -a lo menos no es Cosa Juzgada- entonces, Sr. Magistrado, definitivamente no logro tener ninguna explicación legal, ni procesal, ni de mínima comprensión lógica para esta tan extraña resolución jurídica vuestra, que se ha traducido en este tan insólito nuevo procesamiento, salvo que existan otras razones que mi calificado Abogado defensor y yo desconocemos absolutamente…

Finalmente, Sr. Ministro, en consideración a lo precedentemente señalado, me permito manifestarle y solicitarle lo siguiente:

a.- Agradeceré tenga a bien tener a la vista los expedientes que se originaron con motivo del proceso que en Septiembre de 1992 se llevó a cabo en la causa relacionada con mi presunta responsabilidad en la desaparición del terrorista del MIR, Sr. Alfonso Chanfreau. Allí se encontrará con la comprobación de todos los aspectos que le he manifestado en la presente.

b.- Se sirva estudiar cada una de las diligencias realizadas en dicha oportunidad. En ellas comprobará que este caso fue exhaustivamente investigado, que el respectivo proceso judicial efectivamente se realizó y tuvo un desarrollo pormenorizado que concluyó con su sobreseimiento total y definitivo por parte de la Excelentísima Corte Suprema, con la destitución de un Ministro de esta Corte incluido.

c.- Si lo anterior le continúa mereciendo algún tipo de duda, tengo a su disposición –para entregárselo a US., personalmente- las respectivas pruebas audiovisuales (en CD) las que certifican los escándalos publicitarios de esa época que se produjeron a raíz de este proceso. En ellos US observará, una vez más, la demostración que esta causa ya fue investigada, diligenciada y resuelta.

d.- Teniendo todos los antecedentes previamente expuestos a su alcance, agradeceré se sirva dejar sin efecto esta tan anormal resolución de volver a procesarme –al igual que al hoy Sub Oficial Mayor de Ejército, Basclay Zapata,- por esta causa ya indagada y sobreseída total y definitivamente por el máximo Tribunal de Justicia de Chile.

e.- Me permito solicitar también a US que este documento lo considere como mi única información adicional que le haré entrega en cuanto a esta anormal situación jurídica se refiere y relacionada con esta causa específica, por no tener nada más que agregar al respecto..., le saluda atentamente,

Fdo.) Miguel Krassnoff Martchenko Brigadier de Ejército”

Sr. Zepeda: Teniendo a la vista lo detallado en el extracto de la carta precedente y los antecedentes que Ud. expone en el documento que me comunica la referida sentencia, le manifiesto lo siguiente:

1.- La transcrita carta nunca tuvo una respuesta por parte suya ni para mi abogado, ni menos para mí.
2.- Analizado el documento en que me anuncia su extraña e irregular resolución condenatoria sospecho que Ud. se limitó a “copiar y pegar” los detalles del proceso que se llevó a cabo el año 1993, pero curiosamente citando solo los antecedentes y dichos de los propios querellantes,omitiendo -casual o intencionadamente- todos los detalles referidos a mi favor que fueron varios y muy contundentes.
3.- En el mismo documento Ud. efectivamente cita resumidamente que la citada causa fue sobreseída total y definitivamente por el más alto tribunal de la República. Pero, a continuación y latamente, hace un verdadera apología basada en resquicios aparentemente jurídicos -formula de tristes recuerdos del pasado- en la cual justifica lo injustificable para demostrar que dicha resolución de la Excelentísima Corte Suprema de Chile de esa época fue mal ejecutada y que, sobre la base de ciertos criterios internacionales de absoluta inaplicabilidad en el plano nacional, Ud. la deja sin efecto ofendiendo, descalificando y desautorizando de paso a los distinguidos magistrados componentes de ese Alto Tribunal para finalizar justificando esta su absurda, ilegal, inconstitucional e inaceptable resolución condenatoria. Además Ud., cierra esta resolución otorgándoles a los querellantes el beneficio de recibir multimillonarios montos de dinero, con cargo al Estado de Chile. Esto me parece grotesco y de absoluta inmoralidad, pues en el contexto de las trágicas situaciones que debimos enfrentar los miembros de las Fuerzas Armadas y de Orden hace 40 años atrás, somos nosotros y nuestras familias las reales víctimas de la barbarie violentista de aquella época y no precisamente los que hoy Ud. premia tan benévolamente. Este punto, Sr. Zepeda, es una burla y ofensa inaceptable ante el sacrificio de tantos civiles y militares que entregaron sus preciosas vidas y sus destinos en aras de la libertad, dignidad y paz de la sociedad chilena toda y frente al estoico y silencioso inconsolable dolor de las familias de cada uno de ellos.

4.- Ud. jamás se dio el trabajo de consultarme algo al respecto de esta acusa para, por lo menos, ratificarle mis declaraciones anteriores. Acepto que en la carta transcrita le indico que no tengo nada más que agregarle en esta causa, pero con el bien entendido que Ud. tendría la mínima predisposición de aceptar los antecedentes que en la misma misiva coloco a su disposición para resolver en justicia este vergonzoso caso.
Como hizo caso omiso a lo que yo le aporté en esa oportunidad, obviamente le correspondería haber realizado por su parte una mínima diligencia.

5.- Una vez más y, al igual que la mayoría de sus colegas que tienen la delicadísima responsabilidad de hacer y aplicar justicia en los mal llamados “casos de violaciones a los derechos humanos” en los cuales me han involucrado -refiriéndome a mi caso personal y al de mis subalternos de la época- Ud. demuestra una notable parcial inclinación y sensibilidad para dar crédito a las falsedades y absurdos dichos que manifiestan los participantes de la parte querellante pero ninguna similar seria atención presta a mis descargos y a mis propios dichos, los que se consideran que tienen el mismo valor que los anteriores.

No me extiendo en aquello que se supone que soy inocente de estos ridículos e imposibles cargos que pretende inculparme hasta que Ud. demuestre lo contrario, pues en la práctica y con los ejemplos de ilegalidad e injusticia como el presente, se ha procedido exactamente al revés.

Le recuerdo que legalmente los supuestos testigos a los que Ud. les da todo el crédito de veracidad, son testigos inhábiles por ser parte interesada e involucrada en los temas a tratar judicialmente, independiente que, en el plano moral, son también miembros activos, simpatizantes o comprometidos con el citado grupo terrorista.

Entiendo que esto Ud. sí lo sabe perfectamente. Si es así -como efectivamente lo es- entonces Ud. premeditadamente está incurriendo en una gravísima falta de equidad y justicia, incompatible con su cargo y responsabilidad.

Sr. Ministro:

Finalizando le repito lo que le remití poco tiempo atrás a otro colega suyo que se permitió, al igual que Ud., dictar ciertas resoluciones que adolecían de similares irregularidades como la presente:

Sobre la base de las evidencias citadas en el presente documento, permítame rechazar categóricamente esta espuria resolución condenatoria, agregándole para su información que vuestro proceder es similar al adoptado por la mayoría de los magistrados que han tenido injerencia en asuntos denominados “derechos humanos”, situaciones que -en mi caso particular y en el de mis subalternos de la época- han adolecido de irregularidades como los expuestas, con el agravante de hacer caso omiso a las leyes plenamente vigentes en la actualidad y que, en el evento que hipotéticamente yo fuese efectivamente responsable de los ilícitos que Ud. se ha permitido inculparme, me favorecen ampliamente al punto que yo jamás debiera haber sido procesado, ni menos condenado y privado ilegalmente de libertad como lo estoy hoy, vulnerándose gravemente con este proceder el Estado de Derecho en nuestra Patria.

Lo anterior, Sr. Zepeda, entiendo que es de su pleno conocimiento, motivo por el cual también me permito señalarle que con el presente documento y, después de ser víctima de su abusadora actitud plena de iniquidad, no espero nada de Ud. ratificándole que tanto mis subalternos de esos años -por los cuales asumo integralmente mis responsabilidades de mando por constarme su ninguna vinculación a determinados supuestos delitos- como yo, somos categóricamente inocentes de todos los cargos que mediante extraños procedimientos nos han formulado.

Este punto, me impone indicarle que no aspiro a clemencias, favores, perdones, indultos o dictación de leyes especiales para conquistar mi legítima libertad; solo denuncio estas arbitrariedades y exijo -independiente de mi inocencia- que se cumplan, se respeten y se apliquen las leyes vigentes por parte de nuestros administradores de la justicia, dentro de los cuales está Ud. para resolver esta colosal injusticia a la que he sido sometido.

Luego, Sr. Ministro, teniendo a la vista sus extrañas e inaceptables resoluciones y actitudes, me hago un deber en señalarle que ellas me permiten consolidar aún más mis convicciones y mantener la fuerza necesaria para continuar mi inclaudicable postura de lucha por mi más que demostrada inocencia, por la conquista de mi legítima libertad, por el imperio de la verdad histórica, por la recuperación del alto nombre y prestigio de la Justicia y por el irrestricto respeto por el Estado de Derecho en Chile, este último tan abiertamente vulnerado en la actualidad.

Sin otro particular, saluda a Ud.,

MIGUEL KRASSNOFF MARTCHENKO
Brigadier ®

4 comentarios:

  1. realmente la justicia en Chile es una m..., solo existe para unos pocos que en base de su poder la mal usan, los mismos que al hablar de DDHH lo hacen sesgados por su propia visión de una idea que no logran sacarse de sus estrechos cerebros, recuerdo cuando llego aquel alemán comunista se le perdono todas sus faltas por su edad, y terminase junto a los suyos tranquilo, porque no es para todos...DICHATO

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  2. realmente la justicia en Chile es una m..., solo existe para unos pocos que en base de su poder la mal usan, los mismos que al hablar de DDHH lo hacen sesgados por su propia visión de una idea que no logran sacarse de sus estrechos cerebros, recuerdo cuando llego aquel alemán comunista se le perdono todas sus faltas por su edad, y terminase junto a los suyos tranquilo, porque no es para todos...DICHATO

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    1. Los veinte años del progresismo en el poder corrompieron las bases del funcionamiento republicano en una medida hasta ahora no expuesta al publico.

      Quienes nos damos cuenta de este tremendo daño, debemos apoyar a quienes denuncian abusos como este, posibles solo cuando se ha distorsionadp la institucionalidad en favor de los objetivos del socialismo.

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